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Urge reorientar estrategia lucha contra el Covid-19

La mayoría de la población dominicana está convencida de que la gestión del presidente Luis Abinader tiene las mejores intenciones de echar el país hacia adelante y generar cambios que marquen un rumbo diferente en el manejo de los asuntos públicos. Esa percepción favorable que tiene la población del actual gobierno debe ser aprovechada con sabiduría; incluso, debe trabajarse para generar una actitud de mayor cooperación e integración colectiva en perspectiva de una visión más renovada de las aspiraciones de hacer cada día un mejor país.

La clave para que esto se produzca depende de la capacidad que tenga nuestro presidente de involucrar y entusiasmar a todos los sectores en la visión de construir ese mejor país que todos soñamos.

Las autoridades actuales han asumido el combate contra la pandemia del Covid-19 de una manera muy unilateral y rígida, y no se están dando cuenta de que se trata de una lucha colectiva en la que las responsabilidades y los compromisos tenemos que compartirlos todos. Mientras más se socializan las responsabilidades y compromisos en la lucha contra el Covid-19, mayor es el avance que tendremos para terminar con esta pandemia. Si hay algo que tiene que asegurar el gobierno es que todos los sectores estén involucrados en iniciativas encaminadas a limitar el avance de esta terrible pandemia.

El gobierno tiene que evitar que su nivel de aceptación se erosione, la lucha contra el covid-19 no puede degenerar en una lucha contra el gobierno. La estrategia gubernamental es involucrar a todos los sectores. Hay que hacer, vía la responsabilidad ciudadana, del descenso del contagio un compromiso individual y un logro colectivo del que todos nos sintamos participar, del que todos nos sintamos empoderados.

Hay que desarrollar por diferentes vías mecanismos que contribuyan a transferir la responsabilidad sanitaria a las personas de manera individual. Todos tenemos familiares que por su edad o su estado de salud están expuestos a niveles de riesgos que comprometen seriamente sus vidas. Si no colaboramos con conciencia podemos perder personas cercanas a las que queremos.

Tenemos que involucrar a nuestros barrios que, como resultado del hastío y del encierro, están metidos en un juego de persecución y escape con las fuerzas del orden público. Este juego de medición de fuerzas y protagonismo callejero, hay que convertirlo en una concertación de colaboración colectiva y entusiasta. Hay que trabajar para que la lucha contra esta pandemia adquiera el sentido de cruzada social y heroica. El enemigo no es la Policía, ni las autoridades, es Covid-19, y todos estamos comprometidos con la misión de vencerlo.

Hay que organizar los sectores, los barrios y sus gentes en torno a las iglesias, a su liderazgo comunitario, a sus fuerzas sociales activas. Tenemos que ponernos metas sectoriales para reducir los niveles de contagio, bajarlos efectivamente y ponderar con satisfacción estos logros.

Necesitamos más libertad, más espacio, más tiempo y mayor responsabilidad ciudadana y sentido de cooperación colectiva para aplastar el Coronavirus. No podemos sobredimensionar sus daños hasta que nos mate el miedo y la inacción, pero tampoco podemos minimizar su poder destructivo hasta dejarnos aplastar por falta de prudencia y cuidado. Tenemos que enfrentar este enemigo con realismo, tenemos que asumir una estrategia multifactorial con racionalidad humana y el mejor sentido de la vida, de su preservación y cuidado.

Tenemos una oportunidad para levantar un coro unido y bien afinado en favor de la vida. Esta es una responsabilidad de todos. Toda la fuerza comunicativa y persuasiva de las autoridades y de la sociedad en general tienen que estar ahora, en palabras y hechos, a favor de una corriente que avance en una dirección unificada y esperanzadora contra el Covid-19.

Todos tenemos algún familiar cercano, algún amigo o persona querida que pertenece a las fuerzas del orden público y seguridad nacional (policías y guardias) que estos momentos están desplegando una labor que le exige más allá de lo normal, más allá de sus fuerzas y capacidad de resistencia. Por ellos también debemos promover formas de comportamiento que faciliten la sinergia social y nos permita una colaboración conjunta que apunte, no a dividirnos, sino a integrarnos, y a luchar contra nuestro enemigo común que es la pandemia del Covid-19.

Tenemos un cuerpo médico agotado, tenemos una policía exasperada hasta el cansancio y tenemos una población hastiada y llena de incertidumbre. Se trata de una situación social altamente explosiva y riesgosa, en la que todos debemos concertarnos para auto apoyarnos y generar condiciones de solidaridad y convivencia. Si el Covid-19 no lo abordamos con sabiduría y tacto no solo puede matarnos, sino que, por las diversas implicaciones que tiene, puede hacer que nos matemos unos con otros.

Esta es una lucha de conjunto, no de burócratas oficiales y fuerzas represivas. Tenemos que promover el protagonismo de la comunidad, de la juventud. Tenemos que ser creativos para que haya una cooperación efectiva, para que cada uno se convierta en guardián de si mismo, de su propia familia, de su sector y de toda la población dominicana.

Fuente:
Tomás Gómez Bueno

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