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Persevera

¿Por qué debemos perseverar en medio de nuestras tribulaciones?  ¿Por qué aprender a soportar el dolor que viene de permanecer firme en una postura?

  1. Tu perseverancia es testimonio de tu confianza en Dios.  La persona que persevera cuando en dolor, en sufrimiento por la causa de Dios, esa persona demuestra confianza en Dios.  Los jóvenes hebreos le dijeron a Nabuconodosor: No vamos a doblar nuestras rodillas ante tus dioses.  Les dijeron que les meterían en el horno, y permanecieron.  Los metieron en el horno y allí apareció el Señor.  Ya no eran tres, ahora eran cuatro.  Y cuando salen de allí, la gente dice: La verdad que estos sirven a un Dios poderoso.  Ellos dijeron: Él puede librarnos, y si no lo hace, comoquiera no doblaremos rodilla ante tu dios.  Y perseveraron.  Cuando tomas postura en las cosas de Dios, siempre habrá quien te persiga.

En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado. He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí. Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación.”  Isaías 12:1-3

  1. Es la única manera que te aseguras que la palabra dé frutos.  En Salmos, hablando de José, dice la Biblia que el dicho de Jehová lo probó, hasta que se cumplió la palabra.  José tenía que perseverar hasta que la palabra se cumpliera.  La única manera en que la palabra de Dios da fruto en tu vida, es si tú perseveras en ella.

15 Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.”  Lucas 8:15

  1. Traes seguridad a tu vida y a la de los demás.

11 Esto manda y enseña. 12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 13 Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. 14 No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. 15 Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. 16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.”  1 Timoteo:11-16

Tú tienes que permanecer siendo ejemplo.  Una de las cosas más triste que pasa en la iglesia, es cuando se descubre públicamente el error de un líder.  Tenemos que perdonarlo, pero la verdad es que ese error va a afectar la vida de muchos.  Es verdad que la salvación de nadie debe depender de lo que otro haga, pero cuando tú eres el ejemplo de alguien y cometes un error, afectas la vida de esa persona.  Antes de cometer el error, pregúntate a cuántos vas a afectar.  Cuando tú fallas, la fe de otros -que no son tan firmes en la fe – se afecta.   Persevera, no tan solo por ti, sino también por los que te están viendo y siguiendo.  Dice la Biblia que, cuando Jesús dijo a los discípulos que cruzaran a la otra orilla, ellos se lanzaron en las barcas, y detrás de ellos, se lanzaron otros también.  Cuando se levanta la tormenta, se levanta no solo para las barcas en que iban los discípulos, sino también para todos aquellos que les siguieron.  Y cuando se calma la tormenta, no se calma para una persona, sino para todo el que está alrededor.  Muchos han zarpado por la fe que han visto en ti.  Te vieron hacer algo y siguieron el ejemplo, y si tú no perseveras hasta el final, ellos no cruzarán al otro lado, la tormenta acabará también con ellos.  Por eso es que tú tienes que cruzar al otro lado y perseverar hasta el fin, a pesar del dolor y del sufrimiento que nos traiga por un momento.

¿Cómo desarrollamos esta perseverancia, ese carácter para soportar el dolor?

  1. Mira a Jesús.  Mira cómo él reaccionó, cómo él manejó el dolor, la traición.  Jesús dijo muy pocas cosas mientras iba sufriendo porque, cuando no tengas nada bueno que decir, mejor cállate la boca.  Una de las personas más admirables en la Biblia, no dijo una sola palabra, y ese es José, el esposo de María.  No hay una sola palabra escrita en la Biblia que él haya dicho.  Pero hay gente que no tiene que hablar porque lo que hacen es más poderoso que lo que hablan.
  2. Reconoce que esta perseverancia proviene de Dios.  Tienes que pedírsela a Él porque viene de una relación con Él.  Ninguno de nosotros tenemos la fuerza espiritual, emocional, para soportar, si Dios no nos la da.  Él es el Dios de la perseverancia.

Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí. Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.”  Romanos 15:3-6

  1. Aprende a dejar el pecado.  Deja las cargas, deja las cosas pesadas en tu vida.  Nunca podrás perseverar, con mucho peso encima.  Libérate del peso.

Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,”  Hebreos 12:1 

  1. Mantén tu mirada siempre hacia al frente.  La única manera de perseverar, es mirando hacia el futuro glorioso que tienes delante.  Enfócate en lo que viene.

13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”  Filipenses 3:13-14

Fuente:
pastor Otoniel Font | Puerto Rico

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