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No retengas de más

Una de las razones por las que llega pobreza a la vida de una persona es cuando esta menosprecia su potencial y el potencial de los recursos que tiene en su mano.  Muchas veces, no nos sentimos capaces de lograr, de alcanzar; menospreciamos los recursos que Dios ha puesto en nuestra mano; como son pocos a nuestros ojos, y nosotros también lo somos a nuestros ojos, entonces no activamos lo necesario para que eso se multiplique.  Pensamos que para hacer cosas grandes requerimos de grandes recursos; pero los grandes recursos llegan si tú eres capaz de ver el potencial en los recursos que tengas en tu mano y en tus capacidades y la capacidad de Dios de transformar todas esas cosas.

En Mateo 25:14, en adelante, vemos la parábola de los talentos.  Un señor tiene varios servidores, entre los que reparte talentos, y se va; cuando regresa, pide cuentas, y uno de ellos dice: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.  La percepción que tenía este hombre de su señor, provocó miedo en su vida.  El miedo te paraliza, te hace pensar que vas a fracasar, que lo que tienes no es suficiente, que no eres capaz, que no vas a llenar las expectativas.

“26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.  27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.”  Mateo 25:26-27

En otras palabras: Si tú no crees que tú seas capaz de hacer algo con lo que te di, pues dáselo a alguien que crea que sí puede hacer algo con eso.  Puedes estar molesto con el auto que tienes, pero regálalo y te vas a dar cuenta que, lo que tú no le sacas a ese auto, alguien se lo va a sacar.  Lo mismo con tu negocio y todo lo demás.  Hay quienes son capaces de tomar los pequeños talentos y multiplicarlos.  Si tú fueras esa persona, tu vida cambiaría: “28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.  29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.  30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.”  Mateo 25:28-30

El problema del siervo inútil fue que, cuando tuvo ese talento, pensó que no era mucho, que no era suficiente, que lo iba a perder.  Pero el señor le dijo: Debiste haberlo arriesgado.  Cuando menosprecias tu potencial y el potencial de tus recursos, pobreza llega a tu vida.  Por eso no puedes permitir que el miedo se meta en tu cabeza, en tu interior.  Atrévete a arriesgar, a creer, toma las acciones correctas para ver multiplicación en tu vida; y Dios tomará ese pequeño recurso que tienes hoy en tu mano, y hará de él algo grande, multiplicándolo de forma sobrenatural.

Aquel señor le estaba diciendo: No me hubiera molestado que lo hubieras intentado.  Los que hacemos negocios sabemos que estamos tomando riesgos; él sabía que podía perder aquel talento; pero sabemos también ver potencial donde otros no lo ven; sabemos que el Dios al que le servimos va a responder y nos dará una grande victoria.  Quizás, hoy, el miedo te ha llevado a la parálisis.  Has tenido oportunidades, pero el miedo te ha paralizado.  Tú necesitas tener la perspectiva correcta de tu Señor, para tomar las acciones correctas que te lleven a alcanzar todo lo que Dios te ha prometido. 

“38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.”  Lucas 6:38

La pobreza llega, además, por falta de generosidad.  A través de toda la palabra del Señor, una de las cosas que se requiere del creyente es la capacidad de desprenderse por fe y en fe de los recursos que tiene, y ser generoso.  Esa generosidad tiene que ir en diferentes direcciones: Hacia Dios, hacia tus hermanos en la fe, hacia el prójimo; no se limita a una sola dirección.  Es necesaria la generosidad en todas las áreas de tu vida.

“24 Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza.”  Proverbios 11:24

Cuando una persona da, cuando comparte, cuando es generosa, reparte y llega abundancia a su vida.  Pero hay personas que retienen más de lo que deberían retener.  No todo lo que tú recibes lo tienes que dar, pero tampoco todo lo que tú recibes lo tienes que retener.  Tienes que tener la proporción correcta entre lo que te vas a quedar, y lo que vas a repartir; porque aquel que reparte, recibe más, mientras que el que retiene más de lo que debe, de lo que es apropiado, eventualmente llega a pobreza.  Así que retener más de lo debido no provoca riqueza en tu vida, sino todo lo contrario.  El que retiene de más, su mente está llena de pobreza; guarda de más por miedo al mañana; su patrón de pensamiento es incorrecto.  Guardar más no te enriquece; ser generoso te prospera, te bendice.

Tú tienes que vivir en un nivel de generosidad.  Como creyente, dentro de tu presupuesto, debe haber espacio para la generosidad.  Quizás has adquirido ya unas responsabilidades económicas, y hoy estás en deudas que te dificultan; pero comienza hoy.  La persona que reparte tendrá más; el que retiene más de lo que debe, llega a pobreza.

Fuente:
Pastor Otoniel Font

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