TESTIMONIOS DE MARGARITA

El aliento de tus visitas en clínicas y hospitales espera por ti familia

Es una experiencia tener la oportunidad de visitar los hospitales públicos y las clínicas privadas, no solo para saludar a los enfermos y conocerlos, así como también intercambiar impresiones con ellos y sus familiares, sino  aprovechar en ese momento,  la oportunidad para presentarles el evangelio de salvación, lo que es nuestro deber como cristianos.

Cuando el cristiano ora a Dios por la sanidad de los enfermos, no hay ninguna duda de que el Señor  actuara conforme a su voluntad que es bendita y santa, por lo que cada vez más, estoy convencida de la urgencia que amerita evangelizar en los hospitales y clínicas privadas.

El alimento espiritual, que es la Palabra divina  y la presencia del Espíritu Santo, es lo   que puede sanar milagrosamente las enfermedades del cuerpo y del alma, que solo Jesús, nuestro medico divino, tiene milagrosamente la capacidad  de sanar  cualquier enfermedad.

 Muchas personas, yo diría que como  un noventa por ciento, mientras  otros disfrutan con sus familiares una suculenta cena de navidad, hay  quienes no le dan la importancia hasta que le sucede algo muy profundo en su alma.

 Este es mi caso, y no es que me sienta mal ni estoy en luto todavía, es que Dios ha depositado algo muy especial en mi corazón y es visitar a los enfermos, orar por sus necesidades y compartir esas fechas tan importante para todo ser humano, especialmente en navidad, cuando celebramos un nuevo aniversario del nacimiento de Jesucristo, el Hijo de Dios manifestado en carne.

El feriado y pascua de la navidad nos invita a festejar con la familia y los mejores amigos, la alegría que produce el corazón, conmemorando el nacimiento del Salvador que nos produce gran gozo y felicidad lo que me hace sentir testificar el evangelio  de salvación en ese tiempo festivo muy especial para los cristianos.

 El 24 y 31 de diciembre después de haber ido al templo a darle gracias a Dios por un año más de vida y por el que ya hemos recibido, lo hicimos  con  alabanza, adoración, al  único Dios Todopoderoso,  nuestro Padre Celestial.

Luego entonces como de costumbre ya durante diez años, una década de testimonios, hemos estado  visitando a las clínicas y hospitales los días 24 y 31 de Diciembre, para llevar a los enfermos la ofrenda de la navidad espiritual y física lo que me ha permitido ver como Dios, restaura incorpora y levanta en sanidad y salud total a muchos enfermos, sin salvación, pero cuando llego Jesús a través de sus mensajeros, entonces llega la paz, que solo Cristo puede dar.

Es por eso que ya prefiero cenar con los enfermos llevándole el pan de la sanidad y salvación del cielo para el alma.

Y debo decir y testificar  que mis parientes y amigos cercanos, suelen respetar y compartir este agradecimiento, tal y como el arquitecto mi hermano de padre y madre, Franklin, celebró este 31 de diciembre conmigo, en medio de un espíritu de recogimiento, de forma tal, que se prohibió no probar ninguna ingesta de alcohol, sino decidió apartarse en una profunda meditación, recordando de los testimonios de fe de su hermana,  yo Margarita.

Mi reflexión desde lo más profundo de mi corazón, es invitar a las familias dominicanas que han conocido al Señor Jesucristo,  a que elevemos una revolución del modelo de vida que verdaderamente le garantice a las familias, la paz, y la seguridad que tanto necesita para poder combatir el vivir en armonía y no ser influenciado por las nueva ola que mantiene a las mentes cautivas por las redes sociales.

Necesitamos algo que nos  permita gustar de la vida con equidad, armonía, capacidad de asombro, prudencia, hospitalidad, y sabiduría para que podamos  protegernos de los peligros que amenazan vivir la vida en paz. Y por sobre todo tengamos la visión sobrenatural de buscar la comunión en caminar con Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Fuente: Margarita Garcia.

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