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Cuando la mano de Jesús se extiende limpia y desaparece la enfermedad

“Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente. Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.” S. Mateo 8:1-3 RVR1960.

Las personas afectadas de lepra en los días de Cristo eran socialmente marginadas, aisladas y expuestas a situaciones difíciles, y, porqué no decirlo, vistas con desprecio e inferioridad debido a lo letal de la enfermedad.

Sin embargo, Cristo la enfrentó con su poder y la venció, contrario a muchos líderes de la Iglesia que hoy andan asustados y miedosos no queriendo ni siquiera saludar a los hermanos y hermanas por temor a que se le pegue el Coronavirus, marginando de esa manera al pueblo de Dios, y despreciando parte de las enseñanzas de Cristo que consisten en sanar enfermedades incurables y muy contagiosas como era en aquel tiempo la lepra.

Quien así actúe tiene que volver a la escuela de Jesucristo y aprender lo que es la Fe,  retornar a encontrarse con el Señor, como lo hizo María en casa de Marta “la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.” S. Lucas 10:39  RVR1960

Jesús extendió la mano y le toco tenemos del Señor la instrucción para hacer prodigios, sanidades, milagros y maravillas tal como fue su proceder con el leproso postrado ante ÉL,  “extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio“.

Si no estamos preparados para enfrentar la responsabilidad que nos ha mandado hacer el Señor, dejemos esa encomienda a otros u otras que estén dispuestos, dispuestas a pagar el precio del llamado, “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.” S. Mateo 10:8 RVR1960.

Es muy bonito desde una oficina,  desde un púlpito hablar y exhortar acerca de la Palabra De Dios, del Evangelio de Salvación de nuestro Señor Jesucristo y a la hora de mostrar misericordia y amor al prójimo estemos renuentes y huyendo para no hacerlo por temores que no proceden de Dios “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” 2 Timoteo 1:7 RVR1960.

Mediante sus hijos e hijas el Señor continúa extendiendo su mano para sanar al enfermo, para abrazar en ósculo santo, para levantar al caído, para amar misericordia, para consolar al desalentado “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” S. Lucas 19:10 RVR1960.

Dios usará a quien quiera dar testimonio de Su Poder y Gloria, “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.” S.Mateo 16:25 RVR1960.

El Señor te continúe bendiciendo. Maranatha.

Fuente:
Pastor Antonio Regalado Framingham , Massachusetts , USA

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