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CONACOPE propone preparar y fortalecer la virtud de los pastores en producir cambios que nuestra sociedad necesita

En Consejo Nacional de Confraternidades de Pastores Evangélicos (CONACOPE)  expresó su indignación ante los  actos  más reciente de violencia que han llenado de luto y dolor a varias familias nuestras y que han consternado a toda  la sociedad dominicana.

El presidente de CONACOPE, reverendo Adolfo Mateo, expresó que de forma solidaria debemos  impulsar todos los mecanismos disponibles para ponerle freno a esta cadena de actos violentos que está lastimando de forma dolorosa a la sociedad dominicana. “Los actos de violencia que se están manifestando, cada vez con mayor frecuencia, y con saldos múltiples de victimas dentro de las familias, no pueden continuar sucediéndose.  Esto tiene que detenerse”.

Observó que esta serie de muertes violenta es una obra satánica que se ha levantado, la que no solo debemos combatir con la oración, sino que se deben desarrollar mecanismos de prevención y protección para evitar más víctimas.  “Esta situación nos obliga a darle mayor cobertura y atención pastoral a las familias, y nos lleva a articularnos con los demás sectores de la sociedad para frenar en oración esta ola satánica que se ha levantado, pero al mismo, poner en marcha mecanismos apropiados que nos permitan abordar este problema de forma integral”.

Destacó que el ataque violento que acabó con las vidas de cuatro personas en Brisas del Este se produjo en un hogar cuyos componentes eran miembros de la Iglesia de Dios Unida Restaurando Vidas, que pastorea el obispo Tito Ysabel Reyes, un destacado líder y miembro de la junta directiva de CONACOPE.

Propone convertir órdenes de alejamiento en alarma comunitaria
El pastor Mateo propuso convertir las ordenes de alejamiento en un recurso de alerta comunitaria en el que las personas que están en el entorno demarcado conozcan la situación y puedan contribuir a evitar acciones violentas contra la persona amenazada.

Dijo que los órdenes de alejamiento de los potenciales victimarios no deben limitarse a medidas policiales, también deben constituir una alerta comunitaria que cree un cordón de información y alarma que proteja a la persona amenazada.  “Los feminicidios no solo son problema de fuerza pública, también son un problema de cuidado y atención comunitaria.

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