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Mientras tú persigues a Dios

17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor. 20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. 22 Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?”  Lucas 4:17-22

Jesús viene de ser bautizado por Juan el Bautista, de haber pasado por el desierto y vencer cada tentación y al enemigo; Está iniciando su ministerio, y este es su primer mensaje.  Pudo hablar de cualquier cosa, pero escogió este verso, en el que habla de las diferentes áreas que una persona debe salir.  La libertad económica es un tema que, para muchos, no debe hablarse en la iglesia, porque no tienen la perspectiva correcta; Es el deseo de Dios libertar al hombre de todo lo que le oprime.  Y Jesús, en su primer mensaje, escoge hablar acerca de que él viene a dar buenas nuevas a los pobres.  ¿Qué es lo bueno que se le dice a un pobre?  ¿Que va a seguir en necesidad y algún día irá al cielo?  No.  Lo que se le dice es: No tienes que vivir más en pobreza, puedes salir de esa condición.  Pero una cosa es perseguir algo, otra, salir de algo.  No se trata de perseguir riquezas; Cuando persigues el dinero, te vuelves esclavo de aquello que persigues y buscas con ansiedad y desespero.  El mensaje de Jesús fue uno de prosperidad, pero fue uno de salir de ciertas condiciones.

El Señor lo que está predicando es la salida de todas estas condiciones, problemas, dificultades.  No es meramente perseguir algo; Es salir de la condición actual en la que te encuentras.  Si tu enfoque es perseguir riquezas, dinero, abundancia, puedes volverte una persona ambiciosa, déspota, corrupta.  Una cosa es la persecución de las riquezas, otra, la salida de una condición para la cual tú no has sido creado.

Tú no fuiste creado para la pobreza, para ser esclavo ni para enfermedad.  Dios quiere sacarte de eso.  Jesús vino para traer libertad de tu opresión, de la pobreza, para sacarte de esa condición.  Y lo que trae gloria a Dios es que tú puedas salir de la esclavitud en la que el mundo te ha querido poner.  Cuando tú te pones en la posición correcta y persigues las cosas correctas, tu vida cambia, tus pensamientos cambian, tu estado emocional cambia, tu enfoque cambia, y comienzas a ver los milagros de Dios ocurrir a favor tuyo.

Dios quiere que tu vida cambie.  Persigue lo correcto.

¿Qué debes, entonces, perseguir?  Para el Señor poder llevar al pueblo de Israel a la tierra prometida, primero tenía que libertarlos de Egipto; Así que, primero tenía que haber una salida para poder libertarlos.  El problema del pueblo fue que, cuando Dios los saca de aquella condición circunstancial, dejan de buscar aquello que verdaderamente debían buscar para poder disfrutar de la tierra prometida.  Curiosamente, aún cuando el pueblo se desvía de perseguir a Dios, de buscar a Dios y su plan, la promesa de la tierra prometida permanecía; Y es que Dios no va a devolver a sus hijos nunca a la esclavitud, a la pobreza; Después que Dios te saca, –a lo mejor te quedas en el desierto –, pero Él no te devuelve al estado de esclavitud.  Dios los saca de Egipto, los quiere llevar a la tierra prometida, les promete abundancia, libertad, pero Él no quiere que persigan la tierra prometida; Él quiere que lo persigan a Él, que lo busquen a Él, que se concentren en Él, para que puedan disfrutar de la tierra prometida.  Y, cuando se mira el mensaje de prosperidad, a veces, el enfoque es el incorrecto.  La gente puede pensar que tienen que perseguir el dinero, pero si lo haces, vas a estar tan atado como cuando no lo tenías porque, puede que salgas de Egipto, pero al perseguir el dinero, te olvidas de lo que realmente tiene valor y, por lo tanto, vuelves a atar y paralizar tu vida para siempre.

Hoy es el día de entender que Dios te quiere sacar de tus circunstancias, de esa esclavitud, pero tu enfoque tiene que ser el correcto.  Tienes que ser dirigido hacia lo que tiene verdadero valor, para tú poder alcanzar todo lo que Dios tiene para tu vida.

En Mateo 6, Jesús hace una disertación acerca de la ansiedad, nos habla de cómo esto nos provoca afán, cómo el no tener qué comer provoca ansiedad en nosotros.  Y añade: Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.  El enfoque incorrecto de un mensaje de prosperidad, es enseñarte a perseguir el dinero; El enfoque correcto es la libertad de una condición para la cual Dios no te ha llamado a vivir.  En otras palabras, la meta no es que persigas riquezas, sino que salgas de toda condición en la que tú no debes vivir, ya sea enfermedad, pobreza, o como se llame.  Dios quiere sacarte de ese lugar, pero tu enfoque debe ser perseguir lo correcto para que en el momento que salgas, puedas entrar en la tierra prometida.  Y, ¿qué es lo correcto?  Buscar el reino de Dios y su justicia, buscarlo a Él, buscar cómo Él hace las cosas, cómo funciona su reino, perseguirlo a Él.

Dios no quería ver a su pueblo oprimido por más tiempo; Él dijo: Llegó hasta el colmo, tengo que sacarlos de aquí y cumplir mi promesa.  Y, cuando lo hace, lo primero que ocurre es que hacen un becerro de oro; Se enfocan y buscan las cosas incorrectas, y quedan encerrados en el desierto y nunca entran en la tierra prometida.

Enfócate en lo correcto.  Persigue a Dios, busca su reino.  No persigas más el dinero, las riquezas; Deja que ellas te persigan a ti, mientras tú persigues a Dios.  No fuiste creado para vivir en pobreza, en dificultad, y Dios tiene su mano poderosa presta para ayudarte, bendecirte, libertarte y traer sobre tu vida transformación y bendición.

Fuente:
Pastor Otoniel Font

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