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Juan Pablo Duarte visionario,amante de la soberanía él progreso y la libertad

Cada 26 de enero, los dominicanos y aquellos a quienes les interesa la cultura y la historia del país, deben recordar a Duarte, considerado el padre de la Patria Dominicana, nacionalista, patriota e antiimperialista, y conmemorar su día y su proyecto de Constitución, en el que abogó siempre por la independencia, las garantías de las libertades y la ley suprema del pueblo dominicano.

A esta efeméride patria del “primer constitucionalista dominicano”, se suma la celebración del décimo aniversario de la independiente y eficiente labor del Tribunal Constitucional.
Para Juan Pablo Duarte, la independencia era necesariamente total, por eso él no podía pensar, bajo ningún concepto, en que la República Dominicana pasara a manos de otra potencia extranjera, o de alguna manera ver afectada su soberanía, y esa fue la diferencia con respecto a Pedro Santana, soldado firme en la defensa de su potestad frente a la agresión haitiana, quien cometió el más grave crimen contra la patria, al anexar el país a España.

El papel de la juventud fue determinante en el movimiento separatista; Duarte ideó la independencia como un proyecto donde la juventud había de tener un accionar preponderante, y en ella confío; y aunque muy joven, sus ideas eran maduras y con un norte preciso.

La fundación de La Trinitaria y otras sociedades lo consagran como un hombre de concepciones y de acción, que visualizó de este modo la viabilidad de alcanzar el ideal. ¿Quién mejor que Duarte y los trinitarios para inspirar a la juventud? Ellos encarnan el símbolo de un liderazgo con propósito, transparente, limpio. Duarte es el líder visionario, amante de la soberanía, el progreso y la libertad.

Consideramos que las fechas cercanas del natalicio de Duarte, y el Día de la Juventud, que es el 31 de enero, deben servir como inspiración a las presentes y futuras generaciones, pues ambas aluden al pensamiento del patricio, quien luchó por la defensa de sus valores, la nacionalidad, y los principios cardinales de la nación junto a Pedro Alejandrino Pina, Jacinto de la Concha, Felipe Alfau, Benito González, Juan Nepomuceno Ravelo, Juan Isidro Pérez, Félix María Ruiz y José María Serra.

En la fundación de La Trinitaria hubo visión política de la realidad y un modo de transformarla para acabar con la opresión haitiana. Así enseñaron el amor y la defensa de lo propio, a tener fe en el país y trabajar para sentar las bases que fundamenten nuestro porvenir.

La Trinitaria fue la fuerza motora que hizo posible, años después, el grito de independencia del 27 de febrero del 1844, pero su deseo de permanecer era tal que hubo que librar más de doce batallas con ellos. Con esto sobran razones para que la juventud, y la ciudadanía toda, imiten la acción patriótica, que beban de esa fuente.

Fuente:
Félix Caraballo

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