Salud – Nutrición

Este estudio con famosos demuestra cómo nos ‘envenena’ el plástico del “súper”

El análisis ha encontrado en la orina de un grupo de celebrities una veintena de componentes derivados del plástico

Un estudio con famosos confirma que los microplásticos están invadiendo el organismo humano. Una veintena de componentes derivados del plástico, sobre todo ftalatos y fenoles, han sido hallados en la orina de una veintena de celebrities que se han prestado a hacerse un análisis para una campaña que denuncia el «uso abusivo» de plásticos en los alimentos, que luego pasan al organismo.

Entre los participantes del estudio, impulsado por Rezero (Fundación Catalana para la Prevención de Residuos y Consumo Responsable), se encuentran la actriz Silvia Abril, el pintor Miquel Barceló, el músico Rubén Sierra componente de La Pegatina y el meteorólogo Francesc Mauri, entre otros. Los resultados se presentaron la semana pasada dentro de la campaña Salud de Plástico con el objetivo de informar sobre la abusiva plastificación de los alimentos en toda la cadena de distribución y consumo, y promover el abandono de la cultura de «usar y tirar».

Rezero recogió las orinas de 20 famosos y fueron enviadas al Instituto Noruego de Salud Pública, laboratorio internacional referente en el análisis y detección de metabolitos plásticos en muestras humanas, donde analizaron 27 compuestos derivados del plástico, que están presentes en los envases de productos alimentarios. Todos los participantes del estudio dieron positivo.

Se trata de 15 ftalatos -sustancias utilizadas para incrementar la flexibilidad y elasticidad de los plásticos- y 12 fenoles -utilizados para dar forma y resistencia a los plásticos. El número de compuestos detectados por individuo osciló entre un mínimo de 20 y un máximo de 23.

Los fenoles se encuentran en multitud de botellas de plástico, envases de alimentos precocinados, fiambreras y en las resinas de protección de las soldaduras de las latas de conserva. Los ftalatos se utilizan con frecuencia en cosméticos, adhesivos y juguetes de niños.

Una dieta plastificada

Los resultados fueron supervisados por el doctor Miquel Porta, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública e investigador del IMIM (Instituto de Investigaciones Médicas del Hospital del Mar de Barcelona). «A pesar de que estas sustancias puedan excretar diariamente, la exposición continuada a estos compuestos tóxicos, muchos de ellos disruptores endocrinos, es la que está vinculada a enfermedades como el hipotiroidismo, diabetes, infertilidad, cáncer entre otros», apunta Porta.

Los impulsores del estudios denuncian que se ha extendido la presencia de envases de plástico en toda clase de alimentos, en juguetes, papeles pintados, cables, colas, superficies de PVC, tintas de impresión, tejidos, productos de limpieza, lacas, barnices, aparatos médicos y cosméticos.

«La ciudadanía está expuesta de forma diaria e inconsciente a una dieta plastificada. El plástico que actualmente se utiliza en el envasado, transporte y venta de alimentos y bebidas contiene sustancias que están migrando a nuestro cuerpo y afectan directamente a nuestra salud», denuncia Rosa García, directora de Rezero.

Una de las participantes del estudio y doctora especializada en Obstetricia y Ginecología Elena Carreras expresó su preocupación por el impacto que estos compuestos plásticos pueden tener en las madres gestantes y sus criaturas, ya que estos pueden llegar al feto a través de la placenta.

Crece la preocupación

La campaña Salud de Plástico busca una modificación legislativa por parte de las administraciones y un cambio de las políticas productivas por parte de los agentes económicos vinculados a la alimentación, el envasado y la distribución.

Proponen que se prioricen los productos reutilizables, de larga duración y menor impacto, regulando la venta y la distribución de elementos desechables (como las bolsas, bandejas, vasos, vajilla y pajitas de plástico) y que se apliquen medidas fiscales a productos de un solo uso y de corta duración (botellas de plástico o cápsulas de café, por ejemplo).

«No hay que estar haciendo investigaciones largas y costosas para ver el efecto nocivo que pueda tener el plástico sobre la persona. Debemos aplicar el principio de precaución. En un futuro, seguramente los médicos tendremos que recomendó que no se fume, no se beba y, además, cero plásticos en la dieta», apunta Carreras.

Por ahora hay poca evidencia de los posibles efectos de los microplásticos sobre la salud humana. El pasado agosto María Neira, directora del Departamento de Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud (OMS), exigió más investigación. «En base a la información limitada que tenemos, los microplásticos en el agua potable no parecen representar un riesgo para la salud a los niveles actuales, pero necesitamos saber más», apuntó.

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