Los muros de Jericó representan una “Misión Imposible”. Jericó fue la primera ciudad en el camino a la tierra prometida que los israelitas tuvieron que conquistar para obtener la herencia que Dios les había prometido, pero los muros eran considerados imposibles de penetrar o escalar. (Josué 6) Tal vez te encuentres enfrentando tus propios «muros de Jericó» hoy, pero hay buenas noticias. El mismo Dios que le dio la victoria a Josué es el mismo Dios que derribará esos muros por ti. Este grito de gracia fue maravillosamente desesperado porque Israel no tenía forma de entrar en Jericó a menos que Dios hiciera por ellos lo que era imposible hacer por su propia fuerza. Esa es la naturaleza de la gracia. La gracia libera el favor de Dios. El favor trae la victoria. Cuando gritamos «GRACIA» a nuestros muros de Jericó, Dios libera un favor sobrenatural que ningún muro puede resistir. (Zacarías 4:7)
DECLARACIONES PROFETICAS
“En el poderoso nombre de Jesús, declaro hoy que tu adversario, cegado por sus propios planes, no podrá comprender la gracia divina que te rodea para esta batalla que estás enfrentando. Las flechas ardientes del enemigo, aunque apuntadas con precisión, han caído cortas de su objetivo, porque el poder del Dios Altísimo te protege de todo daño. Escucho al Espíritu del Señor diciendo: «He aquí, Yo estoy orquestando milagros imparables para manifestarse en tu vida, surgiendo de los lugares más inesperados en la tierra». Mantente firme en tu fe inquebrantable, porque la marea de la victoria está cambiando a tu favor, y la mano del Todopoderoso está obrando maravillas en tu nombre”.
Isaías 43:2-4 TLA Aunque tengas graves problemas, yo siempre estaré contigo; cruzarás ríos y no te ahogarás, caminarás en el fuego y no te quemarás porque yo soy tu Dios y te pondré a salvo. Yo soy el Dios santo de Israel.
“El Espíritu del Dios Altísimo te declara: «En esta temporada de tu vida, serás testigo del surgimiento de la esperanza, avivando tu fe para mayores hazañas. Aun en medio de las sombras más oscuras, el enemigo huirá en siete direcciones, abriendo paso para que la gloriosa luz de Dios ascienda y reine. Tu victoria está sellada con la sangre del Cordero, y tus pasos están empapados de favor divino. Ese espíritu de confusión que una vez tuvo dominio será dispersado a los cuatro vientos, marcando un cambio que es nada menos que divino. Transformará el llanto en gozo y el lamento en danza”.
Isaías 61:2-3 TLA Dios también me envió para anunciar: Éste es el tiempo que Dios eligió para darnos salvación, y para vengarse de nuestros enemigos. Dios también me envió para consolar a los tristes, para cambiar su derrota en victoria y su tristeza en un canto de alabanza.
“La obstinada nube de decepción que te rodea desaparece como humo, levantando el pesado yugo de tristeza e inaugurando una temporada de paz, felicidad y júbilo. Recuerda esto, incluso en los valles más profundos y oscuros de la desesperación, mi amor por ti no tiene límites. Yo soy tu Roca, Yo soy tu fortaleza, tu ayuda constante en tiempos de necesidad. Pon tu confianza en Mi Palabra, porque es una lámpara para tus pies y luz para tu camino, guiándote por la senda de la justicia”. (Charlie Shamp)
Salmos 55:16-18 NVI Pero yo clamaré a Dios, y el Señor me salvará. En la noche, en la mañana y al mediodía, clamo angustiado y él me escucha. Aunque son muchos los que me combaten, él me rescata, me salva la vida en la batalla que se libra contra mí.
Con amor y oraciones,
