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El poder de tus palabras

El poder de Dios te transforma; y lo primero que Dios comienza a cambiar son tus palabras.  Pablo decía que, cuando era niño, hablaba, pensaba y juzgaba como niño, mas cuando ya fue hombre, dejó lo que era de niño.  Y es que Dios transforma tu manera de hablar.

“ Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía a encontrarse con él; y el Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos.” 1 Samuel 10:10

Esto pasó a Saúl, conforme a lo declarado por el profeta.  Cuando tú te unes a tu iglesia, a un grupo de gente que habla diferente, entonces tú también comienzas a cambiar la manera en que hablas.  Ya tú no dices las cosas que decías antes, porque el Espíritu de Dios desciende sobre ti, y comienzas a hablar y a pensar, no como piensa el resto, sino como Dios quiere que tú pienses para llevarte a ser todo lo que Él quiere que tú seas.

“ Y aconteció que cuando todos los que le conocían antes vieron que profetizaba con los profetas, el pueblo decía el uno al otro: ¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Saúl también entre los profetas?”  1 Samuel 10:11

De esta misma manera, hay quienes cuestionan acerca de ti: ¿Qué le pasó a fulano?  ¿Está yendo a la iglesia?  Porque tu lenguaje comienza a cambiar.  Lo primero que pasó cuando descendió el Espíritu Santo sobre los discípulos fue que recibieron el don de hablar lenguas.  Y podemos pensar que fueron lenguas angelicales, pero en realidad fueron diferentes idiomas, porque el mensaje se tenía que propagar, tenía que llegar a todas partes.

Una de las primeras historias de la Biblia, nos habla acerca de la confusión de las lenguas.  La gente comenzó a construir una torre, pensando que se harían un nombre para ellos, y cuando Dios vio que ellos estaban unidos y que no había nada que los detuviera, descendió y les cambió el lenguaje; porque, tan pronto hablamos cosas diferentes, nada va a ocurrir.  Tan pronto comienzas a hablar diferente, hay dispersión y se pierden tus planes.  En tu matrimonio, tus hijos van a tratar de que tú hables diferente.  Por eso, le preguntan al padre una cosa, y luego van donde la madre, a ver si alguno les dice lo que ellos quieren.  Y tú tienes que decir: ¿Qué te dijo tu papá/mamá?  Porque, si tú dices algo diferente, han encontrado la primera división.  Los matrimonios comienzan a hablar diferente, a mirar las cosas diferentes.  Antes hablaban de boda, y ahora hablan de divorcio; hablaban de planes para el futuro, y ahora hablan de sus diferencias; porque tan pronto se separan las lenguas, llega la división.  Pero, cuando un hombre es transformado, lo primero que Dios le cambia es su manera de hablar.  Y tú no puedes permitir que los cuestionamientos de la gente te hagan hablar como la gente con la que antes tú te rodeabas.

“ Y alguno de allí respondió diciendo: ¿Y quién es el padre de ellos? Por esta causa se hizo proverbio: ¿También Saúl entre los profetas?  Y cesó de profetizar, y llegó al lugar alto.” 1 Samuel 10:12

Ninguno hizo una aseveración; todos lo que hicieron fue cuestionar.  Y, cuando alguien cuestiona tu transformación, tú comienzas a desconfiar.  El cuestionamiento puede minar tu confianza, y eventualmente puede llevarte a la desobediencia.  Cuando alguien quiere poner duda en tu vida, no lo hace diciéndote algo, sino cuestionando algo: ¿Tú crees que Dios va a hacer eso?  ¿Tú crees que, en esta economía, tú puedes?  El mundo sabe que, si pone un poco de duda en tu mente, logrará hacerte desconfiar, y por lo tanto no obedecer, y perderás entonces lo que Dios tiene para tu vida.

Pídele a Dios que tus palabras comiencen a cambiar.  Únete al grupo de personas que estamos profetizando bendición y victoria para tu país, a los que estamos diciendo que lo mejor está por delante.  Cree que hay esperanza para tu país, que tú vas hacia adelante.  Que nadie te haga cuestionar lo que Dios te ha dicho que tienes que decir.  Dios está esperando que tú te unas a los que profetizamos, porque el mayor profeta que tú debes tener para tu casa eres tú.  El mayor profeta que tú debes tener para tus hijos eres tú.  En vez de estar buscando profeta por todas partes, el mayor profeta debes ser tú.  Dios quiere que te unas a un grupo de personas que va a provocar que tu lenguaje comience a cambiar, gente que, con sus palabras, declaren que te vas a levantar, te vas a restaurar.

Deja que la gente cuestione, que hable, que piense lo que quiera que pensar; Dios quiere cambiarte en otro hombre, en otra mujer.  Comienza a hablar con tu cónyuge, con tu familia, el mismo lenguaje, las mismas palabras.  Olvídate lo que otros piensen.  Dios va a cambiar tu lenguaje de fracaso, de problemas, de frustración; y tú vas a ver el poder de Dios sobre tu vida, a través de tus palabras.

La razón por la que Pedro negó a Cristo, es porque, dondequiera que él iba, la gente lo reconocía por como él hablaba.  Para no hablar como Cristo hablaba, entonces, comenzó a maldecir.  Porque tus palabras delatan con quién tú estás.  Sé de los que están con los profetas, con aquellos que creemos que Dios todavía es dueño de todo, que Él es soberano, y que él nos va a dar la victoria, y cree que Él tiene tu futuro en sus manos.

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