En 1492, España, encabezada por la alianza matrimonial de los reinos de Aragón y Castilla, logra la expulsión de los moros tras 721 años de presencia en la península. Pocos años antes, andaba por distintas cortes europeas un personaje un poco estrafalario que había sido marinero y hablaba de una ruta nueva para llegar a Asia. Este personaje, que rondaba los 40 años, era un ligur, es decir, un habitante de Génova, en Italia, denominado Cristóbal Colón, y señalaba que yendo al oeste, eventualmente se llegaría a Cipango y Catay, es decir, Japón y China.
Tras varias entrevistas, finalmente los Reyes Católicos aceptan patrocinar la teoría de Colón y le proveen de una flota y de recursos. Sale en agosto de Puerto de Palos de Moguer, en Andalucía. Tras intentonas de motín ante el largo viaje y la tozudez de Colón, quien insiste en seguir, se escucha la voz de Tierra, emitida por Rodrigo de Triana, con lo cual Europa y América entran en contacto.
Tras casi 530 años de intercambio mutuo, de hibridación racial, cultural, económica, vale hacerse la pregunta que titula este texto: ¿Quién descubrió a quien?, o ¿Quién influyó a quien?. Indudablemente, una España sin el continente americano hubiese tenido otro devenir. Hubiese sido más pobre. No hubiese podido involucrarse en tantas guerras. El español o castellano hubiese tenido otra evolución, con un vocabulario mucho más acotado.
Las américas deben muchos aspectos de su cultura a España. Sin España, este artículo no hubiese podido ser escrito, salvo que se hiciera en un lenguaje de la lengua arawak. Sin España, la Cruz de Cristo no hubiese llegado a estas partes. La concepción de ciudades con plaza central, con catedral, gobernación, prisión y mercado, que es el día a día en América Latina, no se hubiese dado. Al no adscribirse a la tradición literaria española, los cientos de grandes escritores que han dado estas tierras no hubiesen existido, o al menos no como les conocimos.
El español se lleva de América frutas, vegetales, oro, plata, maderas, vocablos nuevos, formas nuevas de hacer cosas, en fin, nuevas visiones que enriquecieron al Imperio. Las Américas recibieron el vehículo del idioma, que es nuestro elemento aglutinante, ganaron instrumentos musicales, la instrucción académica, y se insertaron en el mundo.
No podemos olvidar que el proceso de conquista y colonización de América fue hecho a sangre y fuego. Millones de personas murieron. Y en muchos lugares, los aborígenes se convirtieron en ciudadanos de segunda categoría. Pero lentamente, las clases fueron mezclándose.
Sobre el aserto inicial, no sabría que contestar. España hace el acto material, pero las américas le ofrecen a España ciencias, riquezas, artes, gastronomía, que cambiaron su naturaleza para siempre. Y España también ayudó a forjar esta región bella, compleja y contradictoria que es Hispanoamérica.
