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Virus Peligroso

Estamos en un tiempo en el cual la palabra virus nos atemoriza y no quisiéramos seguir escuchando nada sobre virus. EZEQUIEL 18-31

Pero este día vamos a tomar la palabra virus para nombrar algunas actitudes pecaminosas que también pueden traer muerte a nuestra vida, a nuestra espiritualidad, a nuestra relación familiar, a nuestras relaciones personales con nuestros prójimos, etc.

La palabra virus tiene que ver con algo que contamina, que puede ser mortal, que nos enferma, y es por eso que vamos a reconocer en nuestra vida esas actitudes que son como virus pues nos dañan y poco a poco nos enferman y destruyen nuestro interior.

Tenemos que cuidarnos de ellos pues en la actualidad todos nos preocupamos por no contagiarnos con el Coronavirus, pero esta pandemia en el nombre de Jesús tarde o temprano terminará, pero de estos virus muchos de nosotros hace mucho tiempo estamos contaminados y no lo reconocemos.

Veamos cuales son esos virus:

EL VIRUS LLAMADO AMARGURA (HEBREOS 12:15) 

Tenemos que saber que la amargura es un virus muy peligroso porque contagia a muchos, pues nuestras actitudes dañan, ofenden, hieren corazones, y eso poco a poco produce también amargura en el corazón de nuestros prójimos.

Pero ¿cómo fue que nuestro corazón se contagió de amargura? La amargura es la suma de heridas no sanadas, de fracasos no superados, de oportunidades perdidas, de ofensas no perdonadas que se convirtieron en rencor o en odio.

¿Cómo podemos curarnos de ese virus llamado amargura? (Salmo 32:3-5) Primeramente confesando nuestros pecados al Señor, y uno de eso pecados que muchos no confesamos es nuestra amargura, permitiendo que el Señor sane nuestras heridas con su perdón, y tomando la decisión de avanzar, de no quedarnos estancados en la amargura, y para eso necesitamos perdonar a los que nos ofendieron y perdonarnos a nosotros mismos por los errores que cometimos, solo así podremos ser libres de la amargura.

EL VIRUS LLAMADO MATERIALISMO O AMOR AL DINERO (1 TIMOTEO 6:10) 

Este virus ha contagiado a millones de personas en el mundo , y como lo dice el versículo produce dos síntomas muy  peligrosos: Extraviarnos de la fe, es decir alejarnos de los caminos de Dios, enfriarnos espiritualmente y volvernos personas materialistas, y también produce muchos dolores, y ¿Cuales son son algunos de esos dolores que el amor al dinero produce?

El dolor de abandonar al Señor y cambiarlo a él por lo material.

El dolor de llegar a destruir nuestro matrimonio por nunca tener tiempo para nuestro cónyuge por estar afanados por el dinero.

El dolor de darnos cuenta que por el afán del dinero nunca tuvimos tiempo para nuestros hijos, y ahora que ya no están con nosotros la relación es fría y distante.

¿Cómo podemos ser libres del virus del materialismo, del amor al dinero? Tenemos que reconocer primeramente que el dinero nunca va a llenar el vacío de nuestro corazón, que nunca nos sentiremos satisfechos si nuestra vida está enfocada solo en lo material (Eclesiastés 5:10) y que los afanes de la riqueza son un engaño del enemigo para alejarnos de los caminos de Dios y hacer que nuestra vida cristiana sea sin fruto (Marcos 4:19)

EL VIRUS LLAMADO INCREDULIDAD (JUAN 10:27) 

Si vemos en el texto el Señor le reprocho a Tomás, uno de sus discípulos por ser incrédulo, por no haber creído que Jesús había resucitado y el Señor le dijo que no fuera incrédulo, sino que fuera creyente.

¿Que nos dice eso? Que aun aquellos que somos discípulos del Señor, es decir que aunque somos cristianos podemos estar contaminados con él virus de la incredulidad, es decir, hemos creído en Jesús como nuestro salvador, podemos tener la seguridad de nuestra salvación, pero aún dudamos de Dios, dudamos de su poder, de su misericordia, muchos en los momentos de tribulación y de angustia dudamos que él nos ayudará, nos cuesta confiar en su palabra y en sus promesas.

¿Cómo podemos ser libres del virus de la incredulidad? Tenemos que reconocerlo y confesarlo, ya que la incredulidad es un pecado que muchos de nosotros no confesamos y tenemos que pedir con sinceridad de corazón la ayuda del Señor en esa área de nuestra vida (Marcos 9:23-24)

Fuente:
Pastor Oscar Flores | El Salvador

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