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Somos Uvas

Genesis 40:10 Y en la vid había tres sarmientos. Y al brotar sus yemas, aparecieron las flores, y sus racimos produjeron uvas maduras.

En este verso vemos (3) tres figuras que tiene la uva en el ambiente espiritual, recordemos que la uva viene de la vid que es Cristo como lo dice la palabra en Juan 15.

La Primera figura es La permanencia en Cristo Juan 15:5.

Juan 15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

La uva permanece en la vid, hasta su madurez, para que luego sea cosechada y su semilla sea sembrada para dar fruto.

Es decir debemos permanecer en Cristo para dar el fruto y llevar la semilla que esta dentro de nosotros.

Juan 15:7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

La Segunda figura es la Dependencia de Cristo Juan 15:4.

Juan 15:4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

La uva depende de la vid para vivir y llegar a su propósito, por si mismo no puede, así como nosotros dependemos de Cristo para todo, sin Cristo no podemos vivir y mucho menos lograr o alcanzar el propósito eterno de Dios para nosotros.

La Tercera figura es Cristo Inseparable Juan 17:23.

Juan 17:23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.

La unidad de la vid para con la uva es de vital importancia porque sin ella no hay desarrollo, la uva se desarrollará y mucho menos permanecerá. Y así es la vida espiritual del creyente debe basarse en la unidad del Padre, de Hijo y del Espíritu Santo, para que pueda desarrollarse, permanecer y dar más fruto. Debemos estar sujetarnos con Dios, en todo tiempo, recordemos que ningún poder nos puede separar.

Romanos 8:38-39 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,

39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Estas (3) tres figuras nos enseña lo siguiente:

1.- La permanencia en Dios nos garantiza la dependencia de Dios, para testificar a Cristo inseparable.

2.- Es hora de vernos como pámpanos que dependemos de esa Vid que es Cristo.

3.- Una uva bajo las tres figuras que vimos hace unos minutos atrás representa también fructificación:

1.- Testificamos lo que Somos: Colosenses 1:10 Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;

Este verso habla de la testificación del fruto en Cristo, una uva desarrollada lista para que a través de ella vean al Señor que es el labrador.

2.- Somos frutos Perennes: Ezequiel 47:12 Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina.

Este es el propósito de dar frutos, ser sembrados para dar frutos, así es el propósito de Dios en cada creyente, el nos limpia por su palabra y daremos más frutos tal como lo dice la palabra.

3.- Frutos sin Defectos: Efesios 5:9 (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad),

De Dios proviene todo lo bueno, y en este marco de lo bueno, sin defectos, es decir Dios lo hace todo bien, y los frutos que da el creyente son sin defectos alguno. Ningún fruto espiritual viene mal, viene bien hecho, porque Dios no obra nada malo.

Así que todo fruto es perfecto y bueno.
Galatas 5:22-23 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Podemos concluir con lo siguiente, la biblia dice en:

Genesis 40:10 Y en la vid había tres sarmientos. Y al brotar sus yemas, aparecieron las flores, y sus racimos produjeron uvas maduras.

Dios hoy nos recuerda como lo dice Genesis 40:10 … y sus racimos produjeron uvas maduras.

Somos frutos maduros, porque nuestra permanencia en Dios nos garantiza la dependencia de Dios, para testificar a Cristo inseparable. Testificamos que somos, somos frutos perennes, frutos sin defectos, listos para fructificar como lo desea Dios nuestro labrador.

Para llegar a ser lo que dice el Salmo 1:3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.

Recordemos Juan 15:4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Dios les Bendiga Grandemente y Poderosamente.

Fuente:
Pastor Franklin Quintero, Iglesia de Cristo Ebenezer | Mobile Alabama, EEUU

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