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Recuperando el Fuego. Volviendo al Primer Amor con Dios y el Prójimo

El primer amor, muchas veces se habla de nuestro primer amor, que muchas veces lo abandonamos y he escuchado que “muchas veces perdemos a nuestro primer amor”. Yo no creo eso, yo no creo que lo dejamos. Siempre he creído que nos olvidamos de Él o lo dejamos.

Y si pensamos bien hay una gran diferencia entre perder y dejar. Aquí Dios le habla a la iglesia de Éfeso le dice que tiene en contra de aquellos que han dejado su primer amor.

¿CUÁNTOS HEMOS DEJADO NUESTRO AMOR HACIA DIOS?
En otras versiones de la biblia se nos dice que hemos dejado amor hacia Él y hacia nuestro prójimo. En este día Dios nos pregunta ¿estás con tu primer amor o lo has dejado?

Amar a nuestro prójimo es un mandamiento muy importante que Dios nos dio. La palabra de Dios nos dice que no podemos amar a Dios y aborrecer a nuestro prójimo. Y en este mensaje Dios le dice a la iglesia que ha dejado su amor por Dios y por su prójimo. Y por lo visto aquella iglesia no se daba cuenta que había dejado atrás aquellos amores.

HAY UNA GRAN DIFERENCIA ENTRE PERDER Y DEJAR
Cuando uno pierde algo no sabe dónde encontrarlo pero cuando dejamos algo, sabemos dónde encontrarlo. En el versículo 5 Dios nos da una esperanza que volvamos donde lo dejamos y nos arrepintamos. Pues si no lo hacemos Él vendrá y quitará su espíritu de nosotros. Dios nos dice recuerda dónde dejaste aquel amor, vuelve a donde lo dejaste y sigue adelante.

Muchas veces ni siquiera nos llegamos a percatar que hemos dejado aquel amor, hasta que llega el momento y pensamos que nuestra manera de buscarle y de alabarle es diferente. Y sentimos que algo falta, nuestro espíritu tiene hambre de Dios. Y es en ese momento donde tenemos que volver donde lo dejamos y volver a nuestro primer amor, a ese amor con Dios y con nuestro prójimo que son los dos más grande mandamientos.

HAY QUE BUSCAR A DIOS MIENTRAS PUEDA SER HALLADO (ISAÍAS 55:6-8)
Hay que volver a ese amor tan grande que sentíamos por nuestro Señor, porque nosotros tal vez lo dejamos, lo olvidamos a Él, pero Él nunca nos deja a nosotros. Encendamos aquella llama de nuestro primer amor.

Nunca hay que olvidarnos de donde Dios nos saco, muchas veces aquella llama se va apagando poco a poco y muchas veces ni cuenta nos damos, pero Dios nos dice que tenemos que encender aquella llama y volver para que no quite lo que Él puso en nosotros que es su Espíritu Santo.

Es una consecuencia muy grande que nos quite a su Espíritu Santo y lo hace porque nosotros no apreciamos como deberíamos a su Santo Espíritu. Tal vez tengamos talentos, dones, pero hay que recordar que esos son dones del Espíritu Santo no nuestros, y que sin Él nada funciona. Nada tiene sentido, Él es el motor de nuestra vida y hay que darle la importancia que tiene y saberlo valorar.

 

Fuente:
Yaqueline Maldonado

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