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¿Por que nos amargamos?

HEBREOS 12:15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;

El versículo que hemos leído comienza con dos palabras que tenemos que tomar en cuenta: MIRAD BIEN, es decir pongan atención, pero ¿en qué tenemos que poner atención? En que no broten raíces de amargura en nuestro corazón, que no permitamos que la amargura llene nuestra vida.

Esto quiere decir que es muy importante que como hijos de Dios no permitamos que nuestro corazón se llene de amargura, porque nos estorba las bendiciones que nuestro Dios quiere darnos y porque también con nuestra amargura contaminamos a otros, y lo peor de todo es que a los primeros que amargamos son nuestra familia.

Pero también tenemos que tener cuidado con nuestra amargura porque nuestra amargura no agrada a Dios (Oseas 12:14) Efraín ha provocado a Dios con amarguras; por tanto, hará recaer sobre él la sangre que ha derramado, y su Señor le pagará su oprobio. la amargura de nuestro corazón es una provocación a Dios, es como decirle: estoy enojado ¿y qué?

Generalmente le decimos a una persona, y si no lo decimos muchas veces lo pensamos: ¡me amargaste la vida!, pero ¿será cierto que estamos amargados por la culpa de una persona, o será que estamos amargados porque nosotros así lo hemos decidido?

Este día vamos a reflexionar porque nos amargamos en realidad,

I) POR NO CONSULTAR NUESTRAS DECISIONES A DIOS (PROVERBIOS 19:3) La insensatez del hombre tuerce su camino, Y luego contra Jehová se irrita su corazón.  Muchas veces nos comportamos neciamente no tomando en cuenta a Dios en nuestras decisiones, y cuando todo nos sale mal nos enojamos contra Dios,

Muchas personas están muy amargadas y no le encuentran sentido a su vida por lo enredada que está su existencia, pero no reconocen que el problema es que no quisieron tomar en cuenta la voluntad de Dios. (Jeremías 4:18) Tu camino y tus obras te hicieron esto; esta es tu maldad, por lo cual amargura penetrará hasta tu corazón.

II) POR LA FRUSTRACIÓN QUE HAY EN NUESTRO CORAZÓN (JONAS 4:1-3) Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó. 2 y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. 3 ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.

Según los psicólogos una de las principales causas de la amargura de nuestra vida es producida por la frustración, pero comprendemos primero que significa la palabra frustración: es un sentimiento que se produce cuando las expectativas de una persona no se ven satisfechas al no poder conseguir lo que se quería, así como en el texto que hemos leído, la expectativa de Jonás es que Dios destruiría a los habitantes de Nínive, pero cuando Dios tuvo misericordia de ellos se enojó,

  • Una madre o un padre pueden sentirse amargados por que sus hijos no cumplen sus expectativas, pero no nos damos cuenta que una cosa son nuestras expectativas y otra cosa es su capacidad, su personalidad, sus gustos, etc. muchas veces queremos tener adultos pequeños, y se nos olvidan que son niños, que les gusta jugar, que son inquietos, desordenados, etc.
  • Una esposa puede sentirse amargada porque su esposo no cumple las expectativas de su vida, no es cariñoso como ella quería, no es romántico, no es atento, etc. Pero el problema es que nuestras expectativas de las personas son muy elevadas, y no nos permiten ver los muchos detalles buenos que esa persona tiene, pero nosotros queremos alguien sin defectos y sin debilidades y no hay nadie así.
  • un hijo puede sentirse amargado o frustrado por que sus padres no son como él quisiera que fueran, sino que son estrictos, o muy enojados, pero tienes que comprender que tus padres muchas veces no harán lo que te gusta sino lo que te conviene, lo que es lo mejor para tu vida, lo que hará de ti una persona mejor.

Por eso en lugar de sentirnos frustrados y amargados por lo que no tenemos, tenemos que tener un corazón contento y agradecido por las bendiciones que tenemos, por la familia que tenemos, por la vida que tenemos, no dejemos que el enemigo nos haga quejarnos cuando en realidad nuestra vida está llena de bendiciones que no reconocemos (Proverbios 15:15) Todos los días del afligido son difíciles; Mas el de corazón contento tiene un banquete continuo.

III) PORQUE NUESTROS PLANES NO SALIERON COMO NOSOTROS QUERÍAMOS (1 REYES 21:1-4) Pasadas estas cosas, aconteció que Nabot de Jezreel tenía allí una viña junto al palacio de Acab rey de Samaria. 2 y Acab habló a Nabor, diciendo: Dame tu viña para un huerto de legumbres, porque está cercana a mi casa, y yo te daré por ella otra viña mejor que esta; o si mejor te pareciere, te pagaré su valor en dinero.3 Y Nabot respondió a Acab: Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres. 4 y vino Acab a su casa triste y enojado, por la palabra que Nabot de Jezreel le había respondido, diciendo: No te daré la heredad de mis padres. Y se acostó en su cama, y volvió su rostro, y no comió.

En el texto que leímos vemos a el rey de Judá, Acaba, molesto, enojado, amargado, porque las cosas no salieron como él quería, a pesar que era el rey, Nabot no quiso darle su viña, y él se fue enojado y amargado y se acostó y no comió.

Al igual que Acab muchas veces también nosotros nos sentimos frustrados y amargados porque nuestros planes no salieron como nosotros queríamos: estamos molestos porque el viaje que teníamos planificado hacer no pudo realizarse a pesar de quizás que ya teníamos hasta el pasaje, estamos molestos porque ya teníamos planes de boda con nuestra pareja y nos abandonó, estamos molestos porque creíamos que ya era seguro el empleo que nos habían ofrecido, pero al final no salió.

Pero tenemos que recordar algo muy importante: (Jeremías 10:23)Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos. Tenemos que confiar que nuestro Dios conoce lo que es mejor para nosotros, en lugar de amargarnos debemos aprender a aceptar la voluntad de Dios con humildad, aprender a aceptar que nosotros no tenemos la última palabra en nuestra vida sino Dios y él nos ama y siempre quiere lo mejor para nosotros.

Fuente:
Pastor Oscar Flores | El Salvador

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