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Los Misioneros de Dios

Experiencias y enseñanzas en Israel

“¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quién se ha manifestado el Espíritu Santo? Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Con todo eso Dios quiso quebrantarlo, sujetándolo a padecimiento.”
(Isaías 53:1 y 3 y 10a)

Siempre he sostenido en mi vida en Cristo y mis mensajes como ministro de Dios que el ministerio cristiano se trata de fe, valor, y sacrificio. Ese es el ejemplo que nos da nuestro Señor y Salvador Jesucristo. (Juan 13:15) “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.” (1 Juan 2:6)
Eso es fe y obediencia a Dios. ¡Aleluya!
Entregué mi corazón y mi vida a Jesús en el 1980 y esa primera década trabajé como Capellán. Luego la década de los años 90 trabajé como evangelista y Pastor Senior hasta que el Señor me envió a varios países como misionero de Cristo. He vivido muchas cosas y nada me sorprende ya. De estos ministerios considero (con respeto a los demás ministerios), que el más sacrificado es el ministerio de los misionero en países de sur-américa y del viejo mundo.
Especialmente peligroso son los países musulmanes e Israel cuando se predica el “Evangelio del Reino de Dios” (Marcos 1:14-15) Los musulmanes odian a Israel especialmente por asuntos religiosos y culturales. Entienden que Israel intenta imponer al mundo la ley de Moisés y el Antiguo Testamento “próximo a desaparecer” (Hebreos 8:13 y Romanos 10:4)
Los maestros  ortodoxos de Israel enseñan a su pueblo a odiar, mofarse y depreciar a Jesucristo. Le llaman “Profeta” pero niegan que sea el nombre del Dios eterno y Todopoderoso de las Sagradas Escrituras.
El ministerio de Jesús comenzó a sus 30 de edad y terminó asesinado a petición del pueblo de Israel a sus 33 años de vida terrenal.
Hoy en día los maestros religiosos judaizantes de Israel desacreditan al Poderoso nombre de Jesús el Cristo desde hace casi 2 mil años atrás, y este pueblo vive como si Dios fuera uno y Jesucristo fuera solo otro profeta más. No saben ni entienden que Dios le dio a Jesús “un nombre sobre todo nombre.” (Fil 2:5-11).  No creen que Jesucristo es el nombre hoy del único Dios real y Todopoderoso. (Col 1:15)
Cristo es el Dios de Israel y de todos los que lo obedecen en el mundo entero. (Juan 14:15) Nuestra experiencia en Israel fue sufrida pero maravillosa. Pues Dios se nos mostró de una forma muy cercana y especial. “Dios es amor” (1 Juan 4:8 y 16) en todo el sentido de la palabra.
 Nunca nos faltó y su presencia se sintió personal y muy especial. Nos protegió de todo mal y de las guerras de los terroristas de “Hamas” y otros movimientos terroristas.
Los adultos no sufrimos enfermedades de ningún tipo y no visitamos médicos por casi tres años. Los niños solo sufrieron alergias en el hogar algunos. Dos bebés le nacieron a Laura en nuestro hogar sin partera y sin problema alguno. ¡Dios está en el asunto!
Salimos de Israel legalmente y sin problemas de arrestos. ¡Dios es bueno con los que le obedecen! Dios logró su propósito con todos nosotros. Nos probó en horno de aflicción como nunca antes. Pero se sintió su presencia en el horno de fuego también.
Siempre estuvo con nosotros. Nos consoló y nos habló cuando Priscilla nuestra Pastora subió al cielo con Cristo. Nos dolió profundamente pero fue la voluntad de Dios y la aceptamos.
La fe, la entereza, el valor y la determinación de Priscilla de partir con el Señor y consolarnos desde su lecho de muerte corporal, nos dio gran fuerza y en gran manera para superar el momento de intenso dolor y así lo soportamos con fe en Cristo.
Solo podemos decir: ¡Gracias Señor Jesús, por tu amor y por tu fidelidad siempre!
“Si sufrimos con él; reinamos con él” “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros habrá de manifestarse.” (Romanos 8:18)
“El gozo del Señor es nuestra fuerza.” (Nehemías 8:10
“Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán levantarán canción delante de vosotros, y toda los árboles del campo darán palmadas de aplausos.” ¡Aleluya! (Isaías 55:12)
¡Abrazo en Cristo! Dlbm. Amén.
LUIS A. LAUSELL HERNÁNDEZ
MISIONERO

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