Editorial

Elevemos al unísono un grito espiritual como sonido de trompeta

Tabernáculo Prensa de Dios (TPD) hace un llamado a todo el pueblo cristiano, como nación santa que somos, como pueblo de Dios y linaje escogido, a reflexionar seriamente acerca de nuestra misión en la tierra de unir al pueblo en un lazo de amor fuerte y resistente que sirva a los propósitos de nuestro Creador. La palabra de Dios consagra nuestra misión en la tierra en Marcos 16:15. «Y les dijo: id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.» Y basado en Juan 8:32 «y Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres», porque hay una sola verdad que se llama Jesucristo, la única verdad que debemos conocer los que queremos vivir en libertad.

Este medio informativo expresa que «nosotros como creyentes e hijos de Dios tenemos la responsabilidad de continuar la enseñanza de la verdad de nuestro

Señor Jesucristo, libertando al cautivo, sanando al enfermo, dándole pan al hambriento espiritual y material, restaurando al caído, con el poder del Espíritu

Santo de Dios».

«Estamos llamados a mostrarles el camino a los perdidos, ese camino que les permita entrar al reino de la salvación de nuestro Señor Jesucristo con amor fraternal que nace del amor sobrenatural de Dios denominado ágape»,.

Asimismo, recordamos que «nuestra República Dominicana, ha sido sellada y predestinada desde antes de la fundación del mundo como país santo y dedicado al Señor: con una bandera cristiana que pregona la libertad de Dios, como gobierno del corazón dominicano y de todos los que pisen nuestro suelo», y aprovechemos la ocasión para crecer y superarnos como familia y nación, para entrar a una nueva dimensión en que podamos aportar lo mejor de cada quien para consumar los ideales de los fundadores de la República Dominicana, y para abrazar los valores espirituales del Señor Jesucristo.

«es por esto que la confraternidad de la hermandad del Señor Jesucristo, en el reino de la gracia, nos hace un llamado al pueblo de Dios para ser parte de lo que dice su palabra en Marcos 16:15, exhortándonos antes que finalice este año 2015, a continuar unidos en esta gran jornada y responsabilidad de evangelizar en las calles y no solo en los templos».

Como Prensa de Dios entiende que «nuestra nación debe continuar el avivamiento de levantarse urgentemente como una nación santa para Dios, y sabemos que nuestro Padre Celestial está en disposición de bendecirnos, alcanzando las promesas por la fe y las bendiciones a través de una fiel obediencia a su palabra, que es el gobierno de la gracia de nuestro Señor Jesucristo».

Para el Tabernáculo, «este es el tiempo crucial en impactos de cambios para cada dominicano comprometido con la predicación del Evangelio de Cristo, unir esfuerzos con cada extranjero que Dios nos está enviando como mensajero de la palabra y estar prestos a recibir el poder, de la doble porción, de su fe en Dios».

«No podemos seguir permitiendo que nuestra tierra, nuestra nación santa y hermosa, continúe escapándose de nuestras manos. Como cristianos, Dios nos ha entregado esta responsabilidad para su honra y gloria en contra del deterioro social esclavizado controlado por los principados y potestades que están influyendo en destruir a la familia, iglesia y nación, desintegrándola en el narcotráfico, lavado de activo, violencia intrafamiliar, prostitución, homosexualidad, aborto, malversación de fondos y satanismo», añade.

Al mismo tiempo, pide que «elevemos al unísono, un grito espiritual como sonido de la trompeta que ayude a la sostenibilidad y el rescate de las naciones del mundo, colaborando en el camino necesario hacia una nueva reforma de vida, y además contribuir a la libertad como naciones entendiendo la existencia de nuestra realidad con la gracia, la misericordia y la unidad del amor de nuestro Señor Jesucristo».

Recuerda al pueblo dominicano, que estamos llamados a la misión de Marcos 16:15 y a la misión de 2da. Crónicas 7:14, y que «tenemos la gracia de la salvación en que vivimos, porque Dios es el que tiene poder para mantenernos en el camino hacia su senda de paz y vida eterna, en el camino de la vida nueva que hemos aprendido a través de nuestro Señor Jesucristo».

Exhorta además a los hermanos, no descuidar una salvación tan grande como la que «nos ha sido obsequiada por el Altísimo, sino que tenemos que compartirla con nuestros semejantes, permitirnos ser movidos en la infinita misericordia de Dios, en la perfecta compasión de Cristo y en el inmenso poder del Espíritu Santo, para que sigamos compartiendo el reino de los cielos entre nuestros compatriotas y hagamos de República Dominicana una patria hermosa, dedicada por entero a las bondades de nuestro Creador, porque según entiende, es la única manera de honrar el sagrado nombre de nuestro Salvador, el Señor Jesucristo».

Bendiciones en el amor de Cristo.

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