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El pastor que se cuida a sí mismo sabe cuidar a otros


Comenzaré este “artículo-testimonio” con algo re-contra sabido por la mayoría, al menos para quienes ejercemos como pastores, ¡una verdad innegable!: En el medio pastoral hay chistes propios de la realidad del pastor, como por ejemplo, “un pastor sin panza no da confianza”. Otra frase más osada que quizá suene grosero, pero igualmente aceptada por los pastores es: “El pastor suele venir con púlpito incluido” 😀 Sin duda alguna a la mayoría nos incomoda este tipo de chistecitos (aunque a algunos les hace gracia), pero nos quedamos en una mera incomodidad, sin pasar a la acción que genere un cambio.

En tiempos antiguos “estar gordo” era sinónimo de bienestar y salud, pero en la actualidad está más que comprobado que el sobrepeso produce enfermedades muy dolorosas como: DIABETES, HIPERTENSIÓN Y CÁNCER.

Y los pastores no se escapan de esta realidad, a decir verdad la mayoría de ministros que conozco tienen como mínimo un sobrepeso considerable, sumado a eso sufren de estrés, en algunos casos ansiedad y depresión. Pero su “fe” y “confianza en Dios” les hace pensar que el Señor tiene el control de ellos y los “cuidará” a pesar de no hacer nada por sí mismos. Actuar así trae consecuencias a largo plazo las cuales sueles ser serán trágicas, pero las consecuencias a corto y mediano plazo (poco detectables) también son importantes; y éstas se pueden observar en los siguientes “síntomas”: Poca energía para ejercer su labor pastoral, siempre están cansados, irritables, con poco ánimo y a duras penas se esfuerzan para llegar al púlpito del domingo. Entonces ese pastor que tiene sobrepeso indiscutiblemente será ineficiente en el cuidado del rebaño, no porque no sepa pastorear sino por no saber cuidarse él mismo.

👉🏾 Bueno les contaré un poco sobre mi Testimonio.

Empecé el ejercicio del oficio pastoral a los 27 años de edad con sobrepeso, luego con el pasar del tiempo y el descuido personal, pasé a obesidad grado 2 (200 libras, considerando que mi estatura es para un peso de 160 libras). Esto me ocasionó problemas serios de salud como: hígado graso (grado 2), triglicéridos altos, glucosa alta (pre diabetes) y por ende fatiga, irritabilidad, incluso llegué a tener problemas en la libido sexual (entonces fue cuando puse las barbas en remojo jejeje).

👉🏾 ¿Qué hice?

Empecé a adquirir información científica acerca de cómo funciona el cuerpo. Creo que si no conocemos cómo funciona el organismo, no importa cuántas dietas hagamos no funcionará. Porque las dietas para bajar de peso son de corta duración y si se juntan con ignorancia sólo nos ocasionará frustración y agravará la obesidad y los problemas antes descritos. No puedo narrar acá toda la información que tengo porque es mucha a sí que les direcciono a la fuente de información que me ayudó a mí personalmente, es una página que se llama METABOLISMOTV y la puedes buscar en YouTube o Facebook.

👉🏾 Mis resultados

A inicios de este año (2019) me propuse mejorar mi salud. Después de probar muchas dietas (por un período de más de 4 años) y sin resultados permanentes, adopté un estilo de alimentación que se denomina DIETA 3×1 (en la página que les mencioné encontrarán mayor información). Lo que sucedió fue que he bajado 30 libras (en un período de 4 meses) y como sigo practicando “mi estilo de alimentación saludable” los resultados se mantienen hasta la fecha actual: ya no tengo altos niveles de triglicéridos, no hay hígado graso, estoy disminuyendo la resistencia a la insulina y a nivel sexual ando 10/10 (¡gózate pueblo!). Aunque continúo con un sobrepeso de un poco más de 10 libras, sigo en el camino de mejorar mi salud y como resultado ha mejorado mi capacidad física, ya no hay esos cambios de humor tan recurrentes, por supuesto mi autoestima va en aumento  debido a que me veo y me siento mejor. El estilo de vida que adopté no restringe ningún alimento, yo sigo comiendo de todo, pero lo que sí ha cambiado es que ahora soy consciente de lo que como y me hago responsable de mi propia salud, ya no ando por allí diciendo que “soy un gordito feliz” y comiendo de manera irresponsable. La realidad es que la obesidad no trae nada de felicidad, contrario a esto ocasiona dolor y sufrimiento, no solo al que la padece sino también al entorno.

Finalmente…

Concluyo entonces con la frase con la que titulé este artículo: “Un pastor que se cuida así mismo, es un pastor que sabe cuidar al rebaño”. Recuerden que lo espiritual funciona sobre un cuerpo mortal, por lo tanto si el cuerpo mortal no está funcionando, lo espiritual tampoco está funcionando, al menos no funcionará a largo plazo. Y no, la panza del pastor no da confianza, todo lo contrario, la panza habla de un pastor que no sabe controlar impulsos, que no tiene dominio ni amor propio y tampoco tiene visión a largo plazo porque morirá pronto y enfermo. Y no me vayan a decir que morirán cuando Dios lo decida, porque aunque es cierto que nuestra vida está en las manos del Señor, debemos hacer todo lo humanamente posible para vivir saludables por muchos años (pues algunos colegas se han ido al cielo no en el tiempo de Dios, sino ‘antes de tiempo’, en el tiempo de su negligencia). Por último recuerden que la mayoría de los pastores no gozan de un seguro médico, y la obesidad es madre de muchas enfermedades que desgastan no solo la salud de ministro, también su bolsillo.

por Juan Carlos Córdova. Pastor de la iglesia “Comunidad Cristiana El Bautista” de las Asambleas de Dios Internacional hace siete años, en Guayaquil, Ecuador. Además es  psicólogo clínico y junto con su esposa (que es médico), se ocupan de influir no solo espiritualmente en sus colegas de ministerio, también en su salud física y mental.


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