Tal vez has asistido a muchas bodas. Has sostenido ramos, vestido de dama de honor, celebrado a otras mujeres… mientras en silencio te preguntas: ¿Y yo, Señor? ¿Cuándo será mi turno?
No es fácil estar en la espera cuando todas a tu alrededor parecen estar recibiendo lo que tú llevas años orando. No lo dices en voz alta, pero tu alma lo siente: el tiempo pasa, y tú te sientes olvidada. Pero hay una historia en la Palabra de Dios que tiene un mensaje profundo para ti.
CUANDO PARECE QUE DIOS TE HA OLVIDADO
En el evangelio de Juan, capítulo 2, leemos sobre una boda. Pero esta historia no es solo sobre casados. Es sobre cómo Jesús actúa cuando parece que ya no hay esperanza.
Durante la celebración, se acabó el vino. En una cultura donde el vino simboliza alegría y abundancia, esto era una vergüenza pública. Así puede sentirse la soltería prolongada: como si faltara algo esencial en tu vida, como si todos tuvieran vino… menos tú.
Y, sin embargo, fue precisamente ahí donde Jesús hizo su primer milagro.
LA ESPERA ENTRE LA ORACIÓN Y LA RESPUESTA
Cuando María se dio cuenta de la falta, le dijo a Jesús: “No tienen vino”. Él respondió: “Aún no ha llegado mi hora” (Juan 2:4).
Cuánto duele ese “aún no”. Y cuántas veces lo hemos sentido en la espera: en la oración sin respuesta, en la cita que no llegó, en la promesa que parece lejana.
Pero escucha esto con el corazón abierto: el “aún no” de Jesús no es un “nunca”. Es un proceso. Es una preparación. Es un cuidado amoroso que Dios tiene contigo, porque Él guarda lo mejor para el final.
EL MEJOR VINO ES PARA LAS QUE SABEN ESPERAR
Dios no te ha olvidado. Él no es tarde. Él está reservando para ti una porción especial. No es que no haya vino, es que el mejor aún no ha sido servido.
Lo que otras recibieron rápido, tú lo recibirás profundo. Lo que a otras les llegó pronto, a ti te llegará completo, sin añadidura de tristeza. El vino que Dios tiene para ti no es de supermercado… es del cielo. Es vino que fue procesado, purificado, madurado en amor. Es una historia que no solo traerá gozo, sino propósito.
“El maestro de ceremonias probó el agua convertida en vino… y dijo: ‘Tú has guardado el mejor vino hasta ahora.’” — Juan 2:10
Sí, el mejor vino es para los que saben esperar. Para las que no corren detrás de cualquier historia, sino que se guardan para la historia que Dios escribió. Para las que se rinden a Su proceso, aunque duela. Para las que se han sentido invisibles, pero siguen creyendo. Para ti.
El enemigo quiere convencerte de que ya es muy tarde. Pero Dios quiere mostrarte que apenas está comenzando. La fiesta no ha terminado. El cielo todavía tiene algo que derramar sobre ti.
Y cuando llegue, no tendrás que fingir. No tendrás que competir. No tendrás que mendigar amor. Solo levantas tu copa y dirás: “Valió la pena esperar.”
En Cita con tu Destino, acompaño a mujeres como tú en ese camino. No solo para hablar de amor romántico, sino del amor que sana, que alinea, que fortalece tu identidad… para que cuando llegue ese vino, tú estés lista para recibirlo con plenitud.
UNA ORACIÓN PARA TI, MUJER QUE ESPERA
Señor, oro por cada mujer que ha seguido esperando en silencio, con esperanza y lágrimas escondidas. Tú conoces sus pensamientos, su anhelo, y también su cansancio. Recuérdale que tú no la has ignorado, la estás reservando.
Sopla sobre su corazón una nueva fe. Llénala de tu presencia hasta rebosar. Declaró que el vino nuevo está en camino, y que ella será sorprendida por tu fidelidad. Que ningún reloj biológico ni presión humana determine su valor. Solo tu voz. Solo tu amor. Solo tu tiempo. Amén.
¿ESTÁS LISTA PARA SABOREAR EL MEJOR VINO?
Tal vez esta palabra era el susurro que tu alma necesitaba hoy. Si lo fue, quiero invitarte a dar un paso más. Cita con tu Destino no es solo un libro. Es un espacio sagrado donde tú y Dios conversan sobre tu llamado, tu amor, tu identidad.
No estás atrasada. Estás a punto de recibir lo que ha sido reservado con esmero.
Descúbrelo aquí: citacontudestino.com
