En la vorágine de nuestra vida actual, muchos buscan desesperadamente el éxito y el poder, creyendo que así encontrarán la plenitud. Sin embargo, esta búsqueda desenfrenada solo lleva a un vacío existencial y a la falta de paz y seguridad. Nos hemos apartado de Dios, olvidando que solo en lo sobrenatural de Él reside el verdadero poder y gloria.
Recordemos cómo Adán y Eva vivían en paz y seguridad en el Edén, antes de sucumbir a la desobediencia. Desde entonces, la humanidad ha vivido en desesperación, buscando llenar ese vacío con dinero, placeres mundanos y posiciones sociales, sin encontrar satisfacción.
La Biblia nos recuerda que el alma del hombre es inmortal, y que solo al humillarnos ante la presencia de Dios y aceptar su amor inefable, podemos encontrar verdadera plenitud. Como portadores del mensaje de salvación, debemos comprometernos a llevar esta luz a un mundo perdido en tinieblas.
En la quietud y confianza en el Señor encontramos el verdadero refugio, siendo Él el pastor que nunca nos fallará,
