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Ana, una mujer que cambió su historia

1 SAMUEL 1:1-11

En este dia que se celebra el “Día internacional de la mujer” vamos meditar en la palabra de Dios en la vida de una mujer que a pesar de tener muchas cosas en su contra, pudo cambiar su historia, pudo ver la mano de Dios sobre su vida, esa mujer es Ana la madre del profeta Samuel. 1 SAMUEL 1-1-11-

En los textos que hemos leído se nos muestra que la vida de Ana era una historia llena de tristeza:

  • Su esposo Elcana tenía otra esposa llamada Penina, la cual era su rival es decir que ambas competían por el amor de su esposo.
  • Ana era estéril, no podía darle hijos a su esposo pero Penina si le había dado hijos e hijas, por eso Penina se burlaba de Ana y la enojaba y la entristecía.

Lastimosamente Ana no le daba importancia al significado de su nombre, pues Ana significa “llena de gracia” y aunque la gracia de Dios estaba siempre a su disposición para transformar su historia, ella lo que hacía era dejar que su corazón se llenará de tristeza, de enojo, de frustración por las cosas de su vida que no podía cambiar, y ella lloraba y no comía.

REFLEXIÓN 1: Posiblemente esta sea la misma historia de muchos cristianos, no solamente de mujeres sino también de hombres, que sienten que la historia de su vida está llena de fracasos, de menosprecio, de injusticias, y de muchas situaciones que no pueden controlar ni cambiar, y su corazón al igual que el de Ana se llena de amargura y de enojo contra Dios, contra la vida, contra la pareja, etc.

Son personas que al igual que a Ana se les ha olvidado que la gracia de Dios está con ellos, que se les ha olvidado que son hijos e hijas de un Dios poderoso que los ama.

REFLEXION 2: Podemos ver en la vida de Ana que esas actitudes de enojarse, llorar y no comer, no cambiaron para nada su historia, no le sirvieron absolutamente de nada para transformar la realidad de su vida, y nosotros también debemos comprender que tomar actitudes de víctima, tomar actitudes violentas y de enojo, tomar actitudes de rechazo, de murmuración, de nada nos servirán para transformar la historia de nuestra vida , pues esas actitudes lo único que producen es mayor soledad y amargura en su corazón. Pero ¿QUÉ HIZO ANA PARA PODER CAMBIAR SU HISTORIA?

I) ANA DECIDIÓ ABRIR SU CORAZÓN, PERO CON DIOS, ELLA BUSCÓ DIRECTAMENTE LA GRACIA Y EL PODER DE DIOS PARA SU VIDA (1 SAMUEL 1:9-11)

  • Que precioso detalle él que nos da la palabra de Dios: el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo, pero Ana no fue donde Elí, ella no busco al siervo de Dios para arreglar su vida, ella buscó directamente a Dios.
  • Ella abrió su corazón, derramó su alma delante del Señor, le pido lo que ella más anhelaba, le pido a Dios que ÉL cambiara su historia, ella le dijo a Dios: NO ME OLVIDES e hizo un pacto con el Señor por su hijo.
  • Aplicando el texto a nuestra vida eso no significa que nosotros no podamos pedir que un pastor o un predicador ore por nosotros, pero tenemos que reconocer que los hombres son únicamente instrumentos, el único que obra milagros y maravillas es nuestro Dios y nosotros somos sus hijos y tenemos entrada directa al trono de su gracia (Hebreos 4:16)

II) DIOS RESPONDIÓ LA ORACIÓN DE ANA, Y LE DEMOSTRÓ QUE ÉL NO LA HABÍA OLVIDADO (1 SAMUEL 1:19-20)

  • Ana creyó y confió que su oración había sido oída y que sería contestada, por eso ya no estuvo más triste.
  • El versículo 20 nos dice que Dios se acordó de Ana, es decir que nos muestra que Dios no nos olvida, que nuestra vida y nuestros problemas y necesidades están siempre en la mente de Dios.
  • Ana vio manifestada en su vida la maravillosa gracia de nuestro Dios, ella pudo tener él hijo que tanto anhelaba su corazón, pero ella no olvidó su promesa, ella no olvidó el pacto había hecho con el Señor, como lastimosamente muchos de nosotros hacemos cuando el Señor nos da lo que tanto le pedimos. (1 Samuel 1:24-28)

III) LA HISTORIA DE ANA FUE TOTALMENTE TRANSFORMADA PERO POR MEDIO DEL PODER Y LA GRACIA DE DIOS (1 SAMUEL 2:18-21)

  • Esa mujer que era estéril, triste y llena de amargura, puso su confianza en Dios y él la hizo madre de seis hijos.
  • Por medio de este mensaje él Señor nos recuerda que él también puede cambiar nuestra historia, solo tenemos que decidir como Ana poner nuestra fe en Dios.
Fuente:
Pastor Oscar Flores | El Salvador

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