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Resilencia Eterna. La perdurabilidad de la Palabra de Dios

1 PEDRO 1:24-25 24 Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; 25 Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.

Hace muchos años la palabra de una persona tenía mucho valor y era suficiente para hacer un trato, para hacer un negocio o para comprometerse con algo.

Lastimosamente hoy en día la palabra de las personas ha ido perdiendo validez, ya casi nadie hace compromisos solamente de palabra, pues muchas veces hemos dicho: DAME TU PALABRA y no nos han cumplido, nos han engañado o nos han fallado.

Pero como lo declaran los textos que hemos leído hay una palabra que, a pesar del tiempo, a pesar de las circunstancias, y a pesar de los cambios que puedan ocurrir en el mundo siempre permanece firme, ES LA PALABRA DE NUESTRO DIOS.

Es por eso que cada uno de nosotros cada día tenemos que anhelar esa palabra para nuestra vida, cada día debemos pedir al Señor y decirle: DAME TU PALABRA no porque dudemos de lo que él hará, sino porque SU PALABRA ES TODO LO QUE NECESITAMOS EN NUESTRA VIDA.

CADA DIA CON GOZO DEBEMOS DECIRLE AL SEÑOR:

I) DAME TU PALABRA, PORQUE TU PALABRA HACE CRECER MI FE

(Romanos 10:17) Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Tenemos que tener claro y comprender que la fe no es simplemente el resultado de la reflexión intelectual, no viene después de un proceso de análisis, sino que la fe viene como resultado de recibir la palabra de Dios en nuestros corazones.

La palabra de Dios tiene el poder de hacer crecer o hacer germinar la semilla de la fe en nuestros corazones, una persona que no escucha o lee la palabra de Dios no puede tener una fe verdadera en su corazón.

II) DAME TU PALABRA, PORQUE TU PALABRA ES EL CONSUELO QUE MI VIDA NECESITA EN LOS MOMENTOS DE AFLICCIÓN Y DOLOR

(Salmos 119:49-50) Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar. 50 Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.

Cuando estamos pasando por momentos de angustia y dolor muchas personas pueden darnos palabra de consuelo, y eso conforta nuestro corazón, pero solamente la palabra de Dios TRAE CONSUELO VERDADERO a nuestro corazón.

La palabra de Dios nos declara que nuestro Dios es el Dios de TODO CONSUELO (2 Corintios 1:3-4) Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, 4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.  Ese consuelo para nuestra vida viene por medio de la misma palabra de nuestro Dios, que nos recuerda su amor, su misericordia, y su poder para ayudarnos en cualquier situación que estemos enfrentando, por difícil que sea.

III) DAME TU PALABRA, PORQUE TU PALABRA ILUMINA MI MENTE PARA TOMAR DECISIONES SABIAS Y ELEGIR EL CAMINO CORRECTO PARA MI VIDA

(Salmos 119:105) Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.

Definitivamente que cada uno de nosotros siempre vamos a enfrentar en nuestro matrimonio, en nuestras finanzas, en nuestra salud, con nuestra familia,  situaciones complicadas en las que posiblemente no sabremos qué hacer ni cómo las podemos resolver.

En esas situaciones es que necesitamos UNA LUMBRERA EN NUESTRA VIDA. ¿Que es una lumbrera? En un sentido literal, una «lumbrera» se refiere a UNA FUENTE DE LUZ. Puede ser una lámpara, una vela, una linterna u otro dispositivo que emita luz.

La palabra de Dios no es solamente “Una fuente de luz” , la palabra de Dios es LA FUENTE DE LUZ VERDADERA que ilumina nuestra mente y nuestro corazón y nos da sabiduría para saber qué hacer en las diferentes situaciones de la vida (Salmos 119:130) La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples.

IV) DAME TU PALABRA, PORQUE TU PALABRA ME ALIENTA Y ME SOSTIENE EN LOS MOMENTOS DE ANSIEDAD Y ANGUSTIA

(Salmos 119:28) Se deshace mi alma de ansiedad; Susténtame según tu palabra.

Muchos de nosotros enfrentamos momentos en los cuales nuestro corazón se llena de ansiedad, nos sentimos preocupados y desesperados por las situaciones que estamos enfrentando, y principalmente nos llenan de ansiedad y angustia aquellas en las cuales NO TENEMOS CONTROL, es decir que no podemos hacer nada para cambiarlas, es decir, que no dependen de nosotros que se puedan solucionar.

Es en esos momentos en los cuales SOLAMENTE LA PALABRA DE DIOS NOS PUEDE SUSTENTAR.

La palabra SUSTENTAR implica ser una fuente de apoyo integral para alguien, estar presente para esa persona en momentos difíciles, ofrecer consuelo, comprensión y ayudar a mantener su bienestar emocional.

Cuando sentimos que la ansiedad y la angustia está llenando nuestra mente y nuestro corazón tenemos que ir a la palabra de Dios, que el Señor por medio de ella nos alienta,  nos consuele, nos fortalece, nos llene de gozo y de paz,

CONCLUSIÓN: Por esas y muchas razones más cada uno de nosotros todos los días debemos decir: SEÑOR, ¡DAME TU PALABRA! pues solamente él tiene para nuestra vida PALABRAS DE VIDA ETERNA (Juan 6:68) Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

Fuente:
Pastor Oscar Flores | El Salvador

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