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Más Allá de las Normas Sociales: Tiempos de Cambio en la Fe Cristiana

«Dios es el sueño de la eternidad, la eternidad misma, eterno por los siglos de los siglos. La Biblia nos enseña que Dios está más allá del tiempo cronológico, que no puede ser definido por un principio o un fin, por lo tanto, el hombre nunca podrá comprender completamente la magnitud de la mente divina y la infinitud de Dios. No debemos preocuparnos por no entenderlo, ya que es imposible comprender la inmensidad de Dios.

El libro de Eclesiastés 3 nos enseña que todo tiene su tiempo debajo del sol, el cual está marcado por el reloj cronológico establecido por Dios, compuesto por 24 horas que se alternan entre la noche y el día.

En esta ocasión, nos referiremos al «Cairo» de Dios como un tiempo sin límites en el espacio lógico del tiempo cronológico. Es importante destacar que «cromo» es igual a un tiempo de 24 horas, mientras que «Cairo» se refiere al tiempo espiritual de Dios, el cual define la voluntad que mueve al Espíritu Santo y la vida de fe de los creyentes en Cristo.

Hoy en día, nuestro tema central será denominado «Tiempo de Cambios Cristianos». La gracia del Señor Jesucristo es un tiempo que separa las leyes del Antiguo Testamento, establecidas por Dios como norma de vida, con el propósito de permitir al hombre certificarse y agradar a la santa voluntad de Dios a través de la adoración en el tabernáculo de reunión en los tiempos de Moisés.

Sin embargo, el liderazgo del tiempo de Cristo divide esa era en una nueva etapa conocida como la dispensación de la gracia. En esta etapa se revela la manifestación de la persona de Dios a través de su Hijo Jesucristo, quien regala el don de su infinito amor, perdonando al hombre de sus pecados y justificándolo como salvo por la fe en el sacrificio del Señor.

La misericordia es el regalo divino del don del amor de Dios, que el hombre no merece pero recibe por su gracia.

La sociedad en la que vivimos actualmente ha desarrollado filosofías que demandan tiempos de cambios, buscando una mejor condición de vida en el día a día. Muchos de estos intentos de cambio han fracasado, mientras que otros han logrado establecer normas que solo han tenido un impacto social mínimo, dejando insatisfechos al corazón y alma del hombre. Por otro lado, Cristo supera todas las expectativas humanas para satisfacer el alma con su paz y el poder de su palabra. Isaías 26:3 dice: «Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado».

El liderazgo de la comunidad cristiana, con la visión integral de Cristo, continúa fortaleciendo la unidad de la fe, la esperanza y el amor, generando cambios positivos a corto, mediano y largo plazo en la vida de las personas por el divino poder de Dios.

Las normas de nuestro civismo social sólo alcanzan su máximo legado de triunfo en la familia, la iglesia y la nación a través de los principios que norman el espíritu del hombre, su mente y su corazón, centralizando el verdadero contexto de la vida. A diferencia de la existencia en el espíritu de Jesucristo, quien a través de la regeneración del alma del hombre otorga verdaderos tiempos de cambios. Jesús dijo: «Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin de todos los tiempos, cromo y Cairo»

Fuente:
TPD

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