Articulos

Los pacificadores

Estamos viviendo un tiempo de reposo pero sin no hay paz no hay reposo, por lo tanto como siervos del Señor nos debemos convertir también en pacificadores.

Mateo 5:9 (RV 1960) Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

La palabra pacificador solo aparece esta vez en la escritura, y se refiere a alguien que trabaja para alcanzar la paz, es decir alguien que es activo en buscar la paz; al decir hijos se refiere a un Huíos (G5207), es decir un hijo maduro. Anhelamos ser hijos maduros, sin embargo la madurez solo la alcanzaremos por medio de las pruebas, para también enseñarle a las ovejas que ministramos a que alcancen esta madurez. Esto lo podemos resumir en que el que pelea constantemente no está alcanzando madurez, sino está cayendo en la estrategia del enemigo de dividir.

Proverbios 6:19 (RV 1960) El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre

hermanos. Proverbios 26:20 (RV 1960) Sin leña se apaga el fuego, Y donde no hay chismoso, cesa la contienda.

No podemos permitir la contienda dentro de nuestras congregaciones pues la contienda y pelea constante roban la paz y esto no permitirá que la iglesia madure. Ya no es tiempo de que la iglesia pelee por trivialidades por lo tanto debemos trabajar para ser pacificadores.

La Biblia de las Américas llama a los pacificadores “los que procuran la paz”, es decir alguien que trabaja para hacer la paz. Necesitamos que Dios nos de las estrategias para trabajar por la paz en donde Dios nos tiene ministrando. No es lo mismo ser un pacificador que un guardador de la paz, pues el pacificador debe tener un rol activo en realizarla. No es suficiente con amar la paz, hablar de ella, desearla o esperarla, sino debemos actuar. Salir de nuestra comodidad y buscar la paz, aunque esto al principio necesite una confrontación, pero el fruto será la paz.

La paz trae unidad por medio de la reconciliación. Reconciliar quiere decir volver a las amistades o atraer y acordar los ánimos desunidos.

Proverbios 18:19 (LBLA) El hermano ofendido es más difícil de ganar que una ciudad fortificada, y las contiendas son como cerrojos de fortaleza.

Necesitamos ser ministros maduros para romper con estos cerrojos. Si queremos procurar la paz debemos pedir al Señor sabiduría para que nos ayude a solucionar conflictos, pues como ministros en ocasiones nos toca reconciliar a ovejas o departamentos que no se lleva entre si. Esto en ocasiones hará que nos veamos obligados incluso a reconocer nuestros propios errores, por lo que necesitamos ser maduros para poder hacerlo.

Salmos 34:14 (LBLA) Apártate del mal y haz el bien, busca la paz y síguela.

Hay cosas que nos siguen como el bien y la misericordia del Señor (Salmo 23:6), pero la paz debemos seguirla y esforzarnos en mantenerla donde quiera que estemos.

Romanos 12:18 (LBLA) Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres.

Necesitamos estar en paz con todos, no solo con los que nos agradan sino también con aquellos que no.

A veces son cosas pequeñas que nos hacen perder la paz, pero necesitamos ser maduros pues el Señor se casará con una iglesia madura que haya alcanzado Su misma estatura. Pidamos al Señor que el Espíritu Santo no nos deje tranquilos hasta que solucionemos aquellas cosas que debemos de solucionar y así seamos pacificadores en nuestras casas, en nuestras congregaciones y también con nuestros consiervos.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba