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Los amigos de mis enemigos

Yo les llamo a los muertos mis amigos;  y le llamo a los vivos mis verdugos”  Garrick de Juan de Dios Peza

Es muy conocido el dicho popular de que “los amigos de mis enemigos son mis enemigos”  Por años hemos dicho que eso no es así, pero, creo que hay una cuestión ética que se levanta en eso de la amistad. Los amigos comparten secretos y tienen comunión. Jesús dijo en Juan 15:15. “os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer”

Cada ser humano tiene diferentes interpretaciones de la realidad lo que le hace formar una idea de lo que percibe. Una de esas ideas está enmarcada en la percepción de traición al ver el progreso de la relación de un amigo con su enemigo. Sin lugar a dudas que eso va a traer como consecuencia barreras o por lo menos dificultades y sospechas en la vieja relación.

Eso no es fácil de entender cuando estamos bregando con la complicada madeja de los sentimientos humanos, pero, y qué cuando es Dios que dice que no se puede amar, amistar, y servir a dos opuestos sin parcializarse? Eso trataremos de considerarlo brevemente, sin pretender ser eruditos en la materia.

Se hace muy difícil ser amigo imparcial de dos enemigos. Si se es buen amigo de uno y se limita la información al otro, se deja de ser amigo del otro porque no se comparte todo lo que sabe.

En cuanto a la idea general  de comunión es que si nos sentamos a la mesa con alguien, vamos a comer de lo mismo, por tanto estaremos formados de lo mismo, tendremos un mismo sentir, estaremos de acuerdo. Por eso Daniel, Ananías, Misael, y Azarías y no aceptaron comer en la mesa del rey de Babilonia. Daniel 1

La comunión es representada por el cuadro de un padre de familia que se sienta con todos sus hijos a compartir algo más que alimentos físicos, es un compartir lo que son, es una transmisión de naturaleza, de carácter. Por eso en la antigüedad no se invitaba a cualquier persona a la mesa de una familia, y si alguien fuera de la familia era invitado, era un alto honor.

Salmos 128:3. Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.

1 Samuel 16:11. Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.

2 Samuel 9:7. Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.

Ese cuadro pictórico de los padres sentados a la mesa con los hijos como figura de la comunión se nota en el pasaje donde Jesús le expresa a la mujer cananea la futilidad de compartir el pan de los hijos con los que no lo son. Mateo 15:26-28. Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. / Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.  / Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora

Pero la familia en la comida principal del día, al final del mismo, comparte sus experiencias de ese día, sus secretos, sus éxitos y frustraciones, nada quedaba fuera de la mesa de la familia. Entre la familia no había secretos. Pero si había algo en el corazón de uno de los hijos no comía, como señal de disgusto porque no había comunión.  Eso fue lo que le sucedió a Jonatán cuando su padre insistía en la mesa de hablar mal de David; 1 Samuel 10:34
Y se levantó Jonatán de la mesa con exaltada ira, y no comió pan el segundo día de la nueva luna; porque tenía dolor a causa de David, porque su padre le había afrentado. 

La pregunta obligada entonces es;  ¿Por qué personas que dicen ser amigos de alguien también se amistan con otro que es su enemigo declarado? Una de las razones más vistas es; Intereses comunes. La Biblia dice que Herodes Y Poncio Pilato se hicieron amigos durante el juicio a Jesús, porque antes estaban enemistados entre sí. Lucas 23:12. 

Otras razones son los negocios y el emparentar.  La Biblia nos habla de un rey llamado Josafat que era piadoso, amigo de Dios, pero emparentó  con Acab rey de Israel que era malo y enemigo de Dios y con Ocozías hijo de Acab se metió en el negocio de construcción de naves marítimas.  Fue tal el enojo de Dios contra su supuesto amigo que le mandó al profeta Jehú para decirle: ¿Al impío das ayuda, y amas a los que aborrecen a Jehová? Pues ha salido de la presencia de Jehová ira contra ti por esto” 2 Crónicas 19:2.

La avaricia es otra razón por las cuales se ve este fenómeno. Balaam era un profeta que amaba el dinero y la recompensa y por eso se amistó y asoció con Balac para profetizar contra Israel, como Dios no se lo permitió en su voluntad perfecta, le siguió insistiendo hasta que Dios le dijo pues ve, al final de esta transacción encontramos que este hombre quizás algún día gozó de la amistad de Dios, pierde la vida junto con los enemigos de Israel y de Dios. Números 22.

Jesús especifica bien claro el hecho de que no se puede amar, servir o amistar con dos personas o cosas opuestas entre sí. Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Mateo 6:24

¿Se puede ser amigo de dos enemigos? Creo en mi análisis que no,  el apóstol Santiago quien fuera medio hermano de Jesús aclaró este concepto cuando dijo: !!Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. Santiago 4:4.

 Y el apóstol Juan enfatiza esta aseveración haciendo un contraste, entre los que aman al mundo y que dicen que aman a Dios; 1 Juan 2:15. No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 

Es posible que alguien me diga, hermano pero yo soy una persona amorosa, yo no puedo odiar, ni rechazar a alguien simplemente porque alguien tenga problemas con esa otra persona. Primero, nadie te dice que debes odiar a nadie, es cuestión de preferencia, de amistad, de comunión.

Hay algunas cosas que podemos hacer; 1) Decídete por uno, y dale toda tu fidelidad, de lo contrario perderás a ambos. Es imposible estar en ambos lados de la misma moneda.

2) Si consideras que puedes ser amigo de ambos y que no hay razón para esa enemistad, trata, sin mucha presión de acercarlos, hablando bien de ambos y no aceptando que se hable mal de ninguno en tu presencia.

3) La amistad y el amor, no dependen de la bondad de ser amado, sino, todo lo contrario, que a pesar de conocerle bien, aún le seguimos amando.

En lo particular, tengo amigos, que no son muy bien vistos por otros que son nuevos amigos, pero he visto, que en el área que me desenvuelvo, algunos tienen razón en algunas de las cosas que dicen, pero siempre trato de sacar a colación las bondades de esa persona que los otros desconocen.

En mi estadía en Venezuela, aprendí un dicho popular que siempre me ha gustado y que se aplica en este sentido; “Cuando hay santos nuevos, los viejos no hacen milagros” Lo que quiere decir que cuando hay amistades nuevas, nos olvidamos de las viejas amistades.

Quiero finalizar este pequeño análisis diciendo que existe un gran riesgo en amistarse con personas o propuestas opuestas entre sí, porque se puede terminar enredados en marañas de sospechas, porque si algo se sabe, la primera persona que viene a la mente es “el doble agente” y vamos a vivir justificando y defendiendo nuestra sincera amistad e integridad.

Por otro lado un viejo refrán dice que “es mejor un malo conocido que un bueno por conocer”  No necesariamente las nuevas amistades son mejores que las antiguas, y si al final quedamos desilusionados de la nueva  amistad nos quedaremos “sin el chivo ni el mecate”   Es muy difícil regresar a una vieja amistad que se ha “traicionado” luego que la nueva no ha funcionado, muchas veces por vergüenza y otras por temor a ser rechazados.

Si podemos ser amigos de enemigos o somos muy íntegros o genios de las relaciones sociales. Yo en lo particular amo mis amigos, aunque ellos no se amen entre sí, aunque debo resistir la tentación de algunos de ellos para que me incline por ellos. Ja!

Fuente:
Daniel Vargas Mena. Pastor General del Centro Cristiano Calvario, Newark NJ, EUA.

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