Quod natura non dat, Salmantica non præstat, esta elocuciónlatina, se encuentra a las puertas de una de las universidades más reconocidas del mundo, esta frase se puede traducir como: Lo que la naturaleza negó, Salamanca no lo puede otorgar y hace referencia a la necesidad del hombre a superarse a traves del conocimiento, la Palabra de Dios nos dice: Mas para los llamados, tanto judíos como griegos, Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios. Porque la necedad de Dios es más sabia que los hombres y la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres. Pues considerad, hermanos, vuestro llamamiento; no hubo muchos sabios conforme a la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que Dios ha escogido lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo, para avergonzar a lo que es fuerte; y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para anular lo que es; para que nadie se jacte delante de Dios (1Corintios 1:24-29). Como podemos ver, Salamanca no es la mayor de nuestras aspiraciones pues no puede otorgarnos lo que por naturaleza no hemos recibido; debido a esto, vino el Señor Jesucristo para que nosotros podamos entrar por la puerta de la sabiduría de Dios y transformarnos en hombres sabios, dejando atrás los tiempos de oscuridad y de necedad.
Muchas son las personas que cada domingo atienden servicios espirituales, los cuales generalmente llevan a los fieles a un estado emocional y no espiritual, ya que, lo más importante es la entretención del pueblo por medio de cantos y danzas atractivas que pacifican el alma, pero a la hora del mensaje, los predicadores tienen que esforzarse presentando toda clase de recursos para que los asistentes no duerman el sueño de los justos, el conocimiento de la Palabra de Dios es básico para que haya una transformación en el individuo, ya lo dijo el Señor en la parábola del sembrador: A todo el que oye la palabra del reino y no la entiende, el maligno viene y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es aquel en quien se sembró la semilla junto al camino(Mateo 13:19)
Los cristianos del siglo XXI, nos hemos acostumbrado a la tecnología, televisión, tabletas, teléfonos inteligentes, que llaman nuestra atención de tal forma que se convierten en una adicción, no podemos dejar de ver a la pantalla y responder a los textos que irrumpen sin cesar en nuestros móviles, ya que, si no contestamos inmediatamente, podemos recibir consecuencias desagradables. La pandemia nos despersonalizó, nos hizo mantener la llamada distancia social y a muchos nos vino como anillo al dedo. Ya no teníamos necesidad de ir a la oficina o a la escuela, podíamos estar en cama todo el día y responder a los correos a la distancia, la comida, la medicina y todas las demás cosas que se nos pudieranimaginar, podían llegar hasta nuestra puerta sin necesidad de salir de casa. Esto también sucedió a las iglesias, luego que pasó el peligro, muchos salieron a las calles y abarrotaron cafés y bares, pero las casas de oración siguieron bacías porque ahí, sí había peligro.
Hoy día, la Palabra de Dios se ha vuelto irrelevante y para aquellos que quieren calmar su conciencia,está la opción de escuchar a oradores expertos que nos hacen sentir bien por medio de mensajes de superación personal, aquellos hombres que antes predicaban la Biblia, pastores, evangelistas, maestros, etc. Se convirtieron en coaches de vida. Pero el pueblo se a convertido en una masa sin opinión ni sentido de pertenencia, pues cualquiera que predica en las redes sociales, cuyo mensaje apele a nuestros deseos puede convertirse en pastor de los que no ve, ni conoce.
El pueblo de Dios se ha convertido en un pueblo analfabeta espiritual, que ya no conoce la Palabra de Dios, la Biblia se ha quedado en nuestra casa amontonando polvo, aunque es el libro que ha vendido más copias a lo largo de la historia de la humanidad, ya no interesa su contenido, como dice el profeta Oseas: Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento. Por cuanto tú has rechazado el conocimiento, yo también te rechazaré para que no seas mi sacerdote; como has olvidado la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos (Ose 4:6). Si esta generación apenas Todavía recuerda las enseñanzas del pasado, temas como el amor, la fidelidad y la justicia, entre otros ¿Cómo serán las venideras? El pueblo ha rechazado el conocimiento, por lo tanto, ha rechazado a Dios, sustituyéndolo por un nuevo dios que camina sobre alfombras rojas, que se escucha en conciertos masivos y que engaña a incautos con una vida dorada de riqueza; hemos vuelto sin darnos cuenta al becerro de oro que Aarón preparó para Israel cuando Moisés subió al monte para recibir la Ley y al igual que ellos se ha dicho: Este es tu dios, Israel, que te ha sacado de la tierra de Egipto (Éxodo 32:4); no quiero sonar fatalista, pero la destrucción de la cultura occidental, tal como la hemos conocido por miles de años, esta desapareciendo, hoy día la tendencia es ir hacia pensamientos esotéricos en los que se le enseña a la humanidad a vivir según el gusto de cada uno, pero queriendo desconocer las consecuencias de nuestra elección.
Eso mismo sucedió con Sodoma y Gomorra, Dios se enojó tanto con aquellos hombres que emitió juicio de fuego sobre ellos, esto también va a venir para la tierra, como dice la Palabra: Porque habrá entonces una gran tribulación, tal como no ha acontecido desde el principio del mundo hasta ahora, ni acontecerá jamás. Y si aquellos días no fueran acortados, nadie se salvaría; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados (Mateo 24:21-22).
Aún queda un remanente, hay un pueblo que todavía teme al Señor, recordemos que el proverbio nos indica que el temor del Señor es el principio de la sabiduría (Proverbios 1:7); como dijimos anteriormente, lo que la naturaleza no nos dio, no lo podemos buscar en otra fuente, más que en la Palabra de nuestro Dios, como dice la Biblia: El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán (Lucas 21:33).
