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En tu Matrimonio, ¿Quién Tiene el Poder?

¿Has escuchado historias de matrimonios complicados y medio extraños en la sociedad? El matrimonio de Britney Spears, por ejemplo, duró unas 55 horas. Es impresionante. Es muy doloroso y al mismo tiempo de mucha alegría el concepto, el principio del matrimonio. De las cosas que más nos piden oración es por el matrimonio, por el cónyuge, por el hogar. Nos piden que oremos porque han sufrido una infidelidad, por ejemplo. Se acerca la celebración del día de la amistad, el día del amor, y quisimos tomar este espacio para orar por tu matrimonio, explicarte un poco de algunas cosas que puedes hacer para tener un mejor matrimonio, para orar por tu cónyuge y para creer contigo por una vida matrimonial de paz, por restauración.

“34 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento; 35 mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento.” Lucas 20:34-35
Jesús dice que aquellos que no sirven a Dios, se casan y se dan en casamiento, y que aquellos que tienen la expectativa de encontrarse con él, no se van a casar. Al menos eso es lo que a simple vista parece decir, pero ese no es el caso. Por eso es que hay que verlo en contexto.

El matrimonio puede sacar lo mejor de una persona, o puede sacar lo peor de una persona. Cuando una persona se enamora, conecta con alguien a esa dimensión, esa relación, ese momento, el proceso de adaptación, de cambio, de acoplarse, puede ser interrumpido por momentos de presión, de ansiedad, momentos difíciles económicos, momentos donde las emociones se calientan y no sabemos cómo resolver las situaciones. Dentro de la atmósfera del matrimonio, una persona puede expresar la mejor parte de sí, o puede expresar la peor parte de sí. Lamentablemente, cuando lo que se expresa es la peor parte, ahí es que vemos los estragos, los abusos, las infidelidades, la peor naturaleza de la persona. En la historia, ha habido matrimonios críticos. Hay una persona en Estados Unidos que se conoce como asesino en serie del matrimonio porque mató varias parejas con las que estuvo casado. Te traemos ese extremo para mostrarte que la dinámica de lo que es la relación matrimonial puede sacar lo peor. Pero al mismo tiempo puede sacar lo mejor. El amor, la pasión, el deseo, el verdadero amor ágape pueden sacar lo mejor de una persona. El matrimonio es tan aprobado por Dios y deseado por Él, que es la relación que Él utiliza para describir la relación entre Cristo y su iglesia; se esperan las bodas del Cordero. Así que el matrimonio es algo especial. Antes de crear un gobierno, se creó matrimonio. Así que Dios cree en el matrimonio porque puede sacar lo mejor de una persona.

Mira si el matrimonio puede sacar lo mejor de una persona, que Cristo murió por ti. En el libro de Oseas, se utiliza la relación matrimonial y el amor de un hombre por una mujer que lo abandona y que es una prostituta, una ramera, y cómo ese hombre ama a esa mujer y la restaura. Así que, si bien es cierto que en ocasiones el matrimonio saca lo peor de alguien, también puede sacar lo mejor. Quizás este tiempo sacó lo peor de ti, o lo peor de tu pareja, pero todo eso puede ser cambiado a través de la palabra del Señor.

Pero, ¿qué quiso decir Jesús? La realidad es que mucha gente se casa buscando satisfacer unas cosas que solo Dios puede dar. De ninguna manera Jesús está menospreciando el matrimonio o minimizando el poder del matrimonio. Él daría su vida por la Iglesia, por su novia, para casarse. Lo que Jesús está explicando es que hay personas que ponen su esperanza en el matrimonio, pensando que al casarse, la otra persona va a llenar toda su vida, todo su ser, todas sus expectativas. Y cuando una persona entra al matrimonio con esas expectativas y pone en ese nivel de perfección tan alto a la persona con la que se va a casar, está predispuesta a un fracaso emocional eventualmente porque, por mejor que sea, la pareja nunca cumplirá con todas tus expectativas. Tu no puedes sustituir tu relación con Dios, lo que te promete la vida eterna y la resurrección de Cristo en tu vida, por una persona en este mundo.

Tú no puedes pensar que tu vida se acabó porque tu esposo se fue, porque el matrimonio se perdió. Tu vida no empezó con el matrimonio, y no se acaba con un problema matrimonial. Tú tienes que entender que es tu relación con Cristo lo que satisface toda tu vida. Es dolorosa la infidelidad, el abuso causa heridas emocionales y estragos, pero cuando tú vas al matrimonio, tú no puedes poner tu esperanza presente y futura en esa persona. Eso es lo que Jesús está hablando. Jesús está diciendo: Los que tienen la esperanza de la vida eterna, los que entienden el poder de resurrección, los que ya están claros quién es Jesús para sus vidas, no ponen su esperanza en el matrimonio. No es que no se casen, sino que su satisfacción viene de una relación con Dios.

Tienes que llegar a la realización de que tú no puedes poner la expectativa de tu satisfacción personal y tu plenitud en una persona terrenal; solo en el conocimiento de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Esto te lleva a entender que no eres tú el que tiene poder sobre tu pareja ni antes ni casado ni fuera del matrimonio porque te divorciaste. Cuando tú piensas que el poder viene de ti, de lo que haces, de quien eres, entonces es que comienzas a perder tus expectativas, a tener problemas, tratas de dominar, de controlar. La realidad es que como creyente, tienes que saber que el único que tiene autoridad sobre tu pareja es el poder del Espíritu Santo, el poder de Dios.

Muchos preguntan qué hacer por su matrimonio; dicen “es que mi pareja no aprende, se lo he dicho”; y es entendible la frustración porque también hay que hacer porque la fe sin obra es muerta, pero lo que tú puedes hacer tiene un límite. Si tú quieres que tu vida y tu matrimonio cambien, de las primeras cosas que tienes que ceder es el poder. Haz tu parte, haz lo que te corresponde como cónyuge, ante Dios y ante la sociedad, pero dile a Dios: Yo voy a ceder esto, eres tú quien tiene el poder. Cuando llegas a ese estado de vulnerabilidad, de rendimiento delante de Dios, es ahí que tu vida realmente cambia, se renueva y puedes verdaderamente tener esperanza de que tu vida matrimonial va a cambiar.

Fuente:
pastor Otoniel Font | Puerto Rico

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