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Donde quiera que haya desobediencia a la palabra de Dios habrá tiniebla espiritual

El diablo esta en las tinieblas, donde quiera que haya tinieblas allí estará El. Es necesario discernir las áreas que están sin vigilancia y abiertos para ataques satánicos. Jud.6. dice: «Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día».

Como consecuencia de su rebelión, Satanás fue puesto en el juicio eterno, abismo o prisiones de oscuridad, allí también están los ángeles caídos. Ese lugar también se llama regiones sin luz, o desprovisto de luz visible. Esas tinieblas morales son las que degeneran en la oscuridad literal su causa es la ausencia de Dios que es la luz. «El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,» Col.1:13.

Si toleramos las tinieblas, nos hacemos vulnerables a los asaltos del enemigo. Donde quiere que halle desobediencia voluntaria a la palabra de Dios, hay tinieblas espirituales y la virtual actividad de los demonios. Tu espíritu iluminado por el Espíritu Santo, se convierte en la lámpara de Jehová por cuyo medio el escudriña tu corazón. Pero cuando albergamos el pecado, la luz que existe en ti, se vuelve tinieblas. Satanás se puede mover en cualquier área de tinieblas, inclusive aquello que todavía haya en el corazón de un creyente.

Vemos el caso del apóstol Pedro. El no era miedoso, S. Jn. 18:10 La negación de Pedro fue seducido satánicamente, S. Lc.22:31,32. Satanás había tenido acceso legal en una de las áreas de tinieblas en el corazón de Pedro. La escena inicio en la mesa, cuando se pregunto ¿Quién era el mayor de los discípulos? S. Lc. 22:23,24. Hubo una discusión donde la conclusión es que Pedro con su orgullo ganaría y de esa forma estaba listo para la caída. Pr. 16:18. La soberbia causo la caída de Pedro. Satanás sabía bien eso, conocía el juicio de Dios contra la envidia y el orgullo religioso.

Reconozcamos, antes de entrar a la lucha espiritual, que las mismas áreas que ocultamos en las tinieblas, son las mismas áreas de nuestras derrotas futuras. Debemos discernir nuestro propio corazón, y caminar humildemente con Dios, «Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.» Stgo.4:7.

El trigo que hay en nosotros debe ser zarandeado, ser limpio y producirá fruto. Es zarandeo nos preparara para lo mejor. Dios no confía su reino a cualquiera que no haya roto su orgullo. Ese es el propósito de Dios para nuestra vida.

Nuestra ignorancia nos deja abiertos para el ataque. ¿Cuál es el área donde eres vulnerable para los ataques satánicos? Ante esto debemos mantener un corazón honesto delante de Dios. Cuando el espíritu Santo nos muestra el área donde necesitamos arrepentirnos, debemos acceder al arrepentimiento de corazón, y procuremos el cambio. Dejemos a un lado nuestro orgullo, «Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes, Stgo.4:6.

Satanás huye ante el arrepentimiento, humildad y ante la posesión de un corazón limpio. Debemos someter el área exacta de nuestra batalla espiritual. Solo el corazón sometido al Espíritu Santo podrá ser efectivo en la guerra espiritual.

La victoria comienza con el nombre de Jesús en tus labios, y se consuma cuando la naturaleza de Jesús esta en tu corazón. Ante esto, el diseño de Satanás queda obsoleto. Retomando el caso de Pedro, después de la caída y arrepentimiento; una nueva escena surgió en su vida. Pedro humilde y nuevo, ¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste? Hc.3:12. La luz de Cristo desplazó las tinieblas en Pedro, su orgullo fue reemplazado por la humildad y  ansedumbre de Jesucristo.

Dios te bendiga amigo lector.

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