¿Te gustaría poder conservar el aroma inconfundible de la albahaca durante el invierno y que a vuestros platos no les falte esa «dosis» de hierba fresca? ¡No te pierdas nuestros consejos!
¿Por qué la albahaca no se puede secar?
La albahaca es una hierba muy delicada y si la secamos se deteriora y pierde su aroma.
Si la trituramos, que sea en el último momento antes de añadirla a la receta pero nunca para conservarla, ya que triturada, tiende a ponerse negra rápidamente.
Métodos para conservar la albahaca fresca todo el año
1- En agua, sin que la luz entre en contacto directo
Con este método, la albahaca se conserva un par de semanas: mete la raíz en un vaso lleno de agua y déjalo en la cocina para no olvidarlo.
2- Cómo preparar la albahaca para congelarla
Retira las hojas y lávalas bien pero con cuidado ya que son bastante delicadas. Usa una hoja de papel de cocina absorbente para retirar el exceso de agua.
3- Conservar la albahaca para preparar pesto casero todo el año
Tritura la albahaca con aceite y una pizca de sal, échalo en un recipiente hermético, añade un chorrito más de aceite (ayuda a la conservación) y mételo en el congelador. Una vez descongelado, vuelve a triturar y añade los ingredientes que falten para terminar de preparar el pesto.
4- Congelar la albahaca
Deja las hojas de albahaca enteras, lávalas y sécalas. A continuación, mételas en bolsas de plástico herméticas y mételas en el congelador. Cuando necesites usarla, sácalas y deja que se vayan descongelando.
5- Con sal
Echa las hojas de albahaca en un recipiente de cristal con tapa alternando una capa de hoja de albahaca con un capa de sal y termina con la sal. Aplasta un poco con ayuda de una cuchara y cubre con aceite de oliva, por último tapa bien el recipiente. De este modo, la albahaca se conserva 2 meses.
Cuando la vayas a utilizar, acuérdate de no añadir sal a la receta.
6- Cubitos de albahaca ¿Por qué no?
Este es un método de lo más práctico: lava bien las hojas de albahaca, mete 4 ó 5 en los moldes para hacer cubitos de hielo y añade aceite. A continuación, mete en el congelador. Obtendrás unos cubitos listos para añadir a tus preparaciones.
7- Mezcla de sales
Tritura la albahaca con un puñado de sal gorda, mételo todo en un recipiente hermético y ponlo en el congelador.
Cuando la necesites para tus recetas, puedes rascar la superficie congelada de la mezcla de albahaca para aromatizar ligeramente tu plato.