Muchas personas comienzan a leer la Biblia, pero no entienden lo que la Palabra de Dios quiere decir. Sin embargo, las Escrituras inspiradas por Dios están hechas de una forma que todo el mundo las pueda entender, a través del Espíritu Santo.
La Inspiración Divina de las Escrituras
«Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.» (2 Timoteo 3:15-17)
La Iluminación del Espíritu Santo
Muchas veces no comprendemos la Sagrada Escritura porque no la leemos de forma correcta. En primer lugar, necesitamos la iluminación del Espíritu Santo para poder comprenderla. Juan 14:26 dice: «Mas el Consolador, el Espíritu Santo a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.»
El Consolador nos enseña. Antes de leer la Biblia, tengamos un momento de oración y pidamos la iluminación del Espíritu Santo.
Métodos para una Lectura Eficaz
Comenzar con el Nuevo Testamento: Es recomendable leer el Nuevo Testamento varias veces antes de pasar al Antiguo Testamento.
Lectura diaria: Trate de leer unos capítulos diarios, no para ver cuánto abarca, sino para saborear todas sus verdades.
Concentración y Reverencia: La Biblia es un libro profundo, pero a la vez tan sencillo que los niños lo pueden entender si se lee con la reverencia necesaria. La concentración es importante; procure evitar distracciones.
Tiempo y Lugar Adecuados: Busque un tiempo, preferiblemente en la mañana, y un lugar apropiado para la lectura del libro de Dios.
Comprender la Biblia requiere más que solo leer las palabras; es esencial buscar la guía del Espíritu Santo, leer con reverencia y encontrar un entorno adecuado para la reflexión. Siguiendo estos pasos, se puede acceder a las profundas verdades contenidas en las Escrituras y aplicarlas en la vida diaria.
