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Arrepentirse también es divino

“Y envió Jehová el ángel a Jerusalén para destruirla; pero cuando él estaba destruyendo, miró Jehová y se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía: Basta ya; detén tu mano. El ángel de Jehová estaba junto a la era de Ornán jebuseo”. 1 Crónicas 21.15

Se dice que errar es humano y perdonar es divino, aquí la Palabra también nos enseña que arrepentirse lo es.

De hecho, algunos seres humanos nunca se arrepienten de nada pareciendo que fueran más infalibles que el propio Dios.

A pesar de que David era castigado justamente, el Señor se arrepintió y detuvo su castigo.

Muchos sostienen que cuando uno le impone un castigo a un hijo, nunca debe retractarse y debe hacérselo cumplir enteramente.

Quiero decirte que eso no es bíblico, ya que Dios se arrepintió del castigo que le había impuesto a David y lo detuvo.

Cuando hay arrepentimiento genuino de parte del que cometió un error, muchas veces el castigo pasa a carecer de sentido.

Un castigo merecido, frente al arrepentimiento genuino, puede convertirse en un castigo desmedido.

El castigo tiene sentido cuando produce arrepentimiento y no resentimiento.

Quizás hoy es tiempo de imitar al Señor y arrepentirte de un castigo que has impuesto a alguien que te falló.

Decirle al ángel destructor de tu orgullo, de tu perfeccionismo, de tu forma implacable de ser: “¡Basta ya! detén tu mano”.

No solo hay que perdonar, también hay que dejar de castigar, porque hay quienes han perdonado pero no han detenido su castigo para con el que los defraudó.

– Ese hijo que te falló, al que le dijiste “Te perdono, pero nunca me voy a olvidar lo que hiciste”.
– A tu cónyuge que te mintió y lo perdonaste pero le dijiste “Nunca más vuelvo a confiar en vos”.
– A ese hermano que te traicionó, al que perdonaste pero le dijiste “Nunca más vuelvo a trabajar con vos”.

No te olvides que cuando David se arrepintió de su desobediencia, Dios también se arrepintió de su castigo.

Yo bendigo tu vida para que en este tiempo, con la ayuda de Dios, puedas ser equilibrado en tu forma de actuar en este aspecto para con los que te han defraudado.

Fuente:
Pastor Daniel González

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