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Un partido de cuadros a uno de masas

Hace pocos días fue celebrada una convención interna del Partido de la Liberación Dominicana. Dicha convención era acotada, ya que muchos puestos electivos, especialmente a nivel congresual, habían sido objeto de reserva por las altas instancias del partido.

A pesar de ser un proceso de importancia relativamente menor, donde se dilucidaban puestos municipales, el balance de varios muertos y heridos indica la pugnacidad de los sectores que desean controlar al PLD.

Para tratar de comprender esta locura, esta sinrazón, debemos retrotraernos a ciertos hechos que sirven de origen a todo esto. El PLD surge como una negación al caos del PRD por parte de Juan Bosch y algunos fieles que, además formaban parte del ala radicalizada a la izquierda.
Tras crearse el PLD, esos primeros fundadores y otros que fueron ingresando crearon la tesis de dictadura con respaldo popular y también una logia, es decir, una unidad estrecha donde todos debían tener conocimientos mínimos iguales y cumplir ciertos principios y requisitos.
Eran casi todos clase media, y creyentes de que la izquierda iba a cambiar la humanidad. Por ello se sometieron ante la orden de Juan Bosch, quien exigía de esos seguidores una ascesis extrema. No podían compartir con burgueses explotadores, ir a clubes sociales y se veía mal hasta hacer ostentación de su propio dinero.

Pero el calendario no se equivoca, y ya en 1994 el Alzheimer empieza a hacer estragos al líder, quien nombra informalmente 2 herederos, Danilo Medina, quien fue Presidente de la Cámara de Diputados, y Leonel Fernández, que fue su candidato vicepresidencial.

Por azares que no vale la pena dilucidar en esta columna, se prefiere como candidato presidencial en las elecciones de 1996 a Leonel Fernández, siendo Danilo Medina su armador de campaña, logrando, gracias al apoyo reformista llegar al Palacio Nacional, derrotando a José Francisco Peña Gómez.

Al verse el PLD, de repente, en el manejo de la cosa pública, empiezan a darse voces heterodoxas que consignaban que vivir bien no era un pecado, pero muchos seguían humildes. Pero la realpolitiks indicaba que tras la muerte de Peña en el 1998 y el triunfo de un vivaz y popular Hipólito Mejía, que humilló al PLD, considerándolos ladrones, hizo que muchos abjuraran de la ascesis y decidieran garantizarse estatus, ya que el desierto del exilio del poder fue terrible.

Pero la fortuna empieza a sonreír coquetamente al PLD. Muere Balaguer y el Partido Reformista Social Cristiano empieza un proceso de atomización cuyo principal beneficiario fue el PLD, que adquiere estructuras y presencias en el interior del país, y la crisis de los bancos.
Hasta ese momento, el PLD estaba muerto y se vislumbraba una era del PRD, pero en menos de un año, un Leonel Fernández reciclado gana en primera vuelta con el 54% de los votos en 2004. Para ese momento, Danilo Medina decide hacer públicas sus aspiraciones y se encuentra de frente con la reelección del Presidente Fernández, quien lo tritura en unas primarias internas famosas por haber dicho el derrotado de que el Estado le había vencido.

Ese danilismo embrionario se queda en reserva, esperando tiempos mejores, mientras que el leonelismo llega a su momento más álgido. 31 senadores, control de la Cámara de Diputados, creación de las Altas Cortes, de una nueva Constitución. Convirtieron al PLD en un partido de masas con millón y medio de empadronados, sin círculos de estudio ni depuración. El cielo era el límite. Y empieza Leonel a reintentar una nueva reelección, lo que es rechazado por muchos miembros del Comité Político, así como una candidatura de la Primera Dama y del Vicepresidente de la República.

Todo esto hace posible que el danilismo pueda conseguir la candidatura presidencial, siendo ganadores en el 2012. Luego, el Presidente Medina busca la reelección y en una reunión del Comité Político, el leonelismo es derrotado por el danilismo 70% a 30%, y la facción perdidosa desconoce el dictamen de este organismo del PLD .

Cuando la disciplina sale por la ventana, todo se pierde, y actualmente hay dos facciones irreconciliables que luchan por la posesión del PLD, y que llevaron a la situación al punto que vimos.

Fuente:
Dr. Néstor Saviñon

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