El Señor exhortó a Josué: «¡No tengas miedo ni te acobardes! Toma contigo a todo el ejército, y ataquen la ciudad de Hai. Yo les daré la victoria sobre su rey y su ejército; se apropiarán de su ciudad y de todo el territorio que la rodea. Josué 8:1
“El Señor me habló y dijo: “Un espíritu de VALENTIA viene sobre Mi Iglesia. Mi pueblo ya no estará encerrado tras puertas cerradas, escondidos detrás de puertas cerradas. ¡No! ¡Es tiempo de la demostración de Mi poder sobrenatural en la tierra! Este es el tiempo señalado para que Mi pueblo camine en autoridad. Es el tiempo ordenado para que Mis hijos lleven Mi gloria y, además, la entreguen a las naciones”.
“Para que Mi Novia opere con este poder, el fluir debe ser puro. Estoy proclamando un renacimiento de la pureza. Estoy llamando a Mi Iglesia a lidiar con el pecado en el campamento, porque deseo cumplir Mi plan para esta hora. ¿No saben que la tierra gime por este movimiento? He escuchado el clamor de los que están atrapados en cautiverio y de los que están en aflicción. Escúchenme. Yo los he elegido. Asóciense Conmigo, para que pueda usarlos como vasijas de despertar para aquellos que se sienten en oscuridad. Como Esther, su tiempo es ahora. No es tiempo de que vayan de incógnitos y se escondan. ¡Salgan! Es el tiempo para que se levanten y brillen”.
Yo profetizo que la pureza regresará a la Iglesia. Es el requisito para el próximo movimiento de Dios. En Josué 7, los israelitas se establecieron para conquistar Hai. De hecho, estaban tan seguros de la victoria total que vendría, que los hombres que fueron enviados a espiar la tierra regresaron y declararon que no era necesario enviar a todos los guerreros a la batalla, sino que dijeron que solo necesitaban dos o tres mil guerreros para derrotar a Hai. (Josué 7:3)
Josué 7:4-5 Por esa razón, solo fueron a la batalla tres mil soldados, pero los de Hai los derrotaron. El ejército israelita sufrió treinta y seis bajas, y fue perseguido desde la puerta de la ciudad hasta las canteras. Allí, en una pendiente, fueron vencidos. Como resultado, todo el pueblo se acobardó y se llenó de miedo.
Los israelitas estaban sorprendidos. Esta derrota los dejó paralizados de miedo. ¿Dios los había abandonado? ¿Cambió Dios de opinión sobre darles la tierra prometida? Estas fueron las preguntas que deben haber plagado sus mentes.
Josué 7:10-13 Y el Señor le contestó: —¡Levántate! ¿Qué haces allí postrado? Los israelitas han pecado y han violado la alianza que concerté con ellos. Se han apropiado del botín de guerra que debía ser destruido y lo han escondido entre sus posesiones. Por eso los israelitas no podrán hacerles frente a sus enemigos, sino que tendrán que huir de sus adversarios. Ellos mismos se acarrearon su destrucción. Y, si no destruyen ese botín que está en medio de ustedes, yo no seguiré a su lado. ¡Levántate! ¡Purifica al pueblo! Diles que se consagren para presentarse ante mí mañana, y que yo, el Señor, Dios de Israel, declaro: “¡La destrucción está en medio de ti, Israel! No podrás resistir a tus enemigos hasta que hayas quitado el oprobio que está en el pueblo”.
Dios le dijo a Josué: «¡LEVANTATE!» También escucho al Señor diciéndoles a ustedes: «Levántense. Levántense de su quebrantamiento. Levántate de su decepción. Levántense de esa traición. Levántense de ese lugar de fracaso. Puede ser cierto que han fracasado, pero debes saber esto, ¡no son unos fracasados! Han sido elegidos por Dios. Han sido llamados para un tiempo como éste. Un paso en falso no define quién los he llamado a ser. ¡Levántense!»
Tomen nota de lo que el Señor le instruyó a Josué, le dijo que se levantara y ordenara al pueblo que se purificara en preparación para el día siguiente. También le escucho declarar hoy lo mismo: «Purifíquense para entrar al lugar al que los estoy llevando». Deben darse cuenta de que primero debe venir una purificación a Mi pueblo».
Josué se enfrentó y trató con el pecado oculto de Acán. Nosotros también debemos estar dispuestos a confrontar y tratar con el pecado oculto, si queremos experimentar la completa victoria de Dios en nuestras vidas. La Iglesia está en una hora en la que Dios quiere la purificación y luego nos dará la recompensa, como lo hizo con los israelitas en Hai.
Josue 8:1-2 El Señor exhortó a Josué: «¡No tengas miedo ni te acobardes! Toma contigo a todo el ejército, y ataquen la ciudad de Hai. Yo les daré la victoria sobre su rey y su ejército; se apropiarán de su ciudad y de todo el territorio que la rodea. Tratarás a esta ciudad y a su rey como hiciste con Jericó y con su rey. Sin embargo, podrán quedarse con el botín de guerra y todo el ganado. Prepara una emboscada en la parte posterior de la ciudad».
¿Lo han entendido? En esencia Dios dijo: «Esta vez será diferente. No serán derrotados y tendrán el botín del enemigo». Le escuché decir que les dice lo mismo: «Esta vez verán una victoria completa y total. Yo les daré una estrategia celestial para ganar esta batalla y tomar posesión de todo lo que Yo les prometí, y además el botín del enemigo.»
Dios le dio a Josué instrucciones precisas para tender una emboscada detrás de la ciudad. Además, les dijo que hicieran que los hombres de guerra vinieran al frente, como lo hicieron en la primera batalla, y que permitiera que los hombres de Hai los persiguieran. Los hombres de Hai pensaron que se trataba del mismo ejército derrotado de antes, pero lo que no entendieron es que esta vez estaban peleando contra un pueblo purificado que tenía a Dios peleando por ellos.
Cuando Josué puso en marcha el plan, todo lo que Dios había dicho se cumplió. Los hombres de Hai persiguieron a Josué y a los hombres de guerra, como antes. Pero esta vez Dios les había dado un plan a los Israelitas, y tan pronto como los hombres de Hai persiguieron a los israelitas, la emboscada golpeó la ciudad. Experimentaron una victoria completa y total. ¡Tú también estás a punto de ver tu completa y total victoria! (Andrew Towe)
Josue 8:7 Entonces ustedes saldrán de su escondite y se apoderarán de Hai. El Señor les dará la victoria.
Con amor y oraciones,