“16 Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. 17 Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. 18 Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.” Hechos 16:16-18
Esta chica estaba poseída, y sus amos sacaban dinero de eso; tenían un negocio de adivinación. Ella no se atrevía a meterse con Pablo, así que habla entonces a favor de él. Pero Pablo se molesta porque, aunque está diciendo verdad, lo dice algo que no es luz. Pablo pudo enfatizar que hasta los espíritus reconocen que ellos anuncian el camino de salvación, pero se enfocó en que él fue allí a cambiar cosas. Él no fue allí a impregnarse, sino a hacer cambios. Se vira y le dice que salga en el nombre de Jesucristo, y salió de ella en esa misma hora. Cuántas cosas tú, porque te respetan como cristiano en la sociedad, las toleras y no haces cambios. Pablo no se dejó llevar por palabras, y dijo: No, si hay que cambiar, hay que cambiar. A Pablo lo llevan preso por esto, y lo azotan a él y a Silas.
“26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. 27 Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. 28 Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí.” Hechos 16:26-28
Hay momentos donde, por hacer el cambio, aparentemente, algo malo ocurre. El carcelero se iba a matar, pero Pablo -quien vino a ser luz – le dice que no lo haga. Pablo había liberado a la muchacha; fue azotado, apresado; Dios lo libera con un terremoto, y el que lo encadena y azota, ahora está por matarse, y Pablo dice: Tranquilo, yo vine a hacer cambios.
“29 Él entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; 30 y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? 31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. 32 Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. 33 Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos.” Hechos 16:29-33
Ahí comenzó el cambio. Tú llegas a cambiar las cosas. Pero ¿cómo es que su casa sería salva, si la salvación es individual? Es individual, pero el impacto es colectivo. Su casa fue salva porque hablaron a todos los que estaban en la casa. Cuando tú comienzas a poner a Dios como centro de tu compás, comienza un camino de redención para tu familia. A tu casa va a llegar la salvación porque tú empiezas a actuar como cristiano, a impregnarte en ellos, a buscar cambios y, eventualmente, tú y tu casa van a escuchar y se van a salvar.
Los cristianos pueden y deben influenciar y cambiar la sociedad. Eres sal, te toca preservar, retener. ¿Retener qué? Los distintivos de los cristianos. ¿Por qué los cristianos no tenemos mayor efecto en la sociedad? ¿Es culpa de la sociedad? ¿Es culpa de la carne si se pudre, o es de quien se supone que la preserve? Se pudre porque entran las bacterias; y la sal lo que hace es prevenir eso. Entonces, no es culpa de la sociedad; es nuestra responsabilidad. Aunque andamos en la carne, no militamos según la carne. Aunque vivimos en este mundo, no somos de este mundo. Las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. ¿Cuáles son estas armas?
Oración. 1 Timoteo 2:1-2: “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; 2 por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.” Oras para que Dios te dé, o por sanidad; pero ¿oras por el gobernador? Tú eres llamado a orar por tus gobernantes. Entonces, vivirás quieta y reposadamente. Si no oras, no te quejes. Es la sal la que no está haciendo su labor.
Evangelismo. Llevar el mensaje. En la compañía Apple, a la persona de Mercadeo, le llaman Evangelista; porque es quien lleva el mensaje de la empresa a las personas. Pero nosotros pensamos que Evangelistas son dos o tres; pensamos que es un título, pero no lo es. El evangelismo es un llamado, un arma con la que tú cuentas. Tú eres un evangelista. A donde sea que tú vayas, tú evangelizas, llevas un mensaje; en tu trabajo, en tu empresa. “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (Hechos 1:8) Él les dice que comiencen en Jerusalén -donde estaban – y fueran a Judea, y luego amplía a Samaria y a los confines de la tierra. Evangeliza en tu ciudad, en tu país, en tu comunidad y en el mundo. Toda acción individual tiene un efecto comunitario. Todo lo que tú hagas o no hagas, afecta la sociedad. Piensas que no es tu culpa lo que pasa en el país porque tú no votaste, pero no votar tiene un efecto en la comunidad. La omisión no te exculpa. Dice la Biblia que pecado es hacer lo malo, pero también es saber lo que es bueno y no hacerlo. Toda acción tiene un efecto colectivo.
Ejemplo. “14 Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. 15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.” (Josué 24:14-15) Josué dijo: No sé qué pase en la comunidad, pero doy ejemplo; yo y mi casa serviremos a Jehová.
Argumentos. “4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,” (2 Corintios 10:4-5) Estos mensajes son importantes para que tú tengas argumentos. Josh McDowell, autor ateo, quería probar que Dios no existía, pero terminó escribiendo uno de los mejores libros que existe para probar que Dios es real: Evidencia que exige un veredicto. Un libro con buen argumento y conocimiento. Con el estudio, obtienes ambos; y debes tener eso en tu vida.
Acción. Si tienes los otros cuatro y no tienes este, eres letra muerta. “16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (Mateo 5:16) Las armas tienen un objetivo: Glorificar a Dios. No tengas el más mínimo temor en decir que eres cristiano. Algunos saldrán de tu vida. Ora por ellos.