La Corte Suprema de Arizona la semana pasada recriminó a los estados y a las municipalidades que demasiado entusiastamente hicieron cumplir las leyes antidiscriminación.
La corte más alta del estado dijo que la ciudad de Phoenix no puede aplicar una ordenanza de no discriminación a las diseñadoras de invitaciones personalizadas a bodas. En un fallo 5-3, la corte encontró que Joanna Duka y Breanna Koski, dueñas de Brush y Nib Studio, tienen el derecho de declinar crear invitaciones personalizadas para bodas del mismo sexo. El juez Andrew Gould, escribiendo por la mayoría, presentó una amplia defensa de la libertad de expresión y de la libertad religiosa.
«Los derechos de libertad de expresión y de libertad de práctica, tan preciosos para esta nación desde su fundación no están limitados a débiles murmuraciones detrás de las puertas del hogar de una persona o de la iglesia, o a conversaciones privadas con amigos y familiares que piensan igual,» escribió Gould. «Estas garantías protegen el derecho de cada estadounidense de expresar sus creencias en público.»
Duka y Koski, quienes son cristianas, hacen que sus clientes firmen un contrato con lenguaje que denota que los calígrafos no harán un trabajo «que comunique ideas o mensajes … que contradigan la verdad bíblica, ofendan a otros, endosen el racismo, inciten la violencia, o promuevan cualquier matrimonio además del matrimonio entre un hombre y una mujer, como el matrimonio del mismo sexo.»
En 2016, ellas presentaron un proceso preventivo en contra de la ordenanza de Phoenix, que impone cárcel y multas a lugares de alojamiento público por violar el mandato de no discriminación que incluye la orientación sexual e identidad de género como categorías protegidas.
Gould anuló los intentos de describir el caso como principalmente sobre la discriminación. Los jueces en desacuerdo compararon la preocupación de Duka y Koski con los ejemplos históricos de prejuicio, desde las leyes de Jim Crow del sur hasta los rótulos de los tenderos de Phoenix de «No se permiten mexicanos.» Gould llamó tales argumentos «análisis unilateral que efectivamente priva a los demandantes de su derecho fundamental de expresar sus creencias.»
Él añadió: «Ninguna ley, incluyendo la ley de alojamientos públicos, es inmune a las protecciones de la libertad de expresión y de la libertad de práctica.»
El fallo ofrece razonamiento persuasivo a otras cortes, dijo Jonathan Scruggs de la Alianza en Defensa de la Libertad, quien representó a Duka y a Koski.
«La libertad que la corte confirmó hoy para Joanna y para Breanna es buena para todos,» dijo él tras el anuncio de la sentencia. «Los estadounidenses no están de acuerdo en varios asuntos, pero nosotros debemos estar de acuerdo en la libertad de no estar de acuerdo.»
Scruggs dijo que las cortes escuchan disputas similares que ya han citado el fallo — incluyendo el caso de Hands On Originals, un taller de impresión que declinó diseñar e imprimir una camiseta para un festival del orgullo gay. Ese caso está pendiente ante la Suprema Corte de Kentucky. Los abogados también han citado el fallo en la apelación del caso de la floristería Barronelle Stutzman ante la Suprema Corte de EE.UU. y una tercera demanda que involucra al pastelero de Colorado, Jack Phillips.
«Las creencias de Duka y Koski acerca del matrimonio del mismo sexo parecieran anticuadas, e inclusive ofensivas para algunos,» escribió Gould en su sentencia. «Sin embargo, las garantías de la libertad de expresión y de la libertad de religión no son solamente para aquellos que son considerados suficientemente ilustrados, avanzados o progresivos. Son para todos.»