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Tenemos que cuidar las grandes visiones

Después de la muerte de su hijo, la sunamita va donde su esposo y le pide recursos para ir a visitar al profeta, le dice que le facilite a uno de los criados y un asno para ir corriendo a donde está el varón de Dios, ya ella ha concebido un plan. Ella sabe que tiene que ir y hablar con el profeta porque el mismo Dios que le dió a su hijo es poderoso para devolvérselo también.

Sin embargo aquí se da un interesante diálogo que nos revela algo sobre la psicología tanto de la mujer sunamita como de su esposo, porque cuando ella le dice: mira quiero ir a ver al profeta él le dice: «¿Para qué vas a verle hoy? no es ni luna nueva ni día de reposo.»

Este hombre no puede concebir que la sunamita pueda ir hasta donde está el profeta simplemente por otra razón que no sea algo ritual. Es como la gente que sólo va a la Iglesia los domingos y no se le ocurre ir en una noche de oración o que puede involucrarse en un estudio bíblico que le lleve a ir en otro día de la semana. La persona ritualista solamente se ciñe por lo mínimo que no ha incluido a Dios en todas las demás dimensiones de la vida.

Esto revela también, como hemos dicho antes, por las acciones y las palabras se revela el carácter de un personaje, algo de este hombre, es mas bien como muchos típicos varones, una persona como que es conformista con las cosas del espíritu. Ella, la mujer es la que está viviendo el drama de su relación con Dios y la aventura espiritual. Él como está al margen no está al tanto de la increíble historia que se está desarrollando en este momento y por eso como que le pregunta casualmente: pero ¿por qué vas a ir tú a visitar a este hombre si no hay ninguna ocasión así ritual, ningún festival que te llevara a ir al culto, así, donde el profeta está oficiando?

Interesantemente la sunamita no le dice a su esposo por qué ella quiere ir a ver al profeta, no le dice que su hijo ha muerto. Y ahí se nos dice algo y es que, yo creo que si esta mujer le hubiera dicho a este hombre que su hijo estaba muerto posiblemente él se hubiera desesperado, hubiera interferido con su plan, le hubiera hecho más difícil la vida y en este momento ella necesitaba recursos, ella necesitaba ir directamente hacia el profeta sin tener que detenerse. Ella estaba enfocada en una misión y sabía que el tiempo era importante, que necesitaba pura y clara en lo que ella tenía que hacer y no necesitaba distracciones de ningún tipo.

Otra lección espiritual. Muchas veces cuando estamos en situaciones de gran urgencia y de gran emergencia no podemos darnos el lujo de compartir la visión del espíritu que tenemos con gente superficial que no entiende el nivel de fe que nosotros estamos ejerciendo en ese momento.

Es importante que si tú vas a compartir los sueños y las visiones que Dios te ha dado lo hagas con gente que pueda fortalecerte, apoyarte, respaldarte e inclusive enriquecer tu visión, no con gente que te va a decir: «ah eso es una cosa de locos cómo te atreves a pensar eso, Dios no obra de esa manera, estás siendo fanático», no. Nosotros tenemos que reservar las grandes visiones y las grandes aventuras para compartirlas con gente que verdaderamente puede entender lo que estamos haciendo y puede ser un recurso para nosotros.

Por eso es que yo creo que cuando el Señor iba a hacer este milagro en los Evangelios con respecto a la hija de Jairo, ustedes recordarán, Él solamente entró a un par de Sus discípulos al cuarto porque la demás gente se estaba riendo de Él cuando Él les dijo: No, ella no está muerta ella simplemente duerme porque Él sabía que la iba a levantar, se rieron de Él porque así es la gente superficial, no entiende el mover más poderoso de Dios.

Entonces el Señor reservó ese milagro solamente para dos de Sus discípulos escogidos que podían creer, que tenían la madurez necesaria para ver lo que Él iba a hacer, que no le iban a robar concentración o claridad en el milagro que Él quería ejecutar.

Esta mujer se queda callada, no le dice nada a su marido por el momento porque ella sabe que ella necesita ir con toda rapidez a donde está el profeta, y ahí tenemos una lección. Si nosotros somos superficiales con Dios las grandes aventuras, las grandes revelaciones, las grandes manifestaciones del Poder de Dios nos van a pasar por encima de la cabeza y nos vamos a quedar al margen de ellas.

Esta mujer es una mujer decidida y toda su acción está ceñida a una misión, y vamos a ver en nuestra próxima meditación lo importante que es este aspecto de la personalidad de esta mujer. Dios les bendiga y hasta nuestro próximo mensaje.

Fuente:
predicas.org

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