El lunes 30 de enero de 2024 no era un día ordinario para mí. Hace tres años, exactamente en esa misma fecha, mi primogénito partió al descanso del Señor. La noche del 29 de enero, dediqué mis horas a orar, alabar a Dios y reflexionar sobre su bondad. Agradecí por la paz y regocijo que mi hijo experimentaba en su eterno descanso.
Durante esa noche, percibí algo sobrenatural en mi espíritu, alabando a Dios por entender que cada evento en nuestras vidas es parte de su divino plan. Rendida a la 1 de la mañana, experimenté un sueño donde resonaba la alabanza «El Poder de Tu Amor» Y cúbreme Con tu amor rodéame Tómame Cerca quiero estar Y al esperar Nuevas fuerzas yo tendré Y me levantaré Como las águilas Por el poder de tu amor ¿Pueden cantar esto conmigo? hasta la madrugada.
Desperté tarareando esa canción y decidí realizar algunas diligencias, como renovar el marbete del carro. Sin embargo, una sensación en mi pecho alertaba sobre un inminente suceso. Apenas pasaron 20 minutos cuando una pickup modificada para montaña me impactó frontalmente. A pesar del impacto, me sentí tranquila y llena de paz.
El joven conductor, visiblemente afectado, se disculpó, mientras sus padres y familiares lloraban y abrazaban a su hijo. Ante la situación, respondí con serenidad, sugiriendo dar gracias a Dios. La madre del joven, con lágrimas, compartió que su hijo había tenido un choque en las montañas el día anterior, pero ignoraba que hoy saldría de nuevo.
En ese momento, opté por predicar la palabra y orar con la familia, ellos aceptaron hacer la oración de fe. Colosenses 4 2: 2 Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias, 3 orando también juntamente por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de proclamar el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, 4 para que lo manifieste como debo hablar. agradecí a Dios por no sufrir ni un rasguño. La experiencia reafirmó mi convicción de que estamos resguardados por el poder divino y cubiertos bajo la sangre de Cristo. El que habita al abrigo del Altísimo, Morará bajo la sombra del Omnipotente. 2 Diré yo á Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en él confiaré. 3 Y él te librará del lazo del cazador: de la peste destruidora. 4 Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro: Escudo y adarga es su verdad. Salmo 91
Reflexión: Esta experiencia refuerza mi firme creencia de que la fe y la confianza en la voluntad de Dios nos sostienen incluso en situaciones críticas. La oración y la gratitud puede transformar momentos de crisis en testimonios de su amor y protección.
La oración también enfoca la gratitud hacia Dios por su amor eterno y el sacrificio de Jesucristo en la cruz. Se pide la guía del Espíritu Santo para el tiempo de oración y se celebra la victoria obtenida a través de Cristo.
La victoria de Cristo sobre los principados y poderes malignos se proclama, y se reclama esa victoria en la vida del creyente. Se busca la llenura del Espíritu Santo y se invita a su presencia para romper cualquier obstáculo espiritual.
La oración aborda áreas específicas de la vida espiritual, como la obediencia, la transformación y la rendición al plan de Dios. El creyente se coloca en la voluntad de Dios y rechaza las tácticas de Satanás.
La oración concluye con un llamado a la transformación y la victoria en todas las áreas de la vida. Se busca la vivificación espiritual, el discernimiento de las artimañas de Satanás y el fortalecimiento en la fe.
La Honra y la Gloria sea para Dios.