Voz del Tabernáculo

Sembradores de Paz. Un Llamado a la Confianza y la Unidad

VOZ DEL TABERNÁCULO

El mundo necesita desesperadamente paz y confianza en estos tiempos turbulentos. La paz es más que simplemente la ausencia de conflicto; es un estado de armonía, seguridad y bienestar tanto a nivel individual como colectivo. Aquellos que encuentran paz pueden descansar y dormir tranquilos, como lo expresó el salmista David.

Para alcanzar esa paz que solo viene de Dios, es fundamental abordar diferentes aspectos. Muchas personas viven con ansiedad, estrés e incertidumbre, y requieren herramientas para cultivar una calma interior. Esto puede lograrse a través de la meditación, el encuentro íntimo con Dios, la adoración, escuchar alabanzas y la lectura de Su Palabra. La paz comienza dentro de cada uno, y desde ahí se extiende hacia el entorno.

El mundo también clama por relaciones sanas. La falta de entendimiento y empatía ha creado muros entre personas y comunidades. Necesitamos fomentar la comunicación con respeto y actuar con compasión, incluso cuando hay diferencias. Solo así podremos restaurar vínculos y sanar divisiones.

En el plano social y político, la injusticia y la desigualdad son fuentes profundas de conflicto. Es indispensable trabajar por un sistema más justo, donde cada ser humano tenga acceso a oportunidades dignas, como educación, salud y una vida plena.

Tampoco podemos ignorar el grito de la tierra. El deterioro ambiental amenaza la vida misma. Debemos asumir con responsabilidad nuestro papel como cuidadores de la creación, tomando decisiones que favorezcan un futuro sostenible.

Además, es crucial que esta paz alcance a quienes dirigen e influyen en las decisiones de la sociedad: ministros de instituciones gubernamentales, líderes de concilios, universidades y demás entidades. Su liderazgo debe estar impregnado de sabiduría, integridad y sensibilidad, guiados por la paz que solo Dios puede dar. Cuando los líderes viven en paz y confianza, pueden transmitirla a las comunidades que sirven.

A nivel global, los conflictos armados y la falta de diálogo siguen cobrando vidas y alimentando el miedo. Solo la diplomacia, el perdón y la cooperación sincera pueden abrir el camino hacia un mundo en verdadera armonía.

En resumen, necesitamos un compromiso colectivo para cultivar la paz en todas sus dimensiones. Esto implica tanto acciones concretas como un cambio profundo de mentalidad, basado en la fe, el respeto, la unidad y la esperanza. La paz no es una utopía si cada uno decide sembrarla donde está.

En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.

Salmos 4-8 «Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.» Filipenses 4-7

Margarita García

Margarita García

Directora del Tabernáculo Prensa de Dios

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

Botón volver arriba