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Nuevos retos para nuestras Vidas

Este día comenzamos un nuevo estudio Bíblico, enfocado en este nuevo estilo de vida al cual nos está siendo necesario acostumbrarnos mientras el virus Covid19 esté presente en nuestra sociedad. FILIPENSES 3-13

A ese nuevo estilo de vida en la pandemia y aun después de la pandemia se le ha denominado “Nueva Normalidad” , y esta nueva normalidad también implica nuevos retos para la iglesia tanto a nivel individual como también en la sociedad.

Veamos cuales son esos nuevos retos para nuestra vida y por medio de la palabra de Dios comprendamos cómo debemos enfrentarlos:

PRIMER RETO: NO DESCUIDAR LA VIDA ESPIRITUAL DE NUESTROS NIÑOS Y NIÑAS (PROVERBIOS 22:6)

Muy pocas veces reflexionamos en lo que la pandemia está afectando la vida espiritual de los niños y niñas, si nos damos cuenta los niños son los que más hemos descuidado en su crecimiento espiritual y en su comunión con Dios, pues la gran mayoría de transmisiones de cultos, predicaciones y devocionales van enfocados completamente a los adultos.

Además, con toda seguridad como pastores y líderes de las iglesias cuando planificamos nuestro regreso a congregarnos en el templo no estamos considerando que los padres lleven a sus niños y niñas a los cultos para evitar que se contagien, lo cual es lógico y es una decisión prudente, ya que los niños y niñas ni siquiera están asistiendo a clases a sus colegios y escuelas.

Es por eso que este es un reto para nosotros como padres de familia, para no descuidar la espiritualidad de nuestros niños y niñas, de predicarles y enseñarles la palabra de Dios, de orar con ellos, de escuchar sus peticiones y orar por ellas.

No podemos llegar a creer que a los niños y niñas no les afecta esto de la pandemia, pues seguramente en sus corazones hay temor y tristeza, y es nuestra responsabilidad como padres compartirles el mensaje de esperanza de la palabra de Dios (Deuteronomio 11:18-19)

SEGUNDO RETO: NO ACOMODARNOS A UN CRISTIANISMO VIRTUAL (HEBREOS 10:25)

En estos últimos meses por prevención y por prudencia fue necesario que los templos cerraran, y muchos aún siguen cerrados por los altos niveles de contagios en la sociedad.

La iglesia no se detuvo, la iglesia siguió y sigue realizando su llamado de predicar la palabra del Señor en la sociedad por medios virtuales, a través del internet, las redes sociales, de la radio y de la televisión dependiendo de los recursos económicos de cada iglesia, el evangelio no se ha dejado de predicar.

Pero como cristianos tenemos que tener cuidado de no acomodarnos a un cristianismo virtual, ya que tarde o temprano los templos se volverán a abrir, los cultos volverán a realizarse de manera presencial, con protocolos de seguridad, con distanciamiento social, con limitantes de tiempo y de cantidad de personas, pero nos volveremos a congregar en nuestros templos, volveremos a adorar a Dios juntos, volveremos a dar testimonio de Cristo en nuestras comunidades.

Y aunque puede ser más cómodo, más seguro, más tranquilo quedarse en casa, tenemos que reconocer que la palabra de Dios nos manda a no dejar de congregarnos, ya que para nosotros debe ser una realidad que es mejor un día en sus atrios que mil fuera de ellos (Salmo 84:10)

Seguramente habrá personas que, por sus condiciones de salud, por su edad, etc. no podrán congregarse aún, pero todos aquellos que podemos hacerlo NO NOS ACOMODEMOS, NO NOS DEJEMOS VENCER POR EL TEMOR, vamos a la iglesia a adorar a nuestro Dios, pues no puede ser que no tengamos temor de ir a un supermercado, de estar todo el día en la oficina, y no queramos congregarnos en nuestras iglesias.

TERCER RETO: APRENDER A SUPERAR EL TEMOR (ISAÍAS 43:1)

La nueva normalidad implica convivir o aprender a vivir con un virus que puede llegar a ser mortal, o que nos puede enfermar gravemente, y eso es algo que nadie quiere para su vida ni para su familia.

No podemos negar que eso nos preocupa y llena nuestro corazón de temor y de intranquilidad, pues nadie quiere infectarse, y es por eso que nuestro Dios por medio de su palabra nos hace muchas veces el llamado a no tener temor, a poner en él nuestra confianza y nuestra esperanza.

La nueva normalidad significa acostumbrarnos a vivir tomando precauciones, teniendo cuidado en lo que hacemos, siendo prudentes, y por sobre todo confiando en la protección y el cuidado de nuestro Dios.

Una de las formas de aprender a superar el temor es comprendiendo lo que nos dice el versículo que hemos leído: No temas porque yo te redimi, es decir no temas porque yo te he salvado, no temas porque eres parte de la familia de Dios, pase lo que pase yo estaré contigo.

Verdaderamente que en esta nueva normalidad tenemos que hacer realidad en nuestra vida las palabras del apóstol Pablo: (Filipenses 1:21) Para mi vivir es Cristo, y morir es ganancia.

Fuente:
Pastor Oscar FLores | El Salvador

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