Politica

La Restauración: Un Sueño Trunco

Aún no se habían enfriado bien los conflictos que dieron lugar a la revolución de 1857, cuando Pedro Santana , el gran caudillo del período, decide concretar la anexión a España. No eran pocos los que pensaban que el país fundado por los trinitarios era inviable. Tenía la República Dominicana una población pobre, escasa, y sin industrias ni educación, y era presa del caos y de las ambiciones de líderes inescrupulosos, aparte del miedo eterno a Haití.

Desde el momento que se arría la bandera dominicana y se iza la española, diversos sectores empiezan a conspirar contra el ejército español enviado por ISABEL II. se recuerda el caso de José Contreras, de Sánchez y de otros que derramaron su sangre, tratando de recuperar la independencia.

Cuando finalmente, se da el movimiento que entra por Capotillo y se va expandiendo en el territorio cibaeño, empiezan divisiones entre los revolucionarios sobre si ser conservadores o liberales, y si se salía del dominio de España para ser independiente o para ser colonia de Estados Unidos.

Estas disquisiciones bizantinas provocaron muchas malquerencias que provocaron el fusilamiento de dos de sus presidentes (Salcedo y Polanco) y presagia la inestabilidad que sería la norma en nuestra política hasta 1878, ya que con la excepción notabilisima de los seis años de Báez, pocos gobiernos llegaron al año y hubo multitud de revoluciones y motines.

La parte liberal, representada por Ulises Francisco Espaillat y otros grandes hombres, ambicionaban otra realidad para el país. Una nación culta, rica, independiente, donde todos tuvieran oportunidades de desarrollarse. Lamentablemente, predominó el caos y gobiernos de mano dura o conservadores, quienes sólo trataron de enriquecerse ellos y a algunos de sus seguidores.

Muchos de esos ideales siguen hoy en el ideario nacional como compromisos pendientes. Todos deseamos eso, pero hemos creado múltiples obstáculos para que no se materialicen, y se nos olvida que eso es en beneficio de los dominicanos del mañana, de nuestros herederos.

Esperemos que en este nuevo aniversario, empecemos a caminar hacia la concreción de ese sueño trunco, que nos ayudará a crear un futuro mas justo y promisorio para todos los hijos de esta tierra

Fuente:
Dr. Néstor Saviñón

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