En el libro de Josué 1:8 se encuentra una profunda verdad y un bello tesoro.
“Nunca se aparte de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditaras en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”.
Es hermoso encontrar lindas promesas que Dios nos dejo escrita por medio de sus profetas.
Meditemos en este versículo al leer dice: “NUNCA alejes de tu boca este libro de la ley”. Dios a través de ella nos dice que en nuestra boca debe de estar de continuo expresando aquellas verdades, riquezas, bendiciones, promesas a favor de nuestras vidas y de nuestro prójimo. Pero pasa que nuestra boca salen palabras de quejas, murmuraciones, problemas que nos rodean, enfermedades que nos atacan, nuestra boca está llena solo cosas negativas nos dejamos llevar de los obstáculos circunstancias que vivimos, vemos lo difícil que es el camino y nuestras palabras pronuncia lo contrario, además de eso nuestra boca siempre va hablar lo que hay en nuestro corazón, porque de la abundancia del corazón habla nuestra boca. Debemos ser muy cuidadoso con lo que decimos.
El libro de proverbios 18:21(a) dice: “la muerte y la vida están en el poder de la lengua” sabía que nuestra boca tiene poder, si estamos constantemente hablando cosas negativas vamos obtener de lo que ella está declarando.
En la libro de Mateo 28:19(b) Jesús dijo: nunca jamás nazca te ti fruto. Y luego se secó la higuera. Jesús hablo con autoridad, a la ves esa misma autoridad delegada está en nuestra boca, porque en los versículos siguientes de 28:21 Jesús les dijo: de cierto te digo, que si tuvieres fe, y no dudares, no solo haréis esto a la higuera, sino a este monte dijereis échate al mar, será hecho. El monte seria los tropiezos que encontraremos en el camino, eso momentos difíciles que todos tenemos, es ahí en el cual debemos decir a los problemas, tengo un Dios grande y veré su gloria.
Pongamos en práctica esta profunda verdad, que cada día recitemos bellas promesas a nuestro favor con fe.
Y aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros. Efesios 3:20
“Si no que de día y de noche MEDITARAS en él”. Dios no solo le aconsejo a Josué sino también a cada uno de nosotros, estudiemos, analicemos, examinemos, razonemos, investiguemos su palabra día y noche, porque al hacerlo nuestra mente y espíritu serán enriquecidas, nuestra óptica cambiará a la luz de la palabra de Dios, comenzaremos a ver y a entender como Dios quiere; encontraremos lindos tesoros y promesas a nuestro favor.
“Para que guarde y hagas conforme a todo lo que en él está escrito”. Esta es la parte que muchos no quieren engendrar, “guardar la palabra”, llevarla a la práctica y cumplirla. Todos queremos las promesas pero no queremos pagar el precio de la obediencia. Jesús pago un total por cada uno, fue su sangre preciosa, pero también nos toca pagar un costo, negarte a ti mismo tomar su cruz y seguirle, que es el compromiso personal nuestra voluntad rendida a Él. Sin sacrificios no hay gloria, cumpliendo esto está la llave de tu prosperidad el éxito que esperas.
“Porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien”. He aquí la promesa de Dios a favor nuestro, sabemos que Él es un Dios fiel que cumplen lo que promete y nos garantiza que todo saldrá bien. Tenemos un Padre eterno que tiene planes de bien y no de mal, lo mejor para cada uno de sus hijos, la salvación que nos dio por gracia viene incluida con muchísimas más bendiciones solo está en creerle porque al hacerlo, activamos su poder a favor nuestro.
En el largo camino de mi vida en Cristo su palabra a estada sembrada en mi corazón desde los 14 años que lo conocí como mi Dios verdadero y mi salvador, llevando cada paso que doy guiada por su voluntad aunque muchas veces ha sido muy difícil entender los designios de Dios, si bien muchas veces estuvieron en mi lógica desertados, pero he confiado en él rindiéndome a su voluntad en sus promesas y ha sido fiel, que bueno es Dios guiándonos en el camino correcto.
Cierta vez pasando momentos muy duros con mi familia, viviendo en un lugar muy incómodo, un pequeño cuarto en la terraza de mis suegros con calor, goteras en el techo, murciélagos, ventanas sin vidrio y cuando llovía nos mojábamos por el aguacero con viento. Le dije a mis esposo salgamos de aquí alquilar un lugar mejor o haz el préstamo en el seguro para comprar una casa; porque como madre de dos pequeños en ese entonces uno de 4 años y el otro de 3 meses quería un lugar mejor para ellos, y él supo contestarme: conoces nuestra condición no puedo darte lo que me pides, espérate unos 10 años a que la situación mejore y de aquí solo salgo a una casa propia; yo solo me quede en silencio y no dije nada. Espere la noche me rendí con lloro y suplica a Dios, orar con mi pequeño de 4 años y le dije a Dios: “Padre me equivoque pidiéndole a mi esposo en salir de aquí y pedirle una casa, pero hoy vengo a ti a pedirte mi casa yo no sé cómo lo vas a ser, lo único que se que eres mi padre creador del cielo y la tierra , y tu palabra dice que eres el dueño del oro y la plata, eres mi buen Pastor, que nada me faltara, que dice pedid y se hoz dará , padre tú conoces nuestra condición como estamos creo en ti que nos puedes bendecir gracias mi Dios en el nombre de Jesús amen.
Para no alargarle la historia Dios no demoro en responder ya a los tres meses mi esposo había pensado en hacer el préstamo al seguro para comprar una pequeña casa, mi suegra en ese entonces se estaba jubilando y nos dijo que nos apoyaba en la construcción de la casa que mejor era construir que comprar una, nos dio un solar para construirlas y su jubilación la invirtió en nuestra casa sin pedirle a ella, Dios puso en su corazón ayudarnos, hoy tengo mi casa gracias a Dios que escucho mi clamor y el de mi pequeño hijo que ahora tiene 7 años, que es testigo que Dios es bueno. Ahora vivimos en mi casa nueva que nos la dio mi Padre del cielo y le doy las gracias a Él, la gloria y honra sea a mi Dios. Él es fiel y siempre lo será, Amén.
Gabriela Rojas