
Estuve leyendo algunas de las meditaciones que presentamos con respecto al tema de la homosexualidad, un tema delicado como nos imaginamos y difícil pero muy necesario en estos tiempos en los que estamos viviendo.
Y leyendo algunas de las reacciones de ustedes que son tan generosos en escribirme textos dejándonos saber la bendición que son los programas para ustedes y de paso les digo eso nos anima a nosotros, nos bendice, leemos esos comentarios de ustedes, sus oraciones que escriben y nos encanta leer ese intercambio entre los hermanos que se edifican mutuamente y se contestan las inquietudes que tienen y se afirman en las cosas que dicen y eso es una gran bendición y es lo que tanto deseamos ¿no? de esta comunidad virtual que Dios está creando a través de Dios Habla Hoy, que haya ese tipo de compañerismo y ese sentido de comunidad y de hermandad en Cristo Jesús, nos da tremendo gozo poder ser parte de esa formación de esta comunidad virtual cristiana en tantos diferentes países.
Pero de nuevo: leyendo sus comentarios y viendo que están llenando una necesidad muy grande y muy apremiante en la vida de nuestros hermanos estas meditaciones específicamente sobre la homosexualidad y de paso les digo que cuando las escribí, las escribí con un poquito de temor porque pensaba: bueno quizás esto suena un poquito condenatorio y demasiado pesado para estas meditaciones del Internet pero siempre he creído que la Palabra del Señor es un poquito ácida y cortante pero es necesaria para la salud del cuerpo.
Creo que es uno de los grandes problemas de la Iglesia que por no tratar problemas delicados dejamos a veces de edificar a los hermanos con asuntos que son de mucha necesidad para ellos y que necesitan saber el consejo de la Palabra de Dios y de sus Pastores acerca de estos temas y por eso nos aventuramos a hacer estos comentarios y me alegra saber que fueron de gran bendición para ustedes.
Viendo el vacío por así decirlo que llenan estos pensamientos he decidido darle un poquito de continuación a ese tema de la homosexualidad y abrirlo un poquito más a otras consideraciones sobre la vida de la Iglesia en el siglo XXI, los retos que estamos confrontando como Iglesia de Jesucristo en una sociedad en proceso y en gran cambio continuamente donde el Evangelio está siendo cuestionado como nunca y las sociedades se están sometiendo a una cantidad de diferentes experimentos sociales y éticos y morales, muchos de los cuales cuestionan las Verdades de la Palabra de Dios.
Creo que en estos tiempos como nunca la Iglesia de Jesucristo debe tener una postura clara y que sea una postura balanceada que refleje el balance que vemos en la Escritura también entre el amor de Dios y Su santidad, entre la justicia y la misericordia, entre la santidad y la gracia y por eso quiero dedicar estos momentos futuros para meditar sobre eso y les animo a ver toda la serie o leerla, como sea porque creo que va a ser de gran bendición.
Pensaba en el texto de Gálatas 6, en esta meditación sólo podré tocarlo brevemente, versículo 1 dice: «Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta vosotros que sois espirituales restauradle con espíritu de mansedumbre considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.» Sólo tengo tiempo en esta meditación para tocar brevemente, luego continuaré haciéndolo con más detalle.
Nótese aquí que Pablo está hablando en los versículos anteriores acerca del balance entre la libertad a la cual Cristo nos llama pero también el no abusar de esa libertad cayendo en prácticas carnales y pecaminosas que Dios no tolera y que ciertamente castiga también.
Entonces vemos que el llamado a la Iglesia siempre ha sido de tener una postura balanceada, de llamar a los hijos de Dios a una conducta Cristocéntrica que refleje la santidad de Dios pero también mantener una postura de misericordia, de gracia, de paciencia para con el creyente que está en proceso de santificación y que necesita tiempo y espacio para poder llegar a la plenitud de la estatura del carácter de Cristo como dice el apóstol Pablo y siempre vamos a estar en tensión entre esas dos dimensiones.
Y la conexión que hay en mi corazón, en mi espíritu con respecto a la homosexualidad es precisamente eso ¿no? Hay iglesias que son iglesias que enfatizan mucho la santidad y gloria a Dios por eso y tenemos que insistir y por eso yo he lanzado esas meditaciones sobre la homosexualidad porque hay un llamado claro de Dios a la pureza que no podemos comprometer, pero muchas veces la tendencia puede ser a simplemente estar continuamente condenando y atacando a la gente y denunciando el pecado y podemos olvidarnos del otro lado que es esa dimensión pastoral, esa dimensión paternal de la Iglesia donde también animamos a la gente a confiar en la gracia y en la misericordia de Dios y siempre ver los brazos abiertos del Padre que quiere recibir a los hijos pródigos y volver a entrarlos en el seno del hogar y restaurarlos y tener diálogo con ellos.
Y yo creo que la gente allá afuera en el mundo tiene que ver siempre los dos lados de la moneda de la vida pastoral de la Iglesia; por una parte el llamado a la santidad de Dios y por otra parte también el llamado a confiar en la misericordia del Padre porque creo que así puede ser mucho más productivo y podemos sacar mucho más provecho para la gente y eso es lo que yo creo que refleja este versículo 1 del capítulo 6 de Gálatas del cual vamos a hablar más adelante. Que el Señor les bendiga y seguiremos meditando de esto en nuestra próxima meditación.