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La contaminación lumínica

18 Pero siendo combatidos por una furiosa tempestad, al siguiente día empezaron a alijar, 19 y al tercer día con nuestras propias manos arrojamos los aparejos de la nave. 20 Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos.”  Hechos 27:18-20

Hay gente que es como Jonás, que tú los montas en el barco y ellos te traen la tormenta.  Hay otros que tú montas en un barco y son los que te salvan de la tormenta.  En la historia de Jonás, comenzaron a lanzar los muebles del barco, cuando al que tenían que tirar era a Jonás.  Igual hay gente que tú tienes que tirar de tu vida porque lo que te causan es problemas.  Pero qué maravilloso cuando tú tienes a un Pablo en tu vida, que cuando estás en una tormenta, te da esperanza.  Pablo se paró y dijo: Se van a perder ciertas cosas, pero ninguna vida se va a perder porque yo estoy aquí, y hay un llamado de Dios para mi vida.

Rumbo a Nínive, había un hombre que estaba huyendo de la voluntad de Dios, del proyecto de Dios; pero en el barco que iba hacia Roma, aunque había una tormenta, había un hombre que estaba claro del llamado de Dios para su vida.  Cuando tú tienes gente en el barco que no están claros en su llamado, esos son los que crean tormentas.  Pero tiramos todo por la borda, en vez de tirarlos a ellos.  Hay Jonás que tienes que sacar, pero qué maravilloso cuando tienes Pablos en tu vida, que en medio de la tormenta, te dan esperanza.

En la Palabra, las estrellas representan las promesas de Dios para tu vida.  Representan personas, ángeles, promesas de Dios.  La palabra estrella se usa también para referirse al Sol y la Luna.  Es maravilloso mirar el firmamento, como decía el salmista, que veía la obra de Dios y se preguntaba quién es el hombre para que Dios tenga de él memoria.

En estos mensajes, cada estrella representará un área de tu vida para la cual Dios te ha dado promesas.  En las noches más oscuras de Abraham, cuando llegaba el terror nocturno, Dios le dice: Sal de tu tienda, de tu carpa, y mira las estrellas; así será tu descendencia.  En tus noches más tristes, puedes ver al cielo y saber que las estrellas siempre están presentes para tu vida.  Esas son las promesas de Dios por las que estamos creyendo.

Quizás hayas vivido o estés viviendo tiempos oscuros en tu familia, en tus finanzas, en tu empresa o profesión; pero vamos a creerle a Dios que esas estrellas van a brillar más fuerte que nunca.

En Hechos 27, las estrellas no desaparecen, pero la tormenta provoca que no se puedan ver.  Las nubes, el viento, provocaron que perdieran toda esperanza, al no tener un lugar donde mirar y observar las estrellas.  Realmente, para poder ver las estrellas, hace falta tener oscuridad.  En Hechos 27, fue la tormenta lo que provocó que las estrellas no pudieran verse, fueron las nubes las que bloquearon la visibilidad, y ahora no tenían esperanza.  Pero, para verse las estrellas, se requiere que haya oscuridad; de otro modo, no se pueden observar.

Hay un fenómeno que se conoce como la contaminación de luz.  Esto no nos permite ver claramente las estrellas.  Luego del paso del huracán María por Puerto Rico, como no teníamos electricidad, era cuando más podíamos ver las estrellas.  Las estrellas siempre han estado ahí, y aunque están a miles de años luz, la luz artificial que producimos es lo que no nos permite verlas.  No es que no alumbren; alumbran, pero no las vemos porque estamos enfocados en la contaminación de luz que hay en la sociedad.  Mientras más luz haya en la tierra, menos luz podemos ver del cielo.  Para ver las estrellas, tenemos que irnos a un lugar remoto, donde no haya tantas luces, donde esté oscuro.  Hay tanta luz proyectada, que hemos perdido la capacidad de ver al cielo con claridad.

Hay diferentes tipos de contaminación de luz.  Está la contaminación de luz por el reflejo o resplandor.  Está lo que se conoce como invasión de luz, que es cuando la luz del poste frente a tu casa, por ejemplo, se mete en tu casa.  Y todos, en algún momento, hemos sido afectados por la contaminación lumínica.  Es triste porque no queremos tiempos oscuros, pero todos necesitamos tiempos oscuros para poder ver realmente la luz real por la que debemos dejarnos llevar.

El reflejo incorrecto de la luz nos puede llevar a la muerte.  ¿Qué cosas te deslumbraron en el pasado, que no puedes permitir que te deslumbren hoy?  Todos hemos sido deslumbrados por algo que nos ha sacado de nuestro camino.  Te deslumbraste porque viste que alguien tomó unas vacaciones, y quisiste tomarte unas, que tú no te podías pagar, y terminaste endeudado.  Te deslumbraste porque alguien se compró un auto, alguien logró algo, alcanzó una meta; te deslumbraste por algo que te llevó al lugar incorrecto, y esa luz de esa persona te llevó a tomar una mala decisión.  Hay ciertos insectos que, cuanto tú los quieres exterminar, lo que tienes es que poner una luz.  Y así te pasa a veces; miras al lugar incorrecto, te deslumbras por lo incorrecto.

Pregúntate qué cosas te han deslumbrado.  Quizás con lo que otro hace, incluso con el ministerio de otro.  Nos deslumbramos a tal grado que las marcas pagan a los artistas para que las promuevan, y quizás el producto no es el mejor, pero como tal estrella lo promueve, la luz del artista te mueve a adquirir algo que no necesariamente es lo correcto para ti.  La luz que produce el mundo te puede deslumbrar y llevarte a tomar decisiones incorrectas.

Por supuesto, no toda luz te lleva a cosas negativas.  Hay luz, energía que produce cierta gente, que te puede sanar.  El apóstol Pedro, dice la Biblia, que la gente se sanaba con su sombra; así lo describían, pero no era la sombra, sino por la proximidad del apóstol Pedro, el resplandor, la unción que cargaba.  Por eso ponían a los enfermos cerca.  La luz atrae, y hay luces que te llevan a la muerte; otras, a la vida.  Lo que tú no puedes es permitirte el deslumbrarte por las luces incorrectas.

Tan fácil es no ver la estrella porque estás en medio de una tormenta, como lo es el deslumbrarte por la luz incorrecta.  La luz de las estrellas es la luz verdadera, mientras que la luz de la tierra es artificial, y te puede llevar a concentrarte en las cosas incorrectas.

Fuente:
pastor Otoniel Font | Puerto Rico

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