Jesús dijo: «Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.» (Mt 7:12)
¡Cristo viene!
Nuestra experiencia en Israel fue intensa pero maravillosa. Dios es Soberano y tiene un plan perfecto de salvación preparado desde antes de la fundación del mundo. (Efesios 1:3-14)
Vivimos como Iglesia clandestina en Israel cerca de 3 años. Primero vivimos en Jerusalén y luego el Señor nos mudó a Beersheba, “la cuna de la fe de Abraham, Isaac, y Jacob.” “La Puerta del desierto del Neguev” ¡Preciosa ciudad! Dios siempre nos guardó como dice el (Salmo 91:1-16) las autoridades del gobierno nunca dieron con nosotros.
Dios logró su propósito en nosotros conforme a su santa voluntad. Israel es un pueblo anticristo por engaño de los maestros religiosos ortodoxos, secuela de los malditos fariseos.
Como cristianos tenemos la obligación moral de orar por este pueblo perdido en el tiempo y enemigo de la voluntad de su Dios. Por defender su religión los hebreos “mataron al Autor de la vida.” (Hechos 3:15)
¡Dios bendiga a Israel debe ser la oración constante de los que amamos a Jesucristo. Jesús dijo: “!Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados. Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! He aquí vuestra casa os es dejada desierta. Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.” (Mt 23:37-39)
Pero tengo la impresión de que la Iglesia en América no entiende la realidad de Israel hoy. Escucho a muchos cristianos orar por la paz de Israel y eso es bueno (Salmo 122:6) si va acompañado de orar por la conversión de Israel a Cristo.
Ya Dios le respondió la oración del rey David por la paz de Jerusalén cuando se personó y visitó a ese pueblo en Cristo. Jesús les ofreció la paz que David pidió “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” (Jn 14:27)
Pero los hebreos la rechazaron por consejo de sus maestros. Se turbó su corazón como pueblo y se llenó de miedo. Cuando Jesús les dijo: “He aquí vuestra casa os es dejada desierta. Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis; Bendito el que viene en el nombre del Señor.”
Ese día Jesús abandonó a Israel y se llevó con él la paz ofrecida. Por eso Israel nunca ha podido vivir en paz y le suceden tantas desgracias luego del asesinato de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
La iglesia cristiana piensa que los judíos se arrepintieron luego de entregar a Jesús a los romanos. ¡Nada más lejos que eso! Israel es educado para rechazar, burlarse y odiar a Jesucristo. Si tardaron 3 años en echarle su pueblo en contra de su ministerio terrenal, hoy llevan 2 mil años desacreditando su Santo Nombre y mintiendo para que el pueblo lo rechace permanentemente.
Israel solo clamará: “Bendito el que viene en el nombre del Señor” al final de la gran Tribulación y/o durante la gran batalla del Armagedón. (Mt 24:9 y Ap 16:16)
Durante ese periodo Dios limpiará la tierra de Israel de su rebelde religión y de las mentiras de los religiosos ortodoxos. Los ortodoxos que no se arrepientan y los que no clamen a Jesús, morirán; y serán sustituidos en el milenio por los cristianos salvos.
El Señor cumplirá su promesa a Abraham. (Gen 17:1-9) Es imposible que nuestro Dios mienta. (Hebreos 6:17-20) ¡Aleluya! Dlbm. Amén.
LUIS A LAUSELL HERNÁNDEZ