Fortalezcan las manos débiles y afiancen las rodillas vacilantes. Digan a los de corazón tímido: «Esfuércense, no teman.»
Isaías 35: 3
Hermanos, aun si alguien es sorprendido en alguna falta, ustedes que son espirituales, restáurenlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
Gálatas 6: 1