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Enfrentando los enemigos de nuestra Fe

Esta preciosa definición de la fe que encontramos en la palabra de Dios nos permite comprender el porqué nos cuesta mantener nuestra fe fortalecida en los tiempos de crisis que estamos viviendo en el mundo: HEBREOS 11-1

Fe es la certeza de lo que se espera, es decir necesitamos ser pacientes para esperar la respuesta de Dios.

Fe es la convicción de lo que no se ve, es decir que tenemos que confiar que Dios está obrando aunque no veamos lo que está haciendo.

Tenemos que saber que mientras esperamos con paciencia confiando en lo que Dios está haciendo aunque no lo vemos aparecerán enemigos usados por satanás para afectar nuestra fe, golpeando poco a poco los muros de nuestra fe para derribarlos.

Es por eso que es muy importante reconocer esos enemigos de nuestra fe para poder enfrentarlos:

PRIMER ENEMIGO DE NUESTRA FE: LA IMPACIENCIA (HABACUC 1:2)

La misma definición de fe que nos da la palabra de Dios nos permite darnos cuenta que la impaciencia es contraria a la fe, pues tener fe significa tener paciencia para esperar la respuesta de Dios.

La impaciencia viene a nuestra vida cuando exactamente como lo expresa el profeta Habacuc sentimos que Dios no nos escucha, que clamamos y Dios no nos responde.

Para enfrentar al enemigo llamado impaciencia tenemos que recordar las promesas de Dios para todos aquellos que esperan en él :

Dios no dejará avergonzados a todos aquellos que esperan en él (Isaías 49:23b) “..y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan en mí..”

Tenemos que pedirle a nuestro Dios las nuevas fuerzas que están prometidas para todos aquellos que estamos esperando en él (Isaías 40:31) “pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán…”

SEGUNDO ENEMIGO DE NUESTRA FE: LA ESCASEZ (1 REYES 17:12)

Verdaderamente que en estos tiempos de pandemia y cuarentena que estamos viviendo uno de los enemigos que más ataca nuestra fe y confianza en Dios es la escasez, pues muchas personas no están trabajando, no están recibiendo un salario, muchos negocios no están funcionando y los ingresos económicos han disminuido mucho.

Como lo vemos en el versículo que hemos leído, la escasez puede llevarnos a sentirnos desesperados y a tomar decisiones equivocadas, como esa mujer que ya había decidido dejarse morir.

¿Cómo podemos enfrentar ese enemigo?

Tenemos que enfrentar la escasez teniendo contentamiento en nuestro corazón (Filipenses 4:11) Pablo escribió estas palabras desde la cárcel, seguramente que sí tenía escasez pero aprendió a tener contentamiento, es decir a tener un corazón agradecido por lo que tenía en ese momento.

Nosotros en este tiempo de pandemia y cuarentena tenemos que tener un corazón agradecido por lo que tenemos, no amargados por lo que nos falta, debemos sentirnos agradecidos por lo que Dios nos da hoy. (1 Timoteo 6:8)

Tenemos que recordar que tenemos un Padre Celestial que nos ama y tiene cuidado de cada una de nuestras necesidades (Mateo 6:31-32)

TERCER ENEMIGO DE NUESTRA FE: EL TEMOR (JEREMIAS 6:25)

Hoy en dia hay mucho temor y miedo en la sociedad:

Miedo a contagiarse

Miedo a que alguien de nuestra familia se contagie.

Miedo por que los recursos económicos no alcancen.

El miedo o el temor en nuestra vida no es algo anormal, pero no podemos vivir siempre con miedo, atemorizados, es decir que el temor no debe ser un estado sino un camino o un motivo que nos lleve a buscar a Dios a estar cerca de él . ¿Cómo podemos enfrentar y superar ese temor que hay en nuestro corazón y que afecta nuestra fe?

El miedo se supera reconociendo que Dios está con nosotros (Deuteronomio 31:6) esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.

Podemos superar nuestro miedo decidiendo poner nuestra confianza en Dios (Salmo 31:13-14) porque oigo la calumnia de muchos; el miedo me asalta por todas partes,mientras consultan juntos contra mí e idean quitarme la vida. mas yo en ti confío, oh jehová; digo: tú eres mi Dios.

Cuando sentimos miedo, tenemos que clamar a Dios (Mateo 14:30) pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!señor, sálvame!

Tenemos que confiar y poner nuestros temores y miedos en las manos de Dios (Filipenses 4:7) y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en cristo Jesús.

CONCLUSIÓN: Hay muchos enemigos de nuestra fe en este tiempo de crisis, hoy hemos reconocido tres de ellos, pero con la ayuda de Dios podemos vencer esos enemigos y mantenernos firmes en la fe confiando en la protección y la provisión de nuestro Dios que es fiel y todopoderoso.

Fuente:
Pastor Oscar Flores | El Salvador

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