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El testimonio del Espíritu Santo

Juan 16:12-15 «Muchas cosas me quedan aún por decirles, que por ahora no podrían soportar. 13 Pero, cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá solo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir. 14 Él me glorificará porque tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes. 15 Todo cuanto tiene el Padre es mío. Por eso les dije que el Espíritu tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes.»

Romanos 8:14-17 «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. 15 Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!» 16 El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. 17 Y, si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues, si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria.»

La semana pasada estuvimos hablando sobre la SANTIFICACIÓN Y LA LUCHA INTERNA DEL CRISTIANO. Ahora seguimos con el tema del TESTIMONIO DEL ESPÍRITU SANTO. Este tema complementa el tema de la semana pasada, ya que nos muestra que en nuestra LUCHA como Cristianos no estamos solos; ya que el ESPÍRITU SANTO esta obrando en nuestras vidas. Que DIOS bendiga Su Palabra predicada en esta noche.

Trasfondo. Nuestro Texto comienza unos versos antes (Juan 16:6-7) con las Palabras del Salvador sobre la importancia que Él tenía que irse, para que así pudiera enviar al Consolador, o sea, al Espíritu Santo.

Los discípulos no habían entendido todavía que era necesario que El Cristo muriera por los pecados del mundo; ellos todavía seguían con su propia idea de quién o qué función sería la que el Mesías o el Cristo debía llenar.

Mientras que JESUCRISTO les está dando las últimas instrucciones, ellos comienzan a entristecerse, porque El Cristo que ellos se habían hecho la idea quien debía ser, les estaba diciendo que se iba a ir y que no lo verían por un tiempo.

Es por eso que JESUCRISTO les está diciendo que era necesario que Él se fuera, para que el Consolador, o sea, el Espíritu Santo viniera a ellos, porque es con la venida del Espíritu Santo que la Obra de JESUCRISTO después de la Cruz iba a seguir obrando en la Iglesia.

Eso nos recuerda que JESUCRISTO había anunciado anteriormente que el Espíritu Santo, no había sido dado todavía. Ese anuncio lo hizo el Salvador cuando les dijo que el que creyera en Él, ríos de agua viva correrían de su interior.

El SEÑOR estaba hablando que la SED espiritual sería saciada totalmente al recibir la salvación. Es muy parecido a lo que JESÚS le había dicho anteriormente a la mujer Samaritana (Juan 4:14), que el que bebiere del agua que Él, JESUCRISTO brinda, jamás tendrá sed.

En ambos ejemplos, podemos ver que la SED espiritual figura a la vida muerta por causa del pecado. Y el AGUA que JESUCRISTO da, puede saciar la SED espiritual, o sea, cambiando a la persona de muerte a VIDA.

(Juan 7:37-39) «En el último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó: ―¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba! 38 De aquel que cree en mí, como dice[d] la Escritura, brotarán ríos de agua viva. 39 Con esto se refería al Espíritu que habrían de recibir más tarde los que creyeran en él. Hasta ese momento el Espíritu no había sido dado, porque Jesús no había sido glorificado todavía.»

El ESPÍRITU SANTO nos guía a toda VERDAD. Regresando a los Textos que leímos al comenzar nuestro sermón, debemos notar que la Obra del ESPÍRITU SANTO está ACTIVA en nuestras vidas. O sea, DIOS está Obrando en cada una de nuestras vidas en el tiempo presente, no solamente en nuestra Conversión y Nuevo Nacimiento.

Todo Verdadero creyente es GUIADO por el ESPÍRITU SANTO.

Juan 16:12-15 «Muchas cosas me quedan aún por decirles, que por ahora no podrían soportar. 13 Pero, cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá solo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir. 14 Él me glorificará porque tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes. 15 Todo cuanto tiene el Padre es mío. Por eso les dije que el Espíritu tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes.»

Nótese que aquí GUIAR es como dice Pérez Millos: «La idea es la de alguien que camina delante abriendo senda y marcando el camino que conoce a la perfección. Esta conducción orienta a toda la verdad, esto es, a aquello que Jesús dijo que les había enseñado y a lo que no enseñó porque no tenían capacidad de comprensión y no lo podrían soportar.»i

El creyente recibe el TESTIMONIO del Espíritu Santo en su vida que ASEGURA que somos HIJOS DE DIOS.

Romanos 8:14-17 «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. 15 Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!» 16 El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. 17 Y, si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues, si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria.» 

No es un TESTIMONIO FALSO como lo reciben aquellos que están en las sectas u otras Religiones.

Este TESTIMONIO lo da el mismo DIOS, ya que el ESPÍRITU SANTO es la TERCERA PERSONA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD.

También debemos notar que este Texto de Romanos, también nos enseña que el ESPÍRITU SANTO nos guía a TODA VERDAD. O sea, nunca nos lleva al error.

Nótese como dice el comentarista Kruse que, Ser Guiados por el Espíritu de Dios está yuxtapuesto con un recordatorio en el verso anterior (8:13) sobre la necesidad de hacer morir los malos hábitos del cuerpo por el Espíritu.ii

«Porque, si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero, si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán»

Así que debemos de tener mucho cuidado de no escuchar y SEGUIR a testimonios que llevan a cualquier tipo de error.

Convencerá de pecado. (Juan 16:8-11) «Y, cuando él venga, convencerá al mundo de su error[a] en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio; 9 en cuanto al pecado, porque no creen en mí; 10 en cuanto a la justicia, porque voy al Padre y ustedes ya no podrán verme; 11 y en cuanto al juicio, porque el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado.»

 Nuestro Texto ahora nos revela la Obra del Espíritu Santo en el mundo. Eso es que el Espíritu Santo es quien REDARGUYE o CONVENCE de pecado al PECADOR.

El mundo tiene su propio concepto sobre lo que el pecado es, o lo que el pecado no es.

El mundo no se redarguye a sí mismo, ni se convence de pecado, porque como ya hemos dicho, su concepto sobre lo que el pecado es, no coincide con lo que la Palabra de Dios dice.

Hay muchas formas que el Espíritu Santo hace Su labor. Muchas veces es en la predicación de la Palabra de Dios, o por medio del testimonio de un creyente que comparte las maravillas que JESUCRISTO ha hecho en su vida.

Debemos dejar bien claro que SOLAMENTE el Espíritu Santo puede hacer que la Palabra de Dios PENETRE en el pecador. Es imposible convencer al pecador si el Espíritu Santo NO lo está haciendo.

Pero no debemos olvidar los momentos de PELIGRO cuando el pecador clama a Dios para recibir misericordia. Con eso debemos aclarar cómo se ha dicho tanto, y es que en el peligro al igual que una guerra, no existen ateos, PERO, no todos los que gritan o claman a Dios reciben la misericordia de Dios. Eso lo aclaramos de la siguiente forma:

El impío puede clamar a Dios en el peligro por miedo, o aún por instinto, pero sin haber un ARREPENTIMIENTO en su vida, e incluso, sin creer en JESUCRISTO como su salvador.

El impío que es REARGÜIDO o CONVENCIDO por el Espíritu Santo clama en medio del peligro ARREPENTIDO de sus pecados. Esa obra solamente la puede hacer el Espíritu Santo en la vida del pecador.

Nótese que nuestro Texto dice claramente que el problema del pecador es que no CREE en JESUCRISTO como Salvador.

(versos 8-10) «Y, cuando él venga, convencerá al mundo de su error[a] en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio; 9 en cuanto al pecado, porque no creen en mí; 10 en cuanto a la justicia, porque voy al Padre y ustedes ya no podrán verme.»

JESUCRISTO había dicho un poco antes que Él es el CAMINO la VERDAD y la VIDA (Juan 14:6). Con eso aclara muy bien que Él es la PUERTA para entrar a la vida eterna.

Nadie que rehúse creer que JESUCRISTO es el Hijo de Dios y el único Salvador del mundo, puede entrar al Cielo.

De ahí que el Espíritu Santo REDARGUYE y CONVENCE al pecador de su pecado, porque por muy malo que su pecado haya sido, el peor de los pecados es el no creer en JESUCRISTO como Salvador.

La Justicia de Dios. Recordando nuestro Texto leemos que el Espíritu Santo redarguye o convence de JUSTICIA. (versos -10) «en cuanto al pecado, porque no creen en mí; 10 en cuanto a la justicia, porque voy al Padre y ustedes ya no podrán verme.»

El Evangelio revela la Justicia de Dios que es totalmente DISTINTA a la justicia del hombre.

(Romanos 1:17) «De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: “El justo vivirá por la fe”.»

Es en la Obra de JESUCRISTO en la Cruz del Calvario que la JUSTICIA de Dios se ha revelado.

(Juan 3:16) «Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo *unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.»

La JUSTICIA de Dios revela el AMOR de DIOS hacia la humanidad.

El hombre o la mujer no pueden encontrar a JESUCRISTO por su propia justicia. Sea por cualquier tipo de obras, o de creerse que merecen algo bueno por su buen comportamiento.

De ahí que solamente la JUSTICIA de Dios puede JUSTIFICAR al pecador que viene a la Cruz de JESUCRISTO.

Pero es en la JUSTICIA DE DIOS como nuestro Texto dice: «en cuanto a la justicia, porque voy al Padre y ustedes ya no podrán verme».

Ese es un ANUNCIO bien claro de la Obra de JESUCRISTO en la Cruz del Calvario, quien, siendo el HOMBRE PERFECTO Y SIN MANCHA, iba a morir por nuestros pecados, y a RESUCITAR, y sentarse a la diestra del Padre.

El príncipe de este mundo ha sido juzgado. (verso 11) «y en cuanto al juicio, porque el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado.»

El príncipe de este mundo es Satanás, el maestro de todo lo que es mundano.

Satanás es el enemigo de la LUZ porque JESUCRISTO ES LUZ.

Satanás es el príncipe de las tinieblas; o sea, todo lo opuesto a Dios.

Si el príncipe de este mundo (Satanás) ha sido juzgado, eso quiere decir que JESUCRISTO vino a hacer a los cautivos libres.

(Lucas 4:18) «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, 19 a pregonar el año del favor del Señor»

Como dice Pérez Millos: «Cristo llevó sobre Sí la condenación del pecado. El creyente puede ver el pasado y en la Cruz contemplar, aunque ileso, su propia ejecución, en identificación con el Crucificado (2 Co. 5:14).»iii

Nótese estos dos versos en 2 Corintios 5:14-15: «El amor de Cristo nos obliga, porque estamos convencidos de que uno murió por todos, y por consiguiente todos murieron. 15 Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado.»

Esa es la Obra que JESUCRISTO hizo en la Cruz del Calvario. JESUCRISTO liberta a los cautivos del pecado, y hace libre a todo aquel que viene a la Cruz, ARREPENTIDO de sus pecados, para recibir la Justificación que solamente Dios puede dar.

Y ese es el TESTIMONIO DEL ESPÍRITU SANTO AL MUNDO

Fuente:
Pastor Daniel Brito

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