Principal

El Poder del Espíritu Santo en la Evangelización. Cumpliendo la Gran Comisión con Fuego Divino

Hasta que se derrame sobre nosotros el Espíritu desde lo alto, el desierto se convierta en campo fértil y el campo fértil sea considerado como bosque. Isaías 32:15

Juan les habló a todos: «Yo los bautizo con agua; pero viene uno que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar la correa de Sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y fuego.» Lucas 3:16

El Espíritu Santo ha sido dado a los creyentes para fortalecerlos y capacitarlos en la obra de evangelización y cumplir la Gran Comisión. El movimiento de los dones del Espíritu Santo está estrechamente relacionado con la obra del evangelismo. En Hechos 1, el Señor les dice a los discípulos que esperen en Jerusalén para recibir la promesa del Padre, el bautismo en el Espíritu Santo, antes de salir a hacer la obra de Dios. El éxito de la vida cristiana está en una relación estrecha con el Espíritu Santo y la inmersión en Su poder.

El Espíritu Santo ha sido dejado sobre todo para fortalecer y para capacitar a los creyentes en la obra de evangelización, en la obra de reconquista del mundo que el Señor les ha dejado, en el cumplimiento de la Gran Comisión de ir por todo el mundo y predicar el Evangelio.

Hay una estrecha relación entre el mover de los dones del Espíritu Santo y el hecho de que la Iglesia está llevando a cabo la obra del Evangelismo porque para eso son dadas las señales y las manifestaciones, es para que los incrédulos, al ver el Poder y la manifestación del Espíritu Santo en la vida de los creyentes tengan que decir: bueno, nadie puede hacer estas cosas si Dios no está con ellos como le dijo Nicodemo a Jesús, y entonces sean movidos a creer.

Y vimos entonces, que nosotros tenemos que tener ese apetito, ese deseo de que el Espíritu Santo se mueva en nuestras vidas para que el mundo pueda ver que efectivamente, Cristo está con nosotros.

Otro pasaje clave concerniente a el Ministerio y la vida del Espíritu Santo en la vida de los creyentes que están llevando a cabo la Gran Comisión, se encuentra en el Libro de los Hechos y ya estamos entrando casi en el centro mismo de territorio del Espíritu Santo. En este pasaje de Hechos capítulo 1, ese Cristo resucitado a punto de ascender al cielo antes de Su Segunda Venida, les deja instrucciones adicionales; es una de esas escenas importantísimas para los creyentes que creemos en el Ministerio del Espíritu Santo como algo que es vigente para nuestro tiempo, este pasaje es clave para eso.

Y vemos aquí que el Señor les está dando últimas instrucciones, capítulo 1 versículo 4, Hechos, y el apóstol Lucas, autor del Libro de los Hechos dice aquí: «Y estando juntos» los discípulos «les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual» el Señor les dijo: «oisteis de Mí, y entonces el Señor añade: «porque Juan ciertamente bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.»

En otras palabras el Señor les dijo: No salgan de Jerusalén todavía, el centro, el corazón mismo de la Iglesia en ese tiempo ¿no? no se aventuren a realizar la Gran Comisión sin que antes reciban este regalo de Dios, este elemento capacitador del mover y los dones del Espíritu Santo en sus vidas. Es interesante que aquí el Señor traza esa distinción que Juan el Bautista había trazado antes entre su ministerio y el Ministerio del Mesías, era este asunto de que Juan sólo bautizaba con agua pero el Señor habría de bautizar en el Poder del Espíritu Santo.

Déjeme leerle ese pasaje porque es interesante esto. En el versículo 16 de Lucas capítulo 3 dice: «Respondió Juan diciendo a todos: yo a la verdad os bautizo con agua, pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de Su calzado, Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Su aventador está en Su Mano y limpiará Su era, y recogerá el trigo en Su granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.» Qué imagen más impresionante acerca del Ministerio de Jesús que nos da Juan el Bautista.

Juan dice: bueno yo me especializo en bautizar a la gente con agua, pero viene uno mucho más poderoso que yo y esa descripción que él da de ese ministro terrible que es el Mesías, Su aventador está en Su Mano, limpiará, recogerá el trigo en Su granero, quemará la paja con fuego, no es del Jesús ese humildito que vemos caminando en las páginas del Evangelio sino un Espíritu terrible, fuerte, poderoso, como lo vió Juan, el discípulo amado, después en el Libro de Apocalipsis, un ser terrible que ese es el verdadero Jesús que veremos venir en los últimos tiempos ya manifestándose en toda Su Gloria.

Entonces es interesante que el Señor aquí dice lo mismo ¿no? ya Juan llenó un cometido, él se suponía que anunciara Mi Venida, que bautizara a la gente con agua para arrepentimiento, pero ahora, cuando Yo suba, Yo voy a enviar uno que es el Espíritu Santo que los va a bautizar con Poder de Dios, con fuego, y en este caso el fuego es simplemente como la señal ¿no? de ese aspecto dinámico, poderoso, invasivo, abrasador, penetrante del Espíritu Santo, el fuego es caracterizado por todas estas cosas.

Entonces el Señor les dice: No se vayan ¿por qué hermanos? Porque si nosotros queremos hacer la Obra de Dios en nuestras vidas, si queremos evangelizar efectivamente, si queremos iglesias poderosas que estén haciendo la Obra verdadera de Dios en nuestros tiempos, vamos a necesitar esa Presencia, ese mover del Espíritu Santo. Muchas iglesias se lanzan a hacer la Obra de Dios pero muchas veces lo hacen como con una mano atada detrás de las espaldas porque no tienen ese recurso esencial que es el Poder del Espíritu Santo. Entonces el Señor les dice: Esperen a que sean bautizados.

Después de este momento los discípulos le hacen una pregunta: Señor ¿Tú vas a restaurar a Israel en este tiempo, su reino, su poder en la Tierra? y el Señor Jesús les dice: Miren no se preocupen por esas cosas. «No os toca a vosotros» Hechos capítulo 1 versículo 7, «No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones que el Padre puso en Su sola potestad, pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.»

El Señor Jesucristo les dice: Miren, no se preocupen por estas cuestiones teológicas oscuras y sutiles, y exóticas. Lo que a ustedes les interesa es tener las herramientas básicas que ustedes necesitan para llevar a cabo la Obra que Yo les he encomendado; déjenle a Papá allá arriba en el cielo el calendario divino y cuándo va a venir esto, y cuándo va a venir lo otro. No se preocupen excesivamente por esas cosas, preocúpense por hacer la obra de Evangelismo en el mundo y de asegurarse que tienen el Poder del Espíritu Santo para que entonces, como resultado de esa Presencia en sus vidas, ustedes puedan ser testigos efectivos en Jerusalén, en Judea, en Samaria y en toda la Tierra. Pero solamente cuando reciban ese Poder, entonces atrévanse a ir hacia adelante.

El Señor antes de ascender quiso dejarles a los discípulos una evidencia clara, una ayuda clara, un recurso poderoso para la labor que tenían que hacer. El Señor nunca nos envía a hacer algo si no nos capacita primeramente y nos asegura el éxito. Y el éxito de la vida cristiana estriba en una relación estrecha con el Espíritu Santo; de paso, tan estrecha que es una relación de morada del Espíritu Santo en nuestras vidas y de total inmersión en el Poder de ese Espíritu de Dios.

Mis hermanos que el Señor les bendiga, me despido de ustedes en el Nombre de Jesús y declaro sobre su vida las bendiciones más abundantes de, precisamente, ese Espíritu poderoso de Dios. Hasta nuestra próxima meditación.

Fuente:
predicas.org

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba