Queridas hermanas en Cristo, hoy quiero hablarles de un momento especial en la Biblia. Se encuentra en Marcos 7:31-37. Jesús sana a un sordo y tartamudo diciendo “Efata”, que significa “ábrete”.
Este milagro nos enseña mucho sobre la compasión y el poder de Jesús. Además, nos muestra cómo aplicar estas lecciones en nuestra vida diaria. ¿Alguna vez se han sentido atrapadas, como si necesitaran que algo se abriera en sus vidas? Hoy es el día para escuchar este mensaje divino. Vamos a explorar juntas.
¿QUÉ SIGNIFICA EFATA SEGÚN LA BIBLIA?
Efata es una palabra aramea que Jesús usó para sanar. Significa “ábrete”. Pero va más allá de abrir oídos o bocas. Es una invitación a abrir nuestro corazón a Dios.
En Isaías 29:18 se nos dice que los sordos oirán y los ciegos verán. Efata nos recuerda que Dios quiere abrirnos a nuevas posibilidades. ¿Se han preguntado alguna vez qué puertas tiene Dios listas para abrir en sus vidas?
Imaginen una puerta cerrada. Ahora, piensen que esa puerta se abre, dejando entrar la luz y la esperanza. Así actúa Dios cuando decimos nuestro propio “Efata”.
En la vida, enfrentamos muchas barreras. Pueden ser emocionales, como el miedo y la ansiedad, o físicas, como la enfermedad. Pero Efata nos dice que hay un poder más grande dispuesto a liberarnos. ¿No es reconfortante saber que no estamos solas?
Dios está con nosotros, listo para abrir esas puertas. En Jeremías 29:11, se nos dice que Dios tiene planes para darnos un futuro y una esperanza. Esa es esa esperanza hecha palabra.
LA COMPASIÓN DE JESÚS
Jesús no solo tenía poder, sino también compasión. Él se preocupaba por cada persona. En Mateo 9:36, vemos que Jesús sentía compasión por las multitudes. Su amor es el mismo hoy. Él siente compasión por nuestras luchas y quiere ayudarnos.
¿Han sentido alguna vez compasión en sus vidas? Es como un abrazo cálido en un día frío. Jesús entiende nuestras luchas porque él mismo las vivió. En Hebreos 4:15 se nos dice que Jesús fue tentado en todo, pero sin pecado. Por eso, entiende nuestras debilidades y nos ofrece su compasión.
La compasión de Jesús no es pasiva; es una compasión que actúa. Él no solo siente lástima por nosotros, sino que interviene en nuestras vidas.
En Lucas 7:13-15, Jesús resucita al hijo de una viuda simplemente porque sintió compasión por ella. ¿No es maravilloso saber que tenemos un Salvador que actúa por amor? Su compasión no conoce límites y está disponible para todas nosotras, sin importar nuestras circunstancias.
APLICANDO EFATA EN NUESTRA VIDA
Hermanas, Efata no es solo un evento bíblico. Es una palabra que podemos aplicar hoy. Santiago 1:19 nos dice que seamos rápidos para escuchar. Al abrir nuestros oídos y corazones, podemos escuchar mejor la voz de Dios y seguir su guía.
¿Y si hoy fuera el día en que decidimos abrirnos completamente a Dios? Imaginen una semilla en la tierra, esperando el momento adecuado para brotar. Esa semilla somos nosotras, y Efata es la lluvia que necesita para crecer.
Al aplicar Efata en nuestras vidas, también podemos ser un ejemplo para otros. En Mateo 5:16, Jesús nos dice que dejemos brillar nuestra luz para que otros puedan ver nuestras buenas obras y glorificar a Dios.
Al abrirnos a Dios, también abrimos la puerta para que otros lo conozcan. ¿No es eso lo que todos deseamos, ser faros de luz en este mundo oscuro?
Esa falta es más que un milagro. Es una lección de vida. Abre tu corazón a Dios. Escucha su voz. Y como dice Filipenses 4:13, todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. Así que, hermanas, ábranse a Dios y experimenten su poder y compasión en sus vidas. No esperen más. Hoy es el día para decir su propio “Efata” y permitir que Dios obre milagros en ustedes.